Carlos Solchaga: "“Hasta bien metidos en 2011 no será posible la normalidad económica”

El ex ministro de Economía y Haciencia, Carlos Solchaga, cree que “hasta bien metidos en 2011 no será posible la normalidad económica”. En una entrevista en el programa de Telemadrid El Círculo a Primera Hora, Solchaga, que fue el artífice de la reconversión industrial en la crisis de los 80, ha vaticinado que a mediados del año que viene “comenzaremos a ver alguna tasa positiva. Otra cosa es que nos recuperemos hasta llegar a la normalidad y empiece a descender el desempleo. Hasta bien metidos en 2011 no será posible y, por desgracia, como el paro no empezará a caer hasta 2012”.

El ex ministro ha comparado las dificultades por las que atravesó la economía española entonces con la situación actual y ha dicho que la crisis de hace trienta años “se parece a la de ahora en el sentido de que cae la demanda y la producción, aumenta el desempleo, se producen problemas en las cuentas públicas que entran en déficit y hay un factor internacional, en el de aquella, la subida de los precios del petróleo. La diferencia viene con el componente financiero. En su opinión, el mal manejo de los bancos de los riesgos, la insuficiencia de capital y, por tanto, la posibilidad de que el contagio sea más rápido y mayor han hecho de esta crisis algo más sincrónico, con lo que su tratamiento es más complicado y promete bastantes más dificultades a la hora de salir de la misma”.

Para Solchaga, la paradoja de que aunque la desaceleración económica en España sea menor que en otros países pero las tasas de desempleo crezcan muy por encima de la media se debe a que “tenemos un mercado de trabajo dividido en dos segmentos que no se comunican. Por un lado, los trabajadores con contrato indefinido, con lo que es muy costoso librarte de ellos cuando tienes una crisis. Y por otro, un 30% de empleos que tienen que ver con contratos temporales, que van venciendo a lo largo del año a medida a que ajustas las necesidades de tu plantilla a la producción. En su opinión, si existiera una mayor descentralización para llegar a acuerdos y si unificáramos los contratos de trabajo haciendo que la indemnización por desempleo fuera proporcional a la antigüedad en un puesto de trabajo con unos límites razonables, conseguiríamos que el impacto del descenso de la actividad económica sobre el empleo fuera menor”.

El paro es un drama que tiene que tiene un efecto multiplicador y propagador de la crisis

Y es que, en opinión del experto en Economía, el paro es “un drama que tiene un efecto multiplicador y propagador de la crisis. El desempleo reduce el consumo, si a eso le sumamos que, como ocurre con frecuencia en la familia media española, se tiene un hipotecario, comienzan a haber problemas para pagarlo y estos problemas se manifiestan en moras para los Bancos. Éstos entonces tienen que aprovisionar esa mora y, por tanto, disponen de menos capital para seguir proporcionado crédito. Y si hay menos crédito, habrá menos gente para mantener la actividad y el empleo”. “Todo aquello que pueda cortar, aún de manera eventual, el desempleo supone poner un cortafuegos a la propagación de la crisis”, apostilló.

Para Solchaga, el gasto público se ha convertido en la principal receta del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero para paliar los malos índices económicos por lo que, todas las previsiones indican que España podría terminar el año con un 8,5% de déficit. “El problema no está en hasta dónde podemos llegar con el déficit, si no hasta donde los mercados nos dejarán llegar. El déficit hay que cubrirlo con deuda y la deuda hay que colocarla. Como hoy no activos alternativos a la deuda, porque al gente tiene miedo a invertir en activos de riesgo, la deuda se está colocando bien pero, claro, todos estamos apelando a los mismos mercados de deuda para financiar los déficits, por lo que estos mercados pronto empezarán a discriminar entre aquellos que países que piensen que tienen más posibilidades de pagar la deuda, ateniéndose al déficit acumulado y a la ratio entre deuda y PIB. En este sentido, un déficit de un 8 o 8,5% es seguramente nuestro límite máximo. Queda que se gaste mejor y con más eficiencia. No hay que insistir mucho más en la parte de la política fiscal, el esfuerzo hay que hacerlo en las reformas estructurales para salir de la crisis de la manera más competitiva posible”, afirmó Solchaga quien asegura que España está en buena situación para colocar su deuda y defendió al Gobierno al que se le ha criticado por su falta de previsión.

“De cuando ganó las elecciones a hoy, los escenarios han cambiado. La velocidad con que se ha deteriorado la economía ha sido gigantesca y hemos asistido a uno de los fenómenos más extraños que se pueden ver en Economía: a la revisión en días y semanas de las previsiones económicas a la baja, de manera que hasta a la gente de la OCDE les ha pillado por sorpresa la rapidez de propagación de la recesión”.

Aboga porque las Cajas mantengan su competencia con la banca privada

En cuanto a la situación que viven las Cajas de Ahorro, para muchos analistas fruto de las decisiones más políticas que económicas en su gestión, el ex ministro afirmó que estas entidades “tienen un estatuto muy especial y un componente muy relacionado con el Estado de las Autonomías en la dirección y gestión del ahorro, ahora bien, son entidades financieras muy modernas que deben mantener sus competencia con la banca privada.

En este sentido, se les obliga a ser más eficientes y ahí entra en conflicto su estructura, con órganos de gobierno con representantes públicos, y su modernización”, dijo Solchaga quien confirmó que otras Cajas tienen ya  dificultades del calibre de la CCM, que fue intervenida por el Banco de España hace unas semanas, para las que la mejor opción sería “encontrarles un buen socio para su enderezamiento con ayuda del Gobierno en vez de intervenirlas directamente”, pero aclaró que su situación precaria, dijo, ”no tiene nada que ver con el componente político de sus consejos de Administración” si no que más bien “son consecuencia de que, movidas por la urgencia de los beneficios que obtenía la Banca privadas en el desarrollo y financiación del sector inmobiliario, se metieron en operaciones de riesgo en mayor proporción de la que debían”.