Ulibarri salva el concurso de acreedores para refinanciar la deuda del Grupo Begar

José Luis Ulibarri respiró aliviado el pasado miércoles. El empresario leonés, implicado en la trama de corrupción del caso Gurtel, fue informado por el juzgado de lo Mercantil de Valladolid de que la solicitud de concurso de acreedores necesario solicitado para la constructora Begar no había sido admitida. “El miércoles 20 de mayo, el juzgado número 12 de Primera Instancia comunicó a las partes que la tramitación había sido archivada”, según fuentes jurídicas.

Hace un mes y medio, un despacho de abogados madrileño, que reclama el pago de una deuda próxima al medio millón de euros en nombre de un grupo de acreedores, decidió ir a los tribunales para recuperar la deuda contraída por las empresas del Grupo Begar para con sus clientes. El juez, sin embargo, no ha considerado procedente el recurso, dada la posibilidad de que Ulibarri consiga cerrar en las próximas fechas una refinanciación de la deuda del grupo.

 

De hecho, el pasado jueves, un día después del archivo, Ulibarri se sentó con el pool de bancos acreedores para tratar encontrar una solución a la complicada situación financiera del grupo, que tiene pendientes líneas de pago con entidades financieras y con proveedores por encima de los 400 millones. Como reconocen desde Begar, aunque sin dar ninguna cifra, “se está negociando la refinanciación para todas las empresas del grupo, no solo la constructora”.

A pesar de haber nacido en Ponferrada, los cuarteles generales de Begar están ubicados en Valladolid, la capital de la Junta de Castilla y León, una comunidad gobernada durante años por el PP y donde José Luis Ulibarri se ha llegado a convertir en uno de las empresarios de referencia, con intereses en los negocios de la construcción, explotación de servicios sociales, obra civil, promoción inmobiliaria y medios de comunicación.