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Sexo, drogas y hojas de cálculo: el psiquiatra estrella de Wall Street para tratar adicciones
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Adictos en la élite

Sexo, drogas y hojas de cálculo: el psiquiatra estrella de Wall Street para tratar adicciones

Se ha disparado la demanda de citas con el doctor, que trata a operadores, gestores de fondos y banqueros con problemas de salud mental

Foto: Imagen: Unsplash/Nastya Dulhiier.
Imagen: Unsplash/Nastya Dulhiier.
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Cuando los titanes de las finanzas se vuelven adictos a las drogas y el alcohol, a veces acaban en el diván del Dr. Sam Glazer.

El Dr. Glazer, psiquiatra, trata a los miembros de Wall Street por abuso de sustancias y otras enfermedades mentales. La demanda de servicios como el suyo se ha disparado desde la pandemia. Glazer ha añadido recientemente dos terapeutas a su consulta, que ahora cuenta con seis miembros y trata a unos 200 pacientes a la vez.

La mayoría son comerciantes, gestores de fondos, banqueros de inversión y abogados de empresa. Casi todos son hombres que temen informar a sus jefes de sus dolencias, y mucho menos pedir la baja médica.

"La mayoría son comerciantes, gestores de fondos, banqueros de inversión y abogados de empresa"

"He visto a mucha gente de alto rendimiento en los niveles superiores de las finanzas que tienen pánico a ser descubiertos", cuenta Glazer, de 56 años. "Hay una cultura de paranoia. ¿Querrías que te gestionara tu dinero alguien que ha sido identificado como un alcohólico?".

La salud mental se está convirtiendo en un área de creciente preocupación para las autoridades sanitarias, los médicos y los legisladores. En febrero, Thomas H. Lee, pionero del capital riesgo, se suicidó en Wall Street. Sin embargo, temas como la depresión, la ansiedad y la adicción siguen siendo tabú en muchas empresas financieras, en parte porque dar una imagen de perfecta estabilidad es crucial para atraer y conservar clientes.

Foto: Foto: iStock/Jun.
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Algunos sectores han tomado medidas para desestigmatizar la salud mental, ofreciendo tiempo libre remunerado y asesoramiento gratuito. Estas medidas forman parte de un cambio generalizado en la enseñanza superior, la política y el deporte profesional, en el que deportistas y legisladores hablan abiertamente de su depresión y ansiedad.

El cambio ha sido desigual en Wall Street. Grandes bancos como JPMorgan Chase han introducido nuevas iniciativas de salud mental. Las empresas de capital riesgo y los fondos de cobertura han tardado más en actuar. La mayoría de estos "gestores de inversiones alternativas" son de propiedad privada y se enorgullecen de ser aún más competitivos —y de pagar aún más— que los grandes bancos que cotizan en bolsa.

"La adicción es un problema enorme", afirma Jonathan Alpert, psicoterapeuta que también trata a profesionales de las finanzas y la tecnología. "Pedir ayuda es probablemente un poco más aceptable en la tecnología debido a su enfoque en el bienestar, pero Wall Street es más tradicional, más 'mueve el culo y haz lo que tengas que hacer'". El año pasado, el capítulo neoyorquino de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales puso en marcha una colaboración de empresas financieras para concienciar sobre la salud mental. Cinco bancos, entre ellos Citigroup y Deutsche Bank, se han adherido. Solo se han unido dos empresas de inversión alternativa.

Foto: Miguel Bosé en la serie documental. (Movistar Plus )

"He hablado con docenas y docenas de empresas que no estaban dispuestas a mantener esta conversación con sus competidores", afirma Rachael Steimnitz, directora de salud mental en el trabajo de la asociación.

La Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas publicó informes y celebró seminarios web sobre salud mental en 2020 y 2021, pero no ha vuelto a hacerlo desde entonces, según cuenta un portavoz del grupo comercial. Una portavoz de la Asociación de la Industria de Valores y Mercados Financieros, un grupo comercial para los bancos de Wall Street, declinó hacer comentarios sobre la respuesta de la industria a los problemas de salud mental entre los trabajadores.

Alrededor del 3,6% de los empleados de la industria financiera dieron positivo por consumo de drogas en 2022, frente al 2,8% en 2019, según Quest Diagnostics. Eso es más bajo que una mediana general de alrededor del 4,7%, pero los datos podrían subestimar a los empleados de finanzas. Los empleadores de cuello blanco tienden a ser menos propensos a realizar pruebas de consumo de drogas. Ya de adolescente, Glazer pensaba que se dedicaría a la medicina, siguiendo el camino de su padre y más tarde de su hermano. A los 21 años murió su madre, lo que desencadenó su propia depresión, y decidió estudiar psiquiatría.

Foto: Existen señales menos obvias que la tristeza que solemos pasar por alto. (Pexels)

Uno de sus primeros pacientes fue un contable de Wall Street que había perdido su trabajo y su piso por la adicción a la cocaína. "Verle recuperar la sobriedad y dar un giro a su vida fue muy gratificante", afirma Glazer.

