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El éxito de Nvidia se ha convertido en un problema para la bolsa
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El éxito de Nvidia se ha convertido en un problema para la bolsa

El mercado depende demasiado de la empresa de chips, que por sí sola representa un tercio de las ganancias de este mes del S&P 500

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.
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Era el mejor de los tiempos, no era el peor de los tiempos, pero sí unos tiempos bastante malos. En la historia de dos mercados que se enfrentan a los inversores estadounidenses, el S&P 500 se dispara hacia nuevos récords impulsado por una sola empresa, Nvidia, mientras que otras menos importantes caen y se mantienen muy por debajo de sus máximos.

El índice Russell 2000 de empresas más pequeñas ha bajado un 17% desde su máximo de noviembre de 2021 y no ha avanzado nada este año.

Foto: Foto: Reuters/Florence Lo.

En el S&P 500, que incluye a las empresas más grandes, el valor medio está más o menos donde estaba a principios de 2022, y más de la mitad de sus integrantes actuales han bajado desde entonces. Y lo que es peor, solo 198 han logrado ganancias este mes, a pesar de que el índice alcanzó nuevos máximos intradía en 11 de los 13 días de negociación.

Este estrechamiento del mercado preocupa a los analistas técnicos, que creen que las ganancias de muchos valores —la llamada amplitud de mercado— hacen más sostenible un mercado alcista. En realidad, lo que indica es que hay dos factores distintos que impulsan a los valores: la demanda de chips para la inteligencia artificial y la preocupación por la economía y los tipos de interés.

Solo 198 de los valores del S&P 500 han logrado ganancias este mes, a pesar de los nuevos máximos del índice.

El primero ha llevado a Nvidia, a un puñado de otros valores y al mercado en su conjunto a nuevos máximos, y ha convertido a Nvidia en la empresa más valiosa del mundo. El segundo ha hecho caer a la mayoría de los valores, ya que la precariedad de los datos reduce las expectativas de crecimiento y la Reserva Federal sigue preocupada por la inflación. Estoy de acuerdo en que, en este caso, la falta de ganancias generalizadas pone en peligro el "rally", pero por una razón distinta de la que algunos podrían pensar.

Lo que me preocupa es que el mercado dependa excesivamente de un solo valor, Nvidia, que por sí sola representaba un tercio de las ganancias de este mes en el S&P 500 antes del retroceso del jueves y el 44% de las ganancias desde principios de 2022. Si Nvidia deja de rendir, —ya sea porque la demanda de chips se debilite, porque el bombo de la IA se tope con la realidad o simplemente porque todo el mundo ya posea acciones de la empresa— el índice dependería del resto del mercado. Y el resto del mercado es mucho menos sólido.

Foto: El economista Luis Viceira posa para El Confidencial. (D. G.)
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Los inversores compran el S&P a través de fondos cotizados baratos y populares porque quieren repartir su inversión entre muchas empresas. En este momento, están comprando gran cantidad de riesgo asociado a Nvidia y a la IA en general. Esto ha funcionado hasta ahora, ya que la carrera de la IA ha provocado una demanda extraordinaria de chips de Nvidia, pero el S&P está haciendo mucho menos que antes por diversificar los riesgos.

Es posible que el resto del mercado dé un paso adelante si Nvidia se estanca. Pero es poco probable que a otros valores impulsados por las esperanzas en la IA les vaya bien si a Nvidia le va mal, por lo que las ganancias dependerían de los valores económicamente más sensibles fuera de las grandes tecnológicas. Y Nvidia es ahora tan grande que las caídas de sus acciones pueden arrastrar a un mercado que de otro modo habría estado bien, como el jueves, cuando el S&P habría subido si no fuera por la caída del fabricante de chips.

Es poco probable que a otros valores impulsados por las esperanzas en la IA les vaya bien si a Nvidia le va mal.

El problema en este caso es que los inversores están cada vez más preocupados por el crecimiento, al tiempo que temen que la Reserva Federal no recorte con la suficiente rapidez como para aliviar la situación. Los rendimientos de los bonos han ido bajando, y el rendimiento a dos años, sensible a los tipos, ha pasado del 4,7% de finales de abril al 4,26%. No obstante, los inversores prácticamente han renunciado a que se produzcan recortes de tipos tanto el mes que viene como en septiembre, en vista de que la Fed ha advertido de que necesita más pruebas de que la inflación se dirige hacia su objetivo.

Esto ha provocado un cambio en la tendencia de los valores más pequeños del S&P este mes. En lugar de verse impulsados por el descenso de los rendimientos de los bonos, los valores medios cayeron al mismo tiempo que ellos. Ni siquiera los valores más pequeños del Russell 2000, que tienden a tener más deuda y, por tanto, a ser más sensibles a los rendimientos, se beneficiaron. Una economía más débil sin muchos recortes de tipos no constituye un panorama agradable para los inversores en un momento en el que los tipos altos ya están perjudicando a los consumidores de rentas bajas y a las empresas más pequeñas y débiles.

Foto: Jensen Huang, CEO de Nvidia. Foto: Reuters.

La buena noticia es que el mercado es voluble. Podría pasar fácilmente de preocuparse por la debilidad de la economía a pensar que el crecimiento es fuerte, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos datos han sido dispares. Según la estimación GDPNow de la Fed de Atlanta, el crecimiento del segundo trimestre, basado en los datos publicados hasta ahora, vuelve a estar por encima del 3% anualizado, una cifra muy buena.

Por suerte para los que compraron de forma pasiva el S&P 500, toda la preocupación por la economía ha quedado ahogada por las enormes ganancias de Nvidia, Apple y Microsoft, que han sumado más valor este mes que todos los demás miembros del S&P juntos.

¿Hasta cuando va a seguir esto así? Charles Dickens escribió que era "la época de las creencias y de la incredulidad". Yo me inclino por lo segundo.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Era el mejor de los tiempos, no era el peor de los tiempos, pero sí unos tiempos bastante malos. En la historia de dos mercados que se enfrentan a los inversores estadounidenses, el S&P 500 se dispara hacia nuevos récords impulsado por una sola empresa, Nvidia, mientras que otras menos importantes caen y se mantienen muy por debajo de sus máximos.

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