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Los mercados han ganado la batalla al miedo. Esa puede ser su mayor debilidad
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¿fin de una época?

Los mercados han ganado la batalla al miedo. Esa puede ser su mayor debilidad

Con los índices bursátiles en máximos históricos, la volatilidad del mercado está siendo excepcionalmente baja

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Los mercados están atípicamente tranquilos, y eso está poniendo nervioso a Wall Street. Las acciones han subido a un ritmo constante, con el S&P 500 subiendo un 14% casi a mitad de 2024 y cerrando con 29 récords por el camino. Los cambios del 1% en el índice en un único día en cualquier dirección han sido raros, y solo ha habido un movimiento del 2%, los más escasos desde 2017 a estas alturas del año.

El índice de volatilidad Cboe, o VIX, cayó por debajo de 12 la semana pasada, un mínimo desde hace casi cinco años. Conocido como el medidor del miedo de Wall Street, el índice rastrea el precio de las opciones que se pueden utilizar para protegerse contra las caídas del mercado de valores y mide cuánto prevén los operadores que fluctúen los precios.

Los inversores parecen optimistas, y los analistas afirman que tienen buenas razones para ello. La economía se ha mantenido más fuerte de lo que casi nadie predijo después de que la Reserva Federal empezara a subir los tipos de interés y los beneficios empresariales vuelven a crecer. La inflación se enfrió más de lo esperado en el informe de precios al consumidor de la semana pasada, y los funcionarios de la Fed señalaron que esperan recortar las tasas de referencia a finales de este año. Si a esto le añadimos el auge de la inteligencia artificial, que está impulsando las enormes ganancias de Apple y Nvidia, las dos grandes estrellas del mercado, los inversores tienen suficientes motivos para alegrarse.

Pero la historia nos enseña que los periodos de calma extrema en los mercados rara vez duran. El VIX cotizó en línea con los niveles actuales durante la mayor parte de 2005 a 2007, antes de dispararse por encima de 80 durante la crisis financiera de 2008. Parte del problema de una economía fuerte y unos mercados en calma es que crean un entorno en el que los inversores bajan la guardia y recurren a inversiones más arriesgadas y especulativas en su búsqueda de jugosos beneficios.

Los inversores parecen optimistas, y los analistas afirman que tienen buenas razones para ello

"En un día de mucha calma, es fácil hacer burbujas. Pueden crecer hasta tamaños descomunales", afirma David Kelly, estratega jefe mundial de J.P. Morgan Asset Management. "Cuando el viento se levanta, estallan". Los inversores siguen apostando fuerte por lo que funciona, en particular los valores estadounidenses de gran capitalización del sector tecnológico, porque están convencidos de que la economía ha evitado una recesión, señaló Kelly.

Esta semana, los inversores están a la espera de los datos de ventas minoristas, la encuesta S&P de directores de compras y los discursos de media docena de funcionarios de la Reserva Federal. Con ello, los operadores analizarán atentamente sus comentarios en busca de pistas sobre el camino a seguir por el banco central. Desde que arrancara el mercado alcista a finales de 2022, las ganancias del S&P 500 se han visto impulsadas por un puñado de valores tecnológicos de gran capitalización. Tras ampliarse a principios de año, el número de valores que lideran el avance del mercado ha vuelto a reducirse recientemente, lo que ha alarmado a algunos inversores.

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.

Por ejemplo, el S&P 500 habría bajado en los últimos 30 días si todos los valores tuvieran la misma consideración. En cambio, el índice ponderado por el mercado ha subido un 4%. Los diez valores más importantes han representado en estos últimos días el 36,8% del valor total del índice, la cifra más alta desde septiembre de 2000, según FactSet.

Un repunte tan estrecho deja al mercado vulnerable si algunas de las mayores empresas no pueden cumplir las elevadas expectativas incluidas en sus valoraciones, comentó Steve Sosnick, estratega jefe de Interactive Brokers. "Si estamos muy concentrados en la cima, podemos pasar por alto otras cuestiones y no darnos cuenta de lo que está sucediendo en la sombra", dijo Sosnick. "Últimamente, los mercados se han dejado llevar mucho más por la codicia que por el miedo. El problema es que cuanto más tiempo pase, más frágiles se vuelven".

El S&P 500 habría bajado en los últimos 30 días si todos los valores tuvieran la misma consideración. En cambio, ha subido un 4%

Los bajos volúmenes de negociación son otra señal potencialmente preocupante. El SPDR S&P 500 ETF Trust, el mayor fondo cotizado en bolsa del S&P 500, ha registrado sus 14 días más lentos del año en mayo y junio, en función del número de acciones que cambian de manos, según FactSet. Los bajos volúmenes pueden sugerir una falta de convicción entre los inversores. "Hay dos cosas que a uno le gustaría ver en un gran avance del mercado: una sólida amplitud y un sólido volumen. Ahora mismo no tenemos ninguna de las dos cosas", indicó Sosnick.

El mercado de bonos ayuda a explicar por qué las operaciones bursátiles parecen estar tan en calma. Sin recesión inminente y con una inflación inferior a la de hace un año, el rendimiento de referencia del Tesoro a 10 años está cerca de su punto medio del año, en el 4,2%.

Foto: Panel de cotización en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EP/Eduardo Parra)

Si los rendimientos de los bonos suben o bajan significativamente, es probable que las valoraciones de las acciones también se muevan. El S&P 500 cotiza actualmente a 21 veces sus beneficios previstos para los próximos 12 meses, por encima de su media de 10 años de 18,1 veces. Con unos múltiplos históricamente altos, algunos inversores muestran su nerviosismo ante la posibilidad de que una sorpresa positiva en los mercados tenga menos impacto en las acciones que una negativa.

"Tenemos un abanico más reducido de posibles políticas monetarias en comparación con hace uno o dos años. Ese es el mayor detonante de la calma en estos momentos", afirmó Bob Elliott, director ejecutivo de la gestora de activos Unlimited. "Ahora hablamos de la diferencia entre una inflación del 2 y el 3%, no del 2 y el 7%".

"Ahora hablamos de la diferencia entre una inflación del 2 y el 3%, no del 2 y el 7%"

Es difícil precisar qué despertará a las acciones de su letargo. Los analistas señalan que, a diferencia de la última vez que el mercado estuvo tan concentrado, a principios de la década de 2000, las mayores empresas actuales son rentables y tienen balances sólidos. Además, en comparación con los años anteriores a la crisis financiera de 2008, las compañías y los particulares están ahora mucho menos endeudados.

Las guerras en Ucrania y Oriente Próximo han aumentado los riesgos geopolíticos, aunque por ahora los inversores se consuelan con el hecho de que los conflictos no han ido a más. Otros riesgos son una desaceleración económica repentina o un repunte de la inflación. Pero para muchos inversores, lo desconocido es más aterrador.

"Suele ser algún 'shock' de origen externo el que nos hace estallar. Por eso lo llaman cisne negro", explica Quincy Krosby, estratega jefe mundial de LPL Financial.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Los mercados están atípicamente tranquilos, y eso está poniendo nervioso a Wall Street. Las acciones han subido a un ritmo constante, con el S&P 500 subiendo un 14% casi a mitad de 2024 y cerrando con 29 récords por el camino. Los cambios del 1% en el índice en un único día en cualquier dirección han sido raros, y solo ha habido un movimiento del 2%, los más escasos desde 2017 a estas alturas del año.

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