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¿De dónde viene la fiebre mundial por el cobre?
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batalla por el dominio del cobre

¿De dónde viene la fiebre mundial por el cobre?

EEUU y China se disputan este metal, esencial para los vehículos eléctricos y los centros de datos. La pugna por su control asciende a los 43.000 millones de dólares

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Después de que uno de los principales productores de cobre del mundo sufriera hace poco una crisis financiera, el Gobierno de Biden empezó a reunirse con posibles inversores con el fin de adquirir una participación en las minas zambianas de la empresa por valor de hasta 3.000 millones de dólares.

La búsqueda no se limita a las empresas estadounidenses, ya que entidades de los Emiratos Árabes Unidos, Japón y Arabia Saudí —todas ellas consideradas favorables a los intereses de EEUU— han manifestado su interés por la participación en los activos de First Quantum Minerals, según fuentes al corriente del asunto.

El objetivo es simple: mantener la empresa fuera del control chino y evitar que la superpotencia asiática refuerce su dominio sobre el suministro mundial de metales y minerales fundamentales. La operación, que se espera concluya a finales de este año, forma parte de una carrera mundial por hacerse con más cobre, un componente clave en todo, desde los coches eléctricos hasta las líneas de transmisión y los centros de datos que impulsan la revolución de la inteligencia artificial.

Foto: Un hombre carga con cobalto en el Congo. (Reuters/David Lewis)

La OPA récord de casi 43.000 millones de dólares de BHP Group por Anglo American, que fue rechazada el lunes, vuelve a poner de manifiesto la gran demanda de cobre. Aunque Anglo, que cotiza en Londres, produce una amplia gama de materias primas, desde diamantes hasta níquel, la australiana BHP ha dejado claro que lo que más valora son los activos de cobre de la empresa. Anglo rechazó la primera oferta de BHP el mes pasado, y se cree que otras empresas están sopesando presentar ofertas rivales.

El martes, Anglo anunció su propio plan de reconversión, afirmando que se desprendería de sus negocios de platino, diamantes y carbón metalúrgico, presentando a los inversores una estrategia que hace que el cobre sea aún más importante para el futuro de la empresa. El director ejecutivo, Duncan Wanblad, declaró en una rueda de prensa que la empresa estudiaría el crecimiento de su negocio de cobre tanto orgánicamente como a partir de posibles fusiones y adquisiciones, como la toma de mayores participaciones en activos que ya posee. "Sin duda, el cobre es la estrella del día", afirmó.

La OPA récord de casi 43.000 millones de dólares de BHP Group por Anglo American pone de manifiesto la gran demanda de cobre.

Aunque el Gobierno de EEUU no tiene ninguna supervisión sobre un posible acuerdo, los funcionarios han comunicado a los ejecutivos de Anglo su preocupación por la posibilidad de que la consolidación limite la oferta global de cobre. A EEUU también le preocupa que China pueda presionar a BHP para que venda algunos activos o acceda a vender más cobre al país con el fin de hacer frente a posibles problemas de competencia desleal.

Para Estados Unidos, el furor actual pone en relieve la importancia del esfuerzo que lleva años realizando para aumentar el suministro de metales y minerales esenciales para la transición hacia una energía verde. Se espera que la demanda de cobre aumente a medida que algunas minas cierren o reduzcan su producción. Los futuros del cobre han subido un 20% este año. Estados Unidos no cuenta con un ministerio de minería, un fondo soberano ni una gran industria minera nacional. Esto le sitúa en desventaja frente a China, que puede imponer a sus empresas estatales grandes inversiones, independientemente de la evolución de los precios de las materias primas.

Foto: Producción de baterías de litio en Yichang, China. (Reuters/Stringer)

El gobierno norteamericano está limitado en cuanto a la cantidad de dinero que puede inyectar directamente en proyectos de seguridad nacional. Eso significa que debe trabajar con empresas privadas en el país y en el extranjero, así como con países amigos que cuenten con fondos soberanos, para incitarles a invertir en activos útiles para los intereses nacionales.

El Wall Street Journal informó el año pasado, por ejemplo, de que Estados Unidos y Arabia Saudí han mantenido conversaciones para posibles acuerdos en la República Democrática del Congo, en virtud de los cuales Arabia Saudí tomaría participaciones en minas y las empresas estadounidenses tendrían garantizados algunos de los derechos de producción.

