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Ganaron 180 millones de dólares en la lotería: invertirlo se convirtió en una tragedia
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Ganaron 180 millones de dólares en la lotería: invertirlo se convirtió en una tragedia

Así es cómo las altas comisiones y los bajos rendimientos perjudicaron a una organización sin ánimo de lucro que confió en un asesor financiero

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En la primavera de 2008, Paul Rosenau, supervisor de obras y operador de maquinaria pesada en Waseca (Minnesota), compró un boleto de Powerball y le tocó un bote de 59,6 millones de dólares después de impuestos. Rosenau, devoto luterano e hijo de pastor, recuerda con temblor en la voz cómo se sintieron él y su esposa, Sue Rosenau, al despertarse a la mañana siguiente.

Se dieron cuenta de que su nieta Makayla había muerto exactamente cinco años antes. Tenía la enfermedad de Krabbe, una rara afección neurodegenerativa que afecta a los lactantes y suele matarlos en menos de cuatro años. Makayla murió a sus dos años.

"Estábamos muy seguros de que [el premio gordo] fue una intervención divina", recuerda Rosenau, "y estábamos muy convencidos de lo que debíamos hacer con él".

Foto: Foto: iStock. Opinión

Sin embargo, no contaban con que la intervención humana puede ser devastadora. Lo que sucedió a continuación es una historia desgarradora que muestra la fuerza con la que los honorarios y las comisiones pueden pervertir el juicio de los asesores financieros y destruir el patrimonio de sus clientes. También es la razón por la que creo que los inversores deberían acoger con agrado las normativas que obligan a los asesores, agentes de bolsa y agentes de seguros a actuar en el mejor interés de sus clientes.

Los Rosenau utilizaron rápidamente 26,4 millones de dólares de sus ganancias para financiar una organización sin ánimo de lucro, conocida ahora como Rosenau Family Research Foundation. Su misión es buscar tratamientos para los niños con la enfermedad de Krabbe y apoyar a sus familias. Sin apenas experiencia en inversiones, la pareja contrató a John Priebe, un asesor financiero y agente de seguros local, para gestionar el dinero de la familia y de la fundación.

Los Rosenau utilizaron rápidamente 26,4 millones de dólares de sus ganancias para financiar una organización sin ánimo de lucro

Priebe trabajaba para Principal Securities, la división de asesoramiento de inversiones y bolsa de Principal Financial Group, el gigante de jubilaciones, gestión de activos y seguros con sede en Des Moines. Afirmaba que anteponía los intereses de sus nuevos clientes a los suyos propios, pero eso no es lo que sugieren las pruebas. El mes pasado, un panel de arbitraje dirigido por la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera ordenó a Principal Securities pagar 7,3 millones de dólares en daños compensatorios a la fundación Rosenau. Según Donald McNeil de Heley, Duncan & Melander en Minneapolis, abogado de los Rosenau, Principal Securities tiene hasta el 15 de julio para presentar una moción ante el tribunal para anular la sentencia.

Durante el procedimiento de arbitraje, la empresa negó las acusaciones, que incluían la selección de inversiones inadecuadas, la falta de supervisión de Priebe y la falta de divulgación de honorarios y gastos. Principal no ha querido hacer comentarios al respecto. Apenas unas semanas después de ganar el premio, los Rosenau viajaron en avión privado con Priebe a la sede de Principal, donde se reunieron con la directiva y con "todo el mundo menos el conserje", recuerda Rosenau. Los ejecutivos, dice, les aseguraron que Principal tenía "la experiencia" para mantener el dinero a salvo y hacerlo crecer. (En presentaciones judiciales, las filiales de Principal han negado los detalles de la reunión).

Foto: Exterior de Wall Street. (Getty/Spencer Platt)

Según las pruebas presentadas en las audiencias de arbitraje, Priebe empezó comprando 18,9 millones de dólares en rentas vitalicias variables para la fundación, ganando unos 1,2 millones de dólares en comisiones. Estos activos de seguros suelen tener todos los riesgos de mercado de los fondos de inversión, con costes mucho más elevados. Los fondos de inversión, los fondos cotizados y otros tipos de inversiones no suelen llevar comisiones y cobran tasas anuales que pueden ser del 0,1% o menos. En cambio, las rentas vitalicias variables elegidas por Priebe cobraban a la fundación tasas anuales de hasta el 2% o más y conllevaban comisiones que podían superar el 6%.

