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Demandas por falta de accesibilidad web: el nicho legal que explotan los bufetes en EEUU
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Demandas por falta de accesibilidad web: el nicho legal que explotan los bufetes en EEUU

Los empresarios se enfrentan a acusaciones que sostienen que sus sitios web no son accesibles para las personas con discapacidad visual

Foto: Foto: Unsplash/Gabrielle Henderson.
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Bob Kramer hizo uso durante mucho tiempo de su página web para subastar sus elaborados cuchillos artesanales y educar a los consumidores acerca de su oficio. La forma en que emplea la web cambió después de que un neoyorquino con discapacidad visual demandara a Kramer Knives, alegando que su página no era accesible.

"Fue algo inesperado", explica Kramer, que puede dedicar hasta un mes o incluso más a la creación de un solo cuchillo. En la demanda, el demandante afirma que no pudo comprar una funda para el cuchillo. Jamás llamó ni envió un correo electrónico, dijo Kramer, que cuenta con un único empleado en su empresa de Bellingham (Washington).

Esta demanda es uno de los más de 1.100 casos de accesibilidad web presentados en EEUU el año pasado por Mizrahi Kroub. El bufete neoyorquino, que cuenta con nueve abogados, es el que más casos de este tipo interpone, y representa aproximadamente una cuarta parte de los casos digitales relacionados con la ADA (Ley para los Estadounidenses con Discapacidades), según UsