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La amenaza de las armas orbitales: cómo EEUU se prepara para la guerra del espacio
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La amenaza de las armas orbitales: cómo EEUU se prepara para la guerra del espacio

Oficiales del Pentágono se sinceran sobre las posibles amenazas ante la creciente presencia de China en órbita y el interés de Rusia por equipos capaces de destruir satélites

Foto: Una bandera estadounidense colgada en el exterior de las oficinas de el Pentágono. (Getty images/Alex Wong)
Una bandera estadounidense colgada en el exterior de las oficinas de el Pentágono. (Getty images/Alex Wong)
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En la guerra del espacio, el ejército estadounidense está buscando el terreno más elevado.

Los satélites, fundamentales para la defensa nacional y las comunicaciones mundiales, se enfrentan desde hace tiempo a amenazas terrestres, como la interferencia de señales y los ataques con misiles. Las amenazas orbitales son la próxima frontera.

Las revelaciones de los servicios de inteligencia sobre el interés de Rusia por las armas antisatélite y los lanzamientos de satélites desde China han avivado los esfuerzos de Estados Unidos por defender sus intereses a cientos e incluso miles de kilómetros por encima de la superficie terrestre.

Foto: Puerto de Shanghái. (EFE/Alex Plavevski)

Las empresas de defensa están desarrollando sistemas que van desde satélites que pueden perseguir a otros satélites en órbita hasta la protección de estaciones terrestres capaces de emitir señales al espacio. Estas protecciones son fundamentales, ya que los servicios de navegación móvil y algunos servicios de televisión e internet dependen de equipos en órbita. Las startups están trabajando en tecnologías, como cápsulas orbitales, sensores y estructuras satelitales, que podrían tener aplicaciones militares.

El Pentágono también ha empezado a hacer algo poco habitual, hablar abiertamente de las armas que las naciones hostiles podrían utilizar en el espacio para hacer la guerra. El general Chance Saltzman, máximo responsable operativo de la Fuerza Espacial, afirmó que los adversarios intentan cada día restringir el acceso que Estados Unidos y sus aliados tienen al espacio.

Las 'startups' están trabajando en tecnologías, como cápsulas orbitales, sensores y estructuras satelitales con posibles aplicaciones militares

"Debo contrarrestar esa amenaza para garantizar que las capacidades espaciales de las que hemos llegado a depender en aras de nuestro modo de vida seguirán ahí en el futuro", declaró en una conferencia de la industria celebrada en marzo. Sin embargo, las autoridades militares no quieren entrar en detalles sobre los sistemas de armamento en órbita de EEUU, ya que son secretos gubernamentales muy bien guardados.

Las acciones de Rusia en el espacio han sido objeto de especial seguimiento por parte de los organismos estadounidenses. Robert Wood, uno de los embajadores de Estados Unidos, declaró recientemente en las Naciones Unidas que Moscú había colocado a principios de este mes un satélite que probablemente contaba con capacidades de ataque en la misma órbita que un satélite del gobierno estadounidense. El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, respondió que no entendía de qué hablaba Wood. El Kremlin ha acusado a Estados Unidos de querer militarizar el espacio y ha calificado de invenciones las informaciones que apuntan a que Rusia está desarrollando un sistema antisatélite nuclear.

Guardianes de la órbita

La Fuerza Espacial —la rama militar más reciente— ha intensificado el adiestramiento de sus "guardianes", como se conoce a sus miembros, para que sepan maniobrar los satélites estadounidenses de la mejor manera y predecir los planes de sus adversarios. Ha desarrollado escenarios para contrarrestar el uso de láseres, inhibidores, dispositivos de captura y armas nucleares en el espacio. Las autoridades estadounidenses se oponen a colocar sus armas nucleares en órbita, alegando los compromisos adquiridos en virtud de un tratado espacial de hace décadas, pero el Pentágono ha estado tratando de desplegar su propio conjunto de armas y capacidades con base en el espacio.