Empezó a tratar a pacientes drogodependientes que le remitían otros médicos. Su clientela de Wall Street empezó a recomendarle a sus compañeros de trabajo, y en pocos años ya trataba casi exclusivamente a gente del mundo de las finanzas. La remuneración anual de los socios de empresas de capital riesgo y fondos de cobertura puede ascender a decenas de millones de dólares. El dinero suele ser el problema.

Según Glazer, cuando los jefes financieros están en la cresta de la ola, algunos consumen sustancias y practican sexo compulsivo para amplificar la sensación. Cuando su fortuna se deteriora, hacen lo mismo para evitarlo. Otros recurren a la adicción para enmascarar la realidad de que alcanzar sus objetivos —como lanzar su propio fondo o ganar 100 millones de dólares— puede dejarles una sensación de vacío.

Foto: Funeral de un combatiente del Grupo Wagner. (Reuters/Igor Russak)

Al mismo tiempo, el dinero puede impedirles pedir ayuda: creen que nadie quiere oír las quejas de personas adineradas. O, cuando piden ayuda, exigen que sea siguiendo una serie de condiciones que ellos mismos determinan. Al principio de la carrera de Glazer, un paciente con depresión y adicción al sexo dijo que estaba demasiado ocupado para acudir a la consulta del psiquiatra. Para su primera sesión, envió una limusina para llevar a Glazer a su lugar de trabajo en el centro de la ciudad.

"Al principio piensas: 'Vaya, eres un psiquiatra muy especial'", dijo Glazer. "Luego te das cuenta de que no estás ayudando al paciente, sino que te has convertido en su empleado". Glazer ahora solo ejerce desde su consulta, en el Upper East Side de Manhattan. Los pacientes suelen acudir a Glazer después de haber sido presionados por un familiar, normalmente el cónyuge.

Foto: Fuente: iStock.

Cuatro de cada cinco empleados de fondos de cobertura y de capital riesgo son hombres, según la empresa de análisis Preqin. Los hombres son mucho menos propensos a buscar tratamiento de salud mental: el 18% de los hombres en EEUU acuden a consulta en comparación con el 29% de las mujeres, según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud.

Algunos pacientes desarrollan adicciones para hacer frente al estrés laboral. La colaboración en salud mental de Wall Street organizó este año seminarios web sobre soledad y adicción, en los que incluso los altos ejecutivos pudieron hablar de sus luchas. "Crean un espacio seguro para dialogar", afirma Marie Suesse, responsable global de capital humano de Värde Partners, gestora de fondos de crédito alternativos del grupo. "Participar ayudó a establecer el tono interno de que está bien dar un paso adelante y decir 'estoy luchando con esto'".

Algunos nunca recaen. Muchos siguen en tratamiento y solo en contadas ocasiones vuelven a caer en conductas nocivas. Otros intentan recuperarse, pero se hunden más en la adicción, perdiendo a sus familias, sus carreras y a veces sus vidas. Glazer, que cobra 700 dólares por sesión de 45 minutos, no quiso revelar cuántos de sus pacientes se recuperan a largo plazo.

Foto: Miguel Bosé en la serie documental. (Movistar Plus )

El miedo a ser reconocido y descubierto aleja a muchos peces gordos del mundo de las finanzas de los grupos de 12 pasos, como Alcohólicos Anónimos, explica Glazer. Aun así, anima a sus pacientes a asistir. La dependencia del alcohol es el trastorno más común que trata Glazer, mientras que la adicción generalizada a otras sustancias va creciendo y menguando. La cocaína, tristemente célebre por su relación con Wall Street en la década de 1980, cayó en desgracia, pero ha vuelto a ser habitual y a menudo coincide con la adicción al sexo, explica.

El abuso del estimulante Adderall despegó en la pandemia después de que el gobierno facilitara la obtención de una receta a través de una cita de telesalud. Muchos se han apoyado en el fármaco para cumplir las expectativas de estar constantemente de guardia y aliviar el aislamiento que supone trabajar desde casa.

Para ayudar a los pacientes, Glazer primero debe convencerles de que acepten "que las adicciones son una enfermedad del cerebro y que este es más poderoso que ellos", afirma.

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Una vez logrado esto, ayuda a los pacientes a hacer frente a la forma en que utilizan las sustancias para evitar las relaciones personales y las emociones que les causan malestar. Los pacientes que lo consiguen crean redes de seguridad entre amigos, o incluso colegas, a las que pueden recurrir cuando la adicción se recrudece. Aproximadamente la mitad de las empresas financieras disponen de ayuda para los empleados que pueden solicitarla, afirma Glazer.

"Si puedes encontrar un lugar donde hablar abiertamente de algo tan estigmatizado y ser aceptado como buena persona… no creo que haya nada mejor", afirmó.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Cuando los titanes de las finanzas se vuelven adictos a las drogas y el alcohol, a veces acaban en el diván del Dr. Sam Glazer.

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