Caja Duero y Caja España encargan a KPMG la auditoría para iniciar su integración

Cada vez falta menos. Los consejos de administración de Caja Duero y Caja España acordaron ayer miércoles de manera unánime poner en marcha “un proceso conjunto y coordinado que desemboque en una decisión firme sobre la fórmula elegida para combinar sus estructuras, negocios y actividades”. La integración de ambas entidades está más cerca, ahora sólo falta “que dure poco y no duela”.

Para llevar a cabo este proceso, Caja Duero y Caja España han acordado otorgar un mandato de trabajo a un asesor externo para que analice, evalúe y presente las opciones más eficientes de combinación, con el propósito de que la fórmula resultante garantice la consecución de los objetivos definidos. Un trabajo que ha sido encargado a la consultora KPMG (Pricewaterhouse), según las fuentes financieras consultadas.

 

“Una vez finalizado el análisis del asesor, los consejos de administración estudiarán las conclusiones del informe y adoptarán un acuerdo sobre la fórmula de combinación elegida”, como ayer explicaban desde Salamanca. De momento, existe un principio de acuerdo integrarse bajo la fórmula de un Sistema de Protección de Liquidez y Solvencia (SIP), respaldado por el Banco de España que roza la fusión pero preserva las marcas.

Con esta decisión, ambas las cajas de Salamanca y León pretenden “crear una entidad financiera con vocación de liderazgo económico y social no sólo en Castilla y León, sino en España, garantizando con ello su capacidad competitiva en el terreno comercial y su acceso preferente a financiación en los mercados mayoristas”, además de convertirse en un referente como generador de empleo en la comunidad autónoma.

El acuerdo alcanzado, tras varios meses de negociaciones, ha contado con el impulso de la Junta de Castilla y León, que no convenció a las seis cajas regionales para formar parte de una caja única. Finalmente, Caja España y Caja Duero son las únicas en emprender este camino, anticipándose al proceso de consolidación que tendrá lugar en “un futuro en el sector financiero español para garantizar su competitividad en contextos adversos de mercado”.