A finales de 2011, Priebe había asignado casi el 93% de los activos totales de la organización sin ánimo de lucro a rentas vitalicias variables de Principal y varios otros emisores. En abril de 2017, Rosenau envió un correo electrónico a Priebe, pidiéndole "una declaración que revele todos los honorarios, comisiones, cargos, tasas de transferencia, etc. de cualquier tipo que se cobrarán por la compra de cualquier dispositivo de inversión que esté planeando utilizar". Priebe respondió por correo electrónico: "Este producto no tiene comisiones" [sic].

Las rentas vitalicias variables elegidas por Priebe cobraban a la fundación tasas anuales de hasta el 2% o más

Mientras tanto, Priebe había estado vendiendo repetidamente algunas de las rentas vitalicias variables y comprando otras, ganando nuevas comisiones por el camino. En total, hizo que la fundación comprara más de 47 millones de dólares en rentas vitalicias variables, según las pruebas presentadas en la vista de arbitraje, lo que generó unos 3,3 millones de dólares en comisiones. En teoría, estos productos ofrecen algunas ventajas fiscales y de otro tipo, pero una fundación no está sujeta a impuestos y necesita un crecimiento constante de sus activos y liquidez para poder hacer frente a sus gastos anuales. Así que las ventajas limitadas de las rentas vitalicias variables no son útiles para una fundación, mientras que sus altos costes y baja liquidez son perjudiciales.

A finales de 2011, Priebe había invertido 28,3 millones de dólares de los activos de la fundación en rentas vitalicias variables. Seis años más tarde, ese fondo se había reducido a 26,3 millones de dólares, a pesar de que el mercado de valores se había más que duplicado en ese período. Estimo que la fundación podría haber ganado entre 12 y 25 millones de dólares más entre 2011 y 2017, cuando finalmente retiró su dinero de Priebe y Principal, si en su lugar hubiera invertido en un simple fondo indexado equilibrado con un 60% en acciones y un 40% en bonos.

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"Es muy importante, independientemente del tamaño de la organización sin ánimo de lucro, asegurarse de que su estrategia está en condiciones de perpetuar la misión de la fundación", señala Matthew Wright, exdirector de inversiones de la Universidad de Vanderbilt y presidente de Disciplina Group, una firma de Nashville, Tennessee, especializada en gestión de activos para organizaciones sin ánimo de lucro. "Nunca he oído hablar de una entidad sin ánimo de lucro que adquiera rentas vitalicias variables como parte de una estrategia de inversión", afirma.

En 2015, Sue Rosenau descubrió que tenía cáncer de ovario y de útero. A principios de 2017, según una denuncia en una demanda civil separada presentada por la fundación Rosenau en un tribunal de distrito de Minnesota, Priebe recomendó que la fundación vendiera una póliza de seguro de 3 millones de dólares sobre su vida a un precio con descuento de 1,46 millones de dólares. La demanda afirma que Priebe y Principal no revelaron a la familia o a la fundación que un médico había estimado que Sue Rosenau moriría en dos años. Falleció en julio de 2018.

"Es muy importante asegurarse de que la estrategia está en condiciones de perpetuar la misión de la fundación"

Si la fundación hubiera conservado la póliza de seguro en lugar de venderla, habría cobrado la totalidad de los 3 millones de dólares. Las filiales de Principal, en sus presentaciones judiciales, niegan haber actuado mal. En octubre de 2019, Principal Securities despidió a Priebe "debido a preocupaciones con sus prácticas comerciales y la falta de documentación que las respalde", según una declaración regulatoria. En enero de 2020, Priebe se suicidó. No ha sido posible contactar con su viuda para obtener información.

Aunque Rosenau desearía que la fundación nunca hubiera invertido en las rentas vitalicias que mermaron su rentabilidad, está orgulloso de que haya podido fomentar un amplio programa de investigación sobre la enfermedad de Krabbe. Aun así, incluso después de ganar la vista de arbitraje, se asombra de cómo los honorarios y las comisiones pueden distorsionar el comportamiento de las personas que se dedican a las inversiones.

"¿Por qué les quitan el dinero a unos pobres niños a los que ni siquiera les queda un año o dos de vida? ¿Qué narices te pasa? ¿Cuánto es suficiente?".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

En la primavera de 2008, Paul Rosenau, supervisor de obras y operador de maquinaria pesada en Waseca (Minnesota), compró un boleto de Powerball y le tocó un bote de 59,6 millones de dólares después de impuestos. Rosenau, devoto luterano e hijo de pastor, recuerda con temblor en la voz cómo se sintieron él y su esposa, Sue Rosenau, al despertarse a la mañana siguiente.

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