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Díaz Ferrán se empeña en dinamitar la relación con los sindicatos al pedir ahora 'EREs express'
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Con la negociación colectiva paralizada

Díaz Ferrán se empeña en dinamitar la relación con los sindicatos al pedir ahora 'EREs express'

“Hoy los periodistas ya no me han preguntado por el despido libre”, decía ufano en un corrillo Gerardo Díaz Ferrán, habitualmente asediado por su casi obsesivo

Foto: Díaz Ferrán se empeña en dinamitar la relación con los sindicatos al pedir ahora 'EREs express'
Díaz Ferrán se empeña en dinamitar la relación con los sindicatos al pedir ahora 'EREs express'

“Hoy los periodistas ya no me han preguntado por el despido libre”, decía ufano en un corrillo Gerardo Díaz Ferrán, habitualmente asediado por su casi obsesivo mensaje para abaratar el coste de despedir. Un triunfo pírrico teniendo en cuenta que él mismo había cambiado el objeto del debate al reclamar, durante una intervención en el Ritz de Madrid, la puesta en marcha de EREs express, expedientes de regulación de empleo sin necesidad de autorización administrativa. Hasta el ministro de Industria, Miguel Sebastián, invitado de lujo al foro, salía como alma que lleva el diablo del hotel, sin detenerse ante la prensa y algo incómodo, con un único mensaje lanzado al viento más que a los micrófonos: “Gerardo ya ha cerrado el paréntesis en el libre mercado”. El presidente de la patronal utilizó esta expresión en septiembre pasado para reclamar la intervención del ICO en apoyo de la financiación de las empresas.

No fue Sebastián el único molesto. Los sindicatos, sentados con la patronal en más de 20 mesas para, entre otras cosas, renovar un acuerdo de negociación colectiva que pende de un hilo, aseguran que estos planteamientos de Díaz Ferrán no son sino “ocurrencias que no ayudan y entorpecen”, según explicaron a El Confidencial fuentes de CCOO. “Preferimos colocarlo en el terreno de lo no escuchado porque si no tendríamos que poner pie en pared”, aseguran. El discurso que llega desde UGT no es muy diferente. “En julio, los agentes sociales y el Gobierno nos dimos unos principios para el diálogo. Y ahí no está ni el abaratamiento del despido, ni la eliminación de la tutela judicial y mucho menos la administrativa, que es lo que supondría que los EREs no pasaran por una autorización. Estas declaraciones no ayudan en nada”, apuntan.

Y van más allá. Mientras que Gerardo Díaz Ferrán insiste en que hace llegar a los sindicatos las propuestas que lanza en público, UGT y CCOO no lo tienen tan claro. “Es obvio que esas cosas no las plantean en las mesas. Sería no apostar por el acuerdo”, se apunta desde la organización que dirige Cándido Méndez. El juego del presidente de la patronal parece responder a una ambigüedad calculada, más allá de lo que se explique por consumo interno en un proceso electoral como el que tiene abierto CEOE. Ayer mismo, tras pedir un nuevo contrato con un coste de despido de 20 días y 12 mensualidades, dijo solemne que patronal y sindicatos “estamos sentados y vamos a seguir sentados. Nunca nos levantaremos de una mesa de diálogo”. Claro que, si no hay acuerdo, “el Gobierno tiene la obligación de gobernar”, remachó.

“Está claro que los planteamientos de CEOE son de máximos en el marco de una negociación, pero en ese terreno no vamos a jugar el partido. Ignacio Fernández Toxo ya se lo dijo a Díaz Ferrán en la última reunión”, aseguran fuentes de CCOO. Parece difícil que pueda avanzarse en reformas de la envergadura de las que plantea CEOE cuando ni siquiera se consigue cerrar un acuerdo para la renovación de los convenios. “Lo que sucede es que el acuerdo debería haberse cerrado en enero. Se están retrasando las negociaciones en muchas empresas, que utilizan como referencia lo que sale de las conversaciones entre sindicatos y patronal”, explican fuentes próximas a las mesas de negociación.

Mientras que los sindicatos quieren que la subida salarial se fije en el objetivo de inflación del 2%, con cláusulas de revisión salarial, Díaz Ferrán ha hablado incluso de congelación salarial y la patronal del metal ha planteado subidas en torno del 1%, en previsión de que la inflación siga cayendo. Del mismo modo, los sindicatos ya han advertido de que no suscribirán ningún acuerdo que no incluya las citadas cláusulas. Las espadas están en alto.

Montoro, 1; Sebastián, 0

Lo que sí consiguió Díaz Ferrán es concitar un auditorio de campanillas. Dos ministros, Miguel Sebastián y Cristina Garmendia; nutrida representación de la oposición: Cristóbal Montoro, Miguel Arias Cañete o Elvira Rodríguez; de asociaciones empresariales, como Claudio Boada y Javier Gómez Navarro, y empresarios como Juan Miguel Villar Mir o Luis del Rivero. Hasta Jaime de Marichalar se dejó ver. Tal vez no fue un alarde de tacto que el presidente de la patronal, que tenía al duque de Lugo a cinco metros, en la mesa principal, citara el discurso navideño del Rey como argumento de autoridad para pedir que “todos tiremos del carro en la misma dirección”.

¿Ausencias? A diferencia del último desayuno empresarial al que acudió Díaz Ferrán, no estaban los secretarios generales de UGT y CCOO. Tampoco se vio a representantes de la AEB y de la CECA. No tenían porque estar, es cierto, pero también lo es que el presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín, ha expresado recientemente su malestar por las críticas recibidas en el seno de CEOE, de cuya junta directiva forma parte, por las restricciones en el crédito de las entidades bancarias. Tampoco estuvo en el último comité ejecutivo de la patronal. El discurso ayer del presidente de los empresarios no pudo ser más conciliador para con la banca. “Están haciendo todo lo posible”, explicó, descargando sus críticas contra el ICO. Aseguró que las líneas de financiación no están funcionando adecuadamente y que deben modificarse para que el Instituto de Crédito Oficial asuma más morosidad, más riesgo y permita el acceso a la financiación de entidades más grandes.

Quien a buen seguro se marchó del acto con una sonrisa en los labios fue Cristóbal Montoro, que ganó el pulso al ministro de Industria por nolo contendere. Estando sobre la mesa la propuesta de Díaz Ferrán para abaratar el despido, una pregunta del auditorio planteaba si el PP estaba de acuerdo con la medida. El portavoz económico del PP fue claro. “No se puede introducir más desconfianza y más amenazas que puedan hacer que caiga más el consumo”, zanjó. “¿Quiere decir algo algún representante del Gobierno?”, preguntó el moderador. Antes de que acabara la pregunta, Sebastián y Garmendia, al unísono, en un gesto cuasi sincronizado, movían la cabeza de lado a lado para evitar intervenir. Pies para que os quiero. “Lamento discrepar del representante del PP que ha cogido el micrófono”, dijo contrariado Díaz Ferrán, que insistió en la necesidad de reformar el coste del despido y de hacerlo ya. Seguro que no se le escapaba que el representante popular en cuestión tenía nombre.

Gerardo Díaz Ferrán CEOE CCOO