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Uno de los principales asesores del presidente Biden, Amos Hochstein, es uno de los artífices de esta iniciativa. Hochstein y un pequeño equipo del Departamento de Estado han estado volando por todo el mundo, reuniéndose con funcionarios gubernamentales del África subsahariana un día y con inversores estadounidenses al siguiente. En cuanto al cobre, "no hay mucha oferta nueva en el mundo", dijo Hochstein en una entrevista. "Lo que me preocupa es que incluso cuando se produzca un descubrimiento, podrían pasar entre siete y quince años antes de que se extraiga la primera gota de cobre".

Estados Unidos ha destinado más de 1.000 millones de dólares al Corredor Lobito para desarrollar infraestructuras locales, incluida energía limpia y un ferrocarril que conecte Angola, Congo y Zambia para exportar minerales fundamentales. También en Zambia, Estados Unidos instó el año pasado a EAU a que considerara la posibilidad de invertir en Mopani Copper Mines, según informaron algunas fuentes al tanto del asunto.

Empeño norteamericano

La iniciativa tuvo éxito: en diciembre, Zambia eligió a International Resources Holding, de los Emiratos Árabes Unidos, como nuevo socio. Hochstein no quiso hacer comentarios sobre ningún acuerdo concreto. Afirmó que él y su equipo han dejado claro a los gobiernos africanos que Estados Unidos intenta proponer un modelo alternativo que no desemboque en deuda, corrupción y la degradación del medio ambiente. "Estamos poniendo nuestro dinero en el lugar indicado", afirmó.

Una parte vital del esfuerzo estadounidense es la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional, una agencia federal que ayuda a financiar proyectos en el extranjero. La agencia acordó invertir 740 millones de dólares el año pasado en el sector minero, por encima de los 245 millones que había asignado a proyectos mineros ya existentes. Actualmente está en conversaciones para financiar una mina de cobre multimillonaria en Pakistán que, cuando entre en funcionamiento en 2028, será uno de los mayores proyectos de extracción de cobre del mundo.

Estados Unidos propone un modelo alternativo que no desemboque en deuda, corrupción y la degradación del medio ambiente.

La empresa irlandesa TechMet es una de sus inversiones emblemáticas. Bajo las administraciones de Trump y Biden, la agencia ha aportado a TechMet unos 105 millones de dólares en financiación y se ha convertido en su segundo mayor accionista. Una compañía de inversión respaldada por un representante de la familia Walton también invirtió en la ronda de financiación más reciente, que valoró la empresa en más de 1.000 millones de dólares.

"Estamos en una segunda Guerra Fría", afirma el sudafricano Brian Menell, director ejecutivo de TechMet. "Cada vez hay que elegir más bandos. Para mí nunca ha habido dudas. Es una competición entre los valores occidentales y la dictadura". TechMet posee participaciones en empresas mineras de litio, cobalto, níquel, vanadio y tierras raras.

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden. (EC Diseño)

Mientras tanto, las mineras chinas, con apoyo gubernamental, se están haciendo rápidamente con activos. En los países de la Franja y la Ruta, sin incluir Brasil ni Australia, China gastó más de 19.000 millones de dólares el año pasado en inversiones en metales y minería, un 158% más que en 2022, según el Green Finance & Development Center de la Universidad Fudan de Shanghái. Se trata del nivel más alto desde 2013. Un nuevo ejemplo de ejemplo de ello son las conversaciones que está llevando a cabo una empresa china para comprar Chemaf, un productor de metales que está desarrollando una mina de cobalto y cobre en el Congo.

Al menos dos inversores occidentales estaban interesados en comprar la empresa, entre ellos Chilean Cobalt Corp. o C3, una empresa estadounidense con operaciones de cobre-cobalto en el norte de Chile. Duncan Blount, director ejecutivo de C3, declaró que habló con la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EEUU y el Departamento de Estado sobre la posibilidad de presentar una oferta, pero llegó a la conclusión de que habría sido demasiado caro. No obstante, "nos han ayudado mucho en este proyecto y en otros. Están deseando que las empresas y los empresarios estadounidenses vuelvan al Congo".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Después de que uno de los principales productores de cobre del mundo sufriera hace poco una crisis financiera, el Gobierno de Biden empezó a reunirse con posibles inversores con el fin de adquirir una participación en las minas zambianas de la empresa por valor de hasta 3.000 millones de dólares.

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