El 'bund', la deuda de EEUU y el oro acogen a los despavoridos inversores

El mercado echa chispas. Rusia y el petróleo han puesto en jaque a las bolsas de casi todo el mundo (principalmente las europeas) y están haciendo descarrilar un final de año que tenía visos de ser plácido.

Aunque la tormenta llevaba fraguándose varias semanas, este lunes estalló con fuerza debido a la histórica decisión del Banco de Rusia de subir los tipos de interés al 17% en un intento desesperado por sostener a un cada vez más débil rublo.

Esto ha echado más leña al fuego y el rublo se hunde aún más este martes, lo que ahonda más en el desplome de la Bolsa de Moscú. Además, el petróleo no da un respiro y sigue en caída libre. El Brent europeo ha perdido un 1,9%, hasta 59,8 dólares, su nivel más bajo desde mayo de 2009; mientras que el Texas americano ha acabado en tablas en 56 dólares.

Con este panorama, los inversores están corriendo hacia los históricos refugios que han acogido siempre a los despavoridos cuando las cosas se han puesto feas. En primer lugar, destaca la fuerte caída de la rentabilidad del bund alemán. El bono germano a diez años cae más de un 4%, hasta tocar un nuevo mínimo histórico en el 0,59%.

Por su parte, la deuda americana también está recibiendo a los inversores huídos. El interés del bono estadounidense a diez años baja un 3% este martes, hasta el 2,05%, su nivel más bajo desde junio de 2013, cuando Bernanke abrió la puerta al último programa de estímulos económicos.

Por último, el oro también se beneficia de la debacle rusa. La onza ha subido un 0,2%, hasta 1.196 dólares.