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Aznar medió sin éxito ante Aguirre en favor de Blesa
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LA PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD “YA NO ESCUCHA A NADIE”

Aznar medió sin éxito ante Aguirre en favor de Blesa

José María Aznar se empleó a fondo ante la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y en favor de Miguel Blesa, presidente de Caja

Foto: Aznar medió sin éxito ante Aguirre en favor de Blesa
Aznar medió sin éxito ante Aguirre en favor de Blesa

José María Aznar se empleó a fondo ante la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y en favor de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid. A lo largo del pasado noviembre, el ex presidente del Gobierno habló varias veces con Aguirre. Había que arreglar el problema, porque no podía ser que el Partido Popular estuviera dando ese espectáculo en Madrid. La presidenta se mostró dispuesta al acuerdo, pero el 29 de diciembre, a través de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de la Comunidad, cerraba por sorpresa el camino de Blesa a la reelección. Desde entonces “no atiende a Aznar. Esperanza ya no escucha a nadie”.

La mediación de Aznar incluía también al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, con quien el ex presidente habló al respecto en varias ocasiones. Alcalde y presidenta madrileña tenían que sentarse y llegar a un acuerdo en torno a las reformas que la segunda quería introducir en la Ley de Cajas de Ahorro de la Comunidad de Madrid, atendiendo a un nuevo mandato para Miguel Blesa al frente de la Caja. En septiembre de 1996, Blesa fue nombrado presidente de la entidad con el respaldo de su amigo y presidente del Gobierno, José María Aznar.   

Pero Aznar no logró el milagro de sentar a Aguirre y Gallardón en torno a una mesa. El pasado 20 de noviembre, casi por sorpresa y después de noticias contradictorias al respecto, el Consejo de Gobierno de la Comunidad madrileña aprobó un anteproyecto de reforma de la Ley de Cajas regional con la intención de adaptarla a la estatal LORCA. Ese día, la propia Aguirre llamó a Blesa para comunicarle la noticia y darle todo tipo de seguridades de que la medida no iba contra él, que debía estar tranquilo porque lo aprobado no afectaba para nada a su continuidad, y que lo único que pretendía era “quitar representación a los Ayuntamientos, porque lo del de Madrid era impresentable y había que cambiar esa situación”.

El propio consejero de Economía, Antonio Beteta, aseguró en rueda de prensa que los cambios no tendrían “incidencia política” en el proceso electoral de Caja Madrid. La presidenta madrileña dijo más. Blesa debía estar agradecido a José María Aznar y sobre todo a ella: “Bueno, espero que me lo agradezcas, ¿no?”. El presidente de la Caja le estaba agradecido, claro está, y convencido quedó de que la mediación de su amigo Aznar había sido un éxito, como no podía ser menos.

La sorpresa del 29 de diciembre

Por eso, el 29 de diciembre, casi contra el reloj de un 2008 que se despedía, se llevó una gran sorpresa al enterarse de que, a través de una serie de enmiendas introducidas por el grupo popular en el último pleno de la Asamblea de Madrid, la nueva Ley de Cajas regional -incluida en la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de 2009- le cerraba el camino a la reelección al condenarle a ser propuesto como consejero por la propia Comunidad y no por el Ayuntamiento. Una maniobra de Aguirre de última hora rompía la ficción de pacto, enfrentándola no solo con Ruiz Gallardón, sino también con Aznar y Mariano Rajoy.

Desde entonces, Esperanza Aguirre no ha atendido ninguna de las reclamaciones de Aznar. “La presidenta ya no escucha a nadie”. Aguirre ya no considera un poder a Aznar dentro del PP, y desde luego desprecia profundamente a Rajoy, que no tiene la menor oportunidad de hacerse oír ante la Comunidad de Madrid. El conflicto estaba servido, porque el Ayuntamiento opina que la reforma no afecta al proceso electoral en marcha, que es previo a la Ley y no puede tener efectos retroactivos, interpretación que niegan en redondo la propia Aguirre y su consejero de Economía, Beteta.

Desde entonces, en Caja Madrid existen dos Comisiones de Control, en escandalosa manifestación de la guerra interna existente en el PP madrileño: una presidida por el aguirrista Pablo Abejas, que a pesar de haber sido destituido en un pleno de la propia Comisión se reclama “presidente legítimo” de la misma, y otra por Fernando Serrano, candidato del Ayuntamiento y del propio Blesa, a quien la Comunidad ha abierto expediente sancionador por haber liderado la rebelión contra Abejas. El corolario final es que el proceso electoral en la Caja está bloqueado, como la propia Comisión de Control, un órgano clave en dicho proceso al convertirse entonces en Comisión Electoral.

José María Aznar se empleó a fondo ante la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y en favor de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid. A lo largo del pasado noviembre, el ex presidente del Gobierno habló varias veces con Aguirre. Había que arreglar el problema, porque no podía ser que el Partido Popular estuviera dando ese espectáculo en Madrid. La presidenta se mostró dispuesta al acuerdo, pero el 29 de diciembre, a través de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de la Comunidad, cerraba por sorpresa el camino de Blesa a la reelección. Desde entonces “no atiende a Aznar. Esperanza ya no escucha a nadie”.

José María Aznar Botella Miguel Blesa