¿Cómo ha podido pasar? La peor pesadilla de los Servicios Secretos se ha hecho realidad

El intento de asesinato de Donald Trump en un mitin en Pennsylvania representa la mayor crisis de seguridad para el Servicio Secreto en décadas, desatando un sinfín de preguntas sobre cómo pudo ocurrir un tiroteo tan impactante.

Es probable que la agencia enfrente varias investigaciones tras los eventos en Butler, Pensilvania, que dejaron a Trump con una mejilla ensangrentada y una herida en la parte superior de su oreja derecha. Un espectador murió y dos resultaron gravemente heridos.

El representante James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, dijo que su panel abriría una investigación y llamó a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, a comparecer el 22 de julio. Los agentes mostraron un tremendo valor, dijo, pero añadió: “Hay muchas preguntas y los estadounidenses exigen respuestas”.

Los funcionarios del Servicio Secreto no participaron en una rueda de prensa de las fuerzas del orden el sábado por la noche, donde las autoridades dijeron que realizarían una investigación exhaustiva para determinar qué salió mal.

TE PUEDE INTERESAR

Un hombre en una azotea, ocho disparos y explosivos en el coche: reconstrucción del ataque contra Trump

M. Redondo

“No estamos en posición de empezar a cuestionar ni cómo sucedió, ni por qué, ni nada en este momento”, dijo el teniente coronel de la Policía Estatal de Pensilvania, George Bivens. “Es increíblemente difícil tener un lugar abierto al público y protegerlo contra cualquier posible amenaza, especialmente de un atacante muy decidido a actuar.”

El Servicio Secreto se entrena regularmente para una variedad de escenarios, “incluyendo el peor de los casos, que es un intento de asesinato contra uno de sus protegidos”, afirma Charles Marino, quien fue agente supervisor en el detalle del Servicio Secreto del presidente Biden durante su vicepresidencia.

TE PUEDE INTERESAR

Un atentado a disparos contra Trump sacude la campaña electoral de EEUU

Argemino Barro. Nueva York

Marino asegura que una investigación de seguimiento por parte del FBI probablemente se centraría en la planificación de la seguridad para el mitin, “incluyendo una revisión de los recursos y cómo el tirador pudo asumir una posición elevada de ataque fuera del área segura del evento sin ser detectado y eliminado antes de que se dispararan los tiros”.

Donald Mihalek, alto agente retirado del Servicio Secreto, califica de histórico el intento de asesinato, estableciendo paralelismos con el tiroteo de 1912 contra Theodore Roosevelt en Milwaukee. Roosevelt, entonces expresidente que aspiraba a un tercer mandato en la Casa Blanca, fue tiroteado cuando se dirigía a un acto de campaña. Sobrevivió al atentado.

Mihalek explica que, normalmente, el Servicio Secreto cuenta con un equipo que evalúa el lugar antes de un acto de campaña para elaborar un plan de seguridad. Los agentes tomarán medidas físicas de la zona, determinarán el personal necesario y trabajarán con francotiradores para examinar los edificios cercanos y sus distancias al lugar en el que estará el presidente o el candidato presidencial.

Mihalek asegura que los actos al aire libre como el de Butler pueden suponer un reto. "No se puede cerrar toda una ciudad", apunta. La temporada de campaña hace que el trabajo sea aún más difícil, continúa. Mientras que la agenda de un presidente suele estar bien planificada, la de un candidato puede ser errática, con actos de última hora añadidos a la campaña. Eso da al Servicio Secreto menos tiempo para planificar, advierte Mihalek.

Los acontecimientos del sábado marcaron quizás la mayor crisis de seguridad para el Servicio Secreto desde que el presidente Ronald Reagan fuera tiroteado a la salida del Washington Hilton en 1981 por John Hinckley, Jr. Reagan pasó 12 días en el hospital tras recibir el impacto bajo la axila.

Greg Gitschier, exagente del Servicio Secreto, elogia la rapidez con la que los agentes se movieron entre Trump y la dirección de los disparos. "Me pareció que los agentes reaccionaron muy bien, muy rápido", afirma Gitschier. "Le rodearon y le cubrieron, intentaron meterle en la limusina blindada, mientras él mantiene la mano en alto bombeando el puño y todo eso. Conociéndole, no sé si van a mantenerle en el suelo, pero obviamente van a aumentar su seguridad, y hacer un poco más difícil que la gente tenga una exposición de largo alcance a él".

TE PUEDE INTERESAR

Trump con un puño en alto: China ya ha sacado las camisetas del momento

P. Cerveró

Los focos recaerán ahora sobre Cheatle, la directora del Servicio Secreto, una veterana de la agencia que tomó el timón en 2022, tras un periodo turbulento en el que se enfrentó a polémicas relacionadas con su gestión de los registros telefónicos del atentado del 6 de enero de 2021 en el Capitolio.

Un organismo de control del gobierno dijo que la agencia borró muchos de los mensajes de texto enviados durante un periodo de dos días en torno al ataque del Capitolio que podrían haber arrojado luz sobre los fallos de seguridad y las acciones de Trump durante el disturbio. El Servicio Secreto dijo que los datos telefónicos de algunos empleados se perdieron durante lo que definió como un cambio de tecnología planificado de antemano, y ha negado cualquier irregularidad.

Cheatle regresó al Servicio Secreto después de trabajar como directora senior en PepsiCo Norteamérica, supervisando las instalaciones, el personal y la continuidad del negocio.

TE PUEDE INTERESAR

De Roosevelt a Trump: estos son los presidentes de EEUU que han sufrido atentados

P. Cerveró

En su anterior etapa en el Servicio Secreto, fue la primera mujer en ocupar el cargo de subdirectora de operaciones de protección. Su nombramiento para dirigir el Servicio Secreto la convirtió en la segunda mujer directora de la agencia. Cuando la nombró directora, Biden dijo que él y la primera dama, Jill Biden, conocieron a Cheatle cuando formó parte de su equipo de seguridad durante su vicepresidencia.

"Tiene toda mi confianza", dijo el presidente en 2022.