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Bolsa y bonos vuelven a moverse a la par y esto amenaza con complicar aún más 2024
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Bolsa y bonos vuelven a moverse a la par y esto amenaza con complicar aún más 2024

La angustia por las acciones y los bonos esta semana muestra tres formas en que la inflación y la economía pueden mover su cartera

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.
Foto: Getty/Spencer Platt.
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Algunos inversores sostienen que tal y como va enero, así va el año. El comportamiento hasta ahora -con una caída del 1,7% del S&P 500 al cierre del jueves- no ofrece grandes esperanzas. Pero las tres primeras jornadas bursátiles del año nos van a servir para repasar tres de las formas en que la inflación y la economía afectan a su cartera.

El año comenzó como terminó el anterior, con la atención puesta en la Reserva Federal y la inflación, pero en sentido contrario.

Primera jornada: el martes, primer día de negociación, las acciones cayeron al tiempo que subían los rendimientos de los bonos, ante la preocupación de que el entusiasmo del año pasado por los inminentes recortes de tipos hubiera ido demasiado lejos. Durante los dos últimos meses del año, los inversores apostaron fuerte por una menor inflación y una rápida relajación de la Reserva Federal, lo que redujo drásticamente el rendimiento de los bonos e impulsó los precios de las acciones. Desde 1989, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años sólo habían registrado caídas mayores en ocho semanas durante las crisis de 1998, 2008-09 y 2020, por lo que no es de extrañar que los inversores se lo pensaran mejor.

Lo inusual es que los rendimientos de los bonos y las acciones se muevan en direcciones opuestas, o al menos lo era hasta hace poco. La correlación a 90 días entre los movimientos del S&P y el rendimiento del Tesoro a 10 años es tan negativa como lo ha sido este siglo, ya que la atención a la inflación los empuja en direcciones opuestas más a menudo que en cualquier otro momento desde que los inversores concluyeron que la Fed de Alan Greenspan había conquistado la inflación.

Una economía más fuerte suele traer consigo mayores beneficios (bueno para las acciones) y más presiones inflacionistas

Para entender los mercados del martes, y del resto de la semana, tenemos que pensar en cómo afecta la economía a las acciones y a los bonos. Una economía más fuerte suele traer consigo mayores beneficios (bueno para las acciones) y más presiones inflacionistas y, por tanto, tipos de interés más altos (malo para las acciones). A veces, los mayores beneficios compensan con creces los tipos más altos, y las acciones y los rendimientos de los bonos suben a la par, como ocurrió entre 2000 y 2020 la mayor parte del tiempo.

De octubre a finales de año, los inversores llegaron a la conclusión de que la inflación estaba bajando por sí sola, por lo que podían tener tanto buenos beneficios como tipos más bajos, algo doblemente bueno que hizo subir las acciones un 15% en ocho semanas. Cuando el martes se desvaneció parte de la confianza en los recortes de tipos, no hubo buenas noticias económicas que las compensaran, por lo que las acciones cayeron.

Foto: Foto: Reuters/Justin Lane.

Los valores más afectados por el aumento de los rendimientos de los bonos deberían ser los de crecimiento, cuyos beneficios están más lejos en el futuro. Sin duda, el martes tuvieron su peor día desde que comenzó la escalada en octubre, con el índice Russell 1000 Growth cayendo un 1,5%. Los valores baratos, o de valor, que son menos sensibles a los tipos -y subieron menos en los últimos meses- obtuvieron una pequeña ganancia.

Segunda jornada: el miércoles se produjo una dinámica diferente, ya que las noticias económicas fueron mejores de lo esperado, lo que en un primer momento impulsó bruscamente los rendimientos del Tesoro por encima del 4%. Hubo más ofertas de empleo de las previstas por los economistas, y el informe manufacturero del Institute for Supply Management fue menos malo de lo pronosticado. La subida de los rendimientos de los bonos volvió a ser negativa para las acciones, la pauta de los dos últimos meses, ya que el mayor potencial de beneficios no fue suficiente para compensar la subida de los tipos, antes de que se publicaran las actas de la reunión de diciembre de la Reserva Federal y los rendimientos de los bonos terminaran el día a la baja, junto con las acciones.

Tercera jornada: el jueves, los mercados volvieron inicialmente al modelo que tanto nos gusta, ya que las acciones subieron junto con los rendimientos de los bonos del Tesoro gracias a un mercado laboral más fuerte de lo esperado y a las buenas noticias del sector servicios. Esta es la correlación que desean los inversores; es cierto que el aumento de los rendimientos de los bonos perjudica a los bonos del Tesoro en nuestras carteras, pero ganamos mucho más con las acciones. Los bonos del Tesoro son molestos de mantener en tiempos de vacas gordas, pero la cuestión es mantenerlos en caso de malos tiempos. Al menos ahora ofrecen un rendimiento superior a la inflación.

Foto: Panorámica del interior de la Bolsa de Frankfurt, en Alemania. Reuters/Ronald Wittek)

Más tarde, las buenas noticias se desvanecieron. Es cierto que más miembros del S&P 500 subieron que bajaron, pero los valores más grandes arrastraron al índice general. Quizás los accionistas se asustaron porque la rentabilidad a 10 años volvió a alcanzar el 4%. O tal vez, después de la fantástica subida, cualquier persona con dos dedos de frente optaría por vender para recoger beneficios cada vez que las acciones suben.

Nada de esto nos ofrece muchas pistas sobre la dirección de los mercados para el resto del año. Lo que podemos desear es menos preocupación por la inflación, más certidumbre sobre lo que hará la Reserva Federal y, por tanto, más días en los que las acciones y los rendimientos de los bonos suban a la par.

Desgraciadamente, preveo que en los próximos meses la atención se centrará en la inflación y en la Reserva Federal, incluso si ésta lleva a cabo un recorte de tipos en marzo, como esperan los inversores. Esto crea problemas para aquellos de nosotros a los que nos gusta mantener los bonos del Tesoro como colchón en nuestras carteras para los tiempos de vacas flacas, porque es probable que día a día ganemos o perdamos dinero en acciones y bonos al mismo tiempo, es decir, los rendimientos más altos de los bonos serán malos para las acciones, y los rendimientos más bajos buenos para las acciones. Por supuesto, si estamos ganando dinero tanto en acciones como en bonos a ninguno de nosotros le importará, pero días como el martes en que ambos pierden han sido angustiosamente comunes en los últimos dos años.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Algunos inversores sostienen que tal y como va enero, así va el año. El comportamiento hasta ahora -con una caída del 1,7% del S&P 500 al cierre del jueves- no ofrece grandes esperanzas. Pero las tres primeras jornadas bursátiles del año nos van a servir para repasar tres de las formas en que la inflación y la economía afectan a su cartera.

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