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La crisis parte al sector financiero: la banca abre el fuego contra las cajas
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LA AEB CONTRAATACA PARA EVITAR EL "MANGUERAZO" DE CAPITAL

La crisis parte al sector financiero: la banca abre el fuego contra las cajas

La guerra ha estallado en el sistema financiero español. Bancos y cajas de ahorros nunca se han llevado bien por la competencia natural entre ambas entidades,

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La crisis parte al sector financiero: la banca abre el fuego contra las cajas

La guerra ha estallado en el sistema financiero español. Bancos y cajas de ahorros nunca se han llevado bien por la competencia natural entre ambas entidades, pero ayer el presidente de la asociación de los primeros (AEB), Miguel Martín, sacó la artillería contra las segundas. El mensaje es doble: hacia sus rivales, que no cuenten con su apoyo para salir de la crisis; y hacia el Gobierno, que no meta a los bancos en el mismo saco que las cajas. Detrás de este aviso, subyace el miedo a que el Gobierno decida inyectar capital a todas las entidades, lo necesiten o no, práctica que ya ha sido bautizada en el sector como manguerazo.

Martín defendió ayer en su comparecencia ante el Congreso que el Gobierno deje caer a las entidades inviables para no lastrar al conjunto del sector. Aunque no citó a nadie en concreto, todo el mundo interpretó que se refería a las cajas de ahorros en problemas después de que haya comenzado el rescate de la primera: Caja Castilla-La Mancha. Lo que la AEB quiere decir al defender el modelo clásico de rescate entidad por entidad es que no hay que aprovechar la situación de algunas cajas para ofrecer soluciones globales que al final se traducirán en un control público de la banca.

El divorcio definitivo entre bancos y cajas se ha ido escenificando recientemente. Por ejemplo, en la última reunión en Moncloa con Zapatero, banqueros y cajeros se sentaron en dos grupos enfrentados. Y quiebra una unidad del sector que en otros países ha sido total para que el Gobierno tenga un interlocutor único y que muchos creen que sería necesaria en España para que nuestro sistema financiero salga de la grave situación en que se encuentra.

El mensaje de Martín tiene una segunda derivada, porque contiene una diferenciación implícita entre bancos y cajas. Viene a decir que los bancos están mucho mejor que las cajas, tienen un balance más saneado, han crecido menos y de forma más prudente, no tienen el ingente crédito promotor y empresarial concedido por las cajas por motivos políticos, sus niveles de capital y provisiones son más elevados, y por ahí seguido.

Aunque tenga buena parte de razón, este mensaje ignora que los bancos también se han embarcado en una expansión de crédito tremenda en los últimos años con unos criterios muy laxos, que ahora está pagando con el fuerte aumento de la morosidad y la adquisición masiva de inmuebles. Los analistas internacionales de firmas de bolsa y agencias de rating pintan un panorama muy preocupante para los bancos: una crisis mucho más larga de lo previsto, una subida de la morosidad de tal calibre que obligará a todo el mundo a ampliar capital, caída de beneficios generalizada e incluso pérdidas, supresión del dividendo, problemas para obtener financiación y continuidad de la caída en bolsa.

Objetivo: evitar el manguerazo

Este enfrentamiento con las cajas y estos mensajes se justifican por la necesidad de conseguir un fin crucial para los bancos: evitar que el Gobierno proceda a regar con capital a todo el sistema. Como adelantó El Confidencial el 26 de agosto, esta idea proviene del entorno de Miguel Sebastián, puesto que en Moncloa hay gente con muchas ganas de nacionalizar bancos, según distintas fuentes. Ahora se encuentran ante su oportunidad de oro para llevarlo a cabo.

Formalmente, el motivo es evitar la estigmatización de las entidades que tengan que ser rescatadas, por el peligro de retirada masiva de depósitos. Sin embargo, lo que hay detrás es un innegable poder del Ejecutivo sobre las entidades, ya que incluso podría tener representantes en su consejo. Y a eso se oponen furibundamente los banqueros, al igual que el PP.

Frente a este modelo del manguerazo, Martín propone una fórmula clásica de saneamiento: que se rescate sólo a las entidades que lo necesiten con dinero público, que éste dinero se devuelva posteriormente, que los malos administradores sean expulsados y que se deje quebrar a alguna entidad si no hay más remedio. Martín puso el ejemplo de Japón, donde ayudas multimillonarias del Estado apenas sirvieron en los años 90 para sacar del colapso a su sistema financiero. Y añadió que lo importante es que la forma del rescate sea la mejor para que el sector salga fortalecido dentro de unos años.

La guerra ha estallado en el sistema financiero español. Bancos y cajas de ahorros nunca se han llevado bien por la competencia natural entre ambas entidades, pero ayer el presidente de la asociación de los primeros (AEB), Miguel Martín, sacó la artillería contra las segundas. El mensaje es doble: hacia sus rivales, que no cuenten con su apoyo para salir de la crisis; y hacia el Gobierno, que no meta a los bancos en el mismo saco que las cajas. Detrás de este aviso, subyace el miedo a que el Gobierno decida inyectar capital a todas las entidades, lo necesiten o no, práctica que ya ha sido bautizada en el sector como manguerazo.

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