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Un préstamo, una VTC y un pleito: lo que Ayuso no sabe de Cabify-Auro
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Un préstamo, una VTC y un pleito: lo que Ayuso no sabe de Cabify-Auro

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

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Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, tiene un lío con el sector del transporte de pasajeros con vehículo. Por un lado, se ha puesto en contra al mundo del taxi, después de que la Asamblea aprobara la semana pasada la nueva ley reguladora de las VTC. Por otro, dos operadores, Cabify y Auro, mantienen viva una batalla judicial camino del Tribunal Constitucional cuyo desenlace puede afectar a su viabilidad financiera, siendo la capital su principal mercado en España.

Este pulso va solo de supervivencia. En un mercado con gigantes como Uber o nuevos entrantes como Bolt, la viabilidad de los operadores pasa por su capacidad financiera para sostener pérdidas hasta alcanzar los anhelados números negros. Cabify sacó pecho justo a las puertas de la pandemia (2019), calentando el mercado para una posible salida a bolsa, pero todo quedó patas arriba con la crisis sanitaria: otra vez pérdidas millonarias (más de 40 millones) y vuelta a la casilla de salida.

En el caso de Auro (y su filial Cibeles), los números eran todavía malos antes de la pandemia, con una cifra de negocio conjunta superior a los 75 millones y pérdidas de varios millones. El confinamiento les dio la puntilla, obligando a José Antonio Parrondo, Félix Ruiz, Bernardo Hernández, Aquilino Peña y compañía a afrontar varias ampliaciones de capital hasta marzo de 2021 y a coger líneas ICO. Y eso, pese a no provisionar la contingencia judicial que tienen abierta con Cabify, de casi 70 millones.

Foto: EC.

A finales de 2019 y principios de 2020, Cabify (participada de Rakuten y Seaya) demandó a Auro y Cibeles por incumplimiento del contrato de exclusividad firmado en 2018 para operar con su plataforma. Paradójicamente, parte de las licencias VTC de ambas compañías, en torno a 1.000 unidades cada una, había sido adquirida gracias al préstamo (más de 40 millones) que su cliente les había concedido. Además de una relación comercial, el vínculo rozaba casi la asistencia financiera.

En posteriores réplicas judiciales, Parrondo y Ruiz demandaron a Cabify de manera preventiva para evitar que se diera por vencido el contrato de crédito entre ambos de forma anticipada y, por extensión, la ejecución de los derechos de prenda sobre las participaciones de Auro. O sea, que Juan de Antonio, consejero delegado y fundador del unicornio español, no se quede con las llaves de su negocio. Y esa conexión financiera les ata por encima de su actual enemistad.

Tanto es así que Auro ha tratado de romper esa relación. El dinero propio ha ido para ampliar capital (más de 20 millones), por lo que han sondeado el mercado para financiar esa desconexión, con intereses a doble dígito. Sin embargo, tanto la incertidumbre de la nueva ley de VTC como el propio frente judicial con Cabify han espantado por el momento a posibles inversores en esa deuda. Con ese melón abierto sobre la mesa, cualquier 'exit' para los accionistas de Auro y Cibeles se antoja complicado.

Foto: Agnas Laghrari. (EC)

Y aquí está el posible meollo real del conflicto. El limbo jurídico provocado por el entonces ministro José Luis Ábalos estresó los planes de negocio de los actores del sector VTC, tanto a las plataformas como a sus proveedores de flotas. Por eso, el pulso de Auro a Cabify se entiende como pura estrategia para forzar una compra (más ventajosa que la de Rosauro Varo), sabiendo además que el unicornio de Rakuten y Seaya tenía previsto en su calendario (verano de 2021) un evento de liquidez.

Hace un mes, en su participación durante las jornadas del Círculo de Economía, el emprendedor Oscar Pierre, cofundador de Glovo, explicó ante una audiencia mucho más veterana y tradicional la crudeza de nuevos negocios como el suyo. Para mercados en crecimiento, donde la curva de rentabilidad no es inmediata y la incertidumbre regulatoria puede condicionar tu viabilidad, solo gana el líder. El segundo sobrevive y el tercero debe ser comprado. Y de eso va lo de Cabify, Auro y compañía.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, tiene un lío con el sector del transporte de pasajeros con vehículo. Por un lado, se ha puesto en contra al mundo del taxi, después de que la Asamblea aprobara la semana pasada la nueva ley reguladora de las VTC. Por otro, dos operadores, Cabify y Auro, mantienen viva una batalla judicial camino del Tribunal Constitucional cuyo desenlace puede afectar a su viabilidad financiera, siendo la capital su principal mercado en España.

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