En la reciente solicitud presupuestaria de la Fuerza Espacial, alrededor del 25% de los 29.400 millones de dólares de financiación se destinarían a la llamada superioridad espacial, un concepto que Saltzman denomina "contraespacio responsable". "Tenemos que actuar como si fuera una guerra en el espacio", afirmó Robert Winkler, de Kratos Defense & Security Solutions, una empresa de defensa con sede en San Diego, más conocida por sus drones y que está desarrollando un sistema de entrenamiento para la lucha bélica en el espacio.

Foto: Putin en el centro de la corporación Energia, en Korolyov, Rusia. (Reuters/Sputnik)

Se trata de un proceso en dos fases, según los responsables militares e industriales. Mantener el terreno elevado, ya sea desde lo alto de una colina con vistas al campo de batalla o desde una órbita a miles de kilómetros de la Tierra, es un principio que ha sustentado las tácticas militares durante milenios. La pérdida de esos ojos orbitales podría cegar las defensas antimisiles, un elemento crucial de la disuasión nuclear en los últimos 65 años.

El segundo paso es la transición a medios más móviles, del mismo modo que en los conflictos terrestres se pasó de los fuertes y castillos a los tanques, aviones y misiles. Denominados "espacio dinámico", podrían maniobrarse más fácilmente en órbita, ya sea para mantenerse fuera de peligro o para resultar lo bastante amenazadores como para fomentar la disuasión.

Foto: El cohete Long March 5 listo para lanzar el primer módulo de la estación espacial china

Para mover los satélites en el espacio se necesita un sistema de almacenamiento de energía o la capacidad de reponer combustible u obtener otros recursos en órbita. Estas tecnologías están siendo estudiadas por un gran número de empresas comerciales que están desarrollando remolcadores espaciales con capacidad para mover satélites, con brazos de agarre y otros sistemas robóticos.

La última estrategia comercial de la Fuerza Espacial aboga por aprovechar la tecnología y los servicios de las empresas privadas para reforzar las capacidades militares en tiempos de crisis. Un punto muy popular fue el plan de incluir a empresas externas en el juego de la guerra para evaluar las capacidades del ejército de EEUU, explicó Even Rogers, director ejecutivo del fabricante de satélites True Anomaly.

La última estrategia comercial de la Fuerza Espacial aboga por aprovechar la tecnología y los servicios de las empresas privadas

Su empresa lanzó a principios de año dos de sus satélites "Jackal" (chacal) en un cohete de SpaceX, con la intención de ponerlos a prueba en un ejercicio en el que se perseguirían mutuamente en órbita. No se cumplieron todos los objetivos del vuelo, que pretendía proporcionar información sobre las mejores formas de maniobrar cerca de otras naves espaciales. La empresa está introduciendo cambios para el próximo vuelo de prueba.

Arsenal en órbita

Las autoridades del Pentágono suelen describir a Rusia y China como los principales competidores de Estados Unidos en órbita. Señalan que los sistemas de armamento podrían entrar en la categoría de tecnología de "doble uso" por sus aplicaciones militares y civiles. China ha presentado su satélite Shijian-21 como un dispositivo capaz de limpiar la basura espacial. Sin embargo, los servicios de inteligencia y militares estadounidenses han tomado nota de una operación llevada a cabo hace más de dos años, en la que el satélite fue capaz de desplazar un satélite de navegación chino abandonado.

Foto: Fotografía real del test nuclear Starfish, la primera detonación de fusión en el espacio que EEUU realizó en los años 60. (Departamento de Defensa)

Los planes rusos para un dispositivo nuclear basado en el espacio amenazarían la posición que Estados Unidos se ha labrado en la órbita terrestre baja, tanto para un creciente sector comercial como para activos militares. La detonación de un arma de este tipo podría infligir daños a los satélites ya desplegados y dejar las órbitas cercanas a la Tierra inutilizables durante un año o más, según John Plumb, jefe de política espacial del Pentágono recientemente destituido.

La transparencia del Pentágono tiene un límite. Cuando se le preguntó en una reciente reunión de la industria por qué se hablaba tan poco de las capacidades de Estados Unidos para ir tras los activos espaciales rusos y chinos, su respuesta fue breve: "Sencillamente no lo hacemos".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

En la guerra del espacio, el ejército estadounidense está buscando el terreno más elevado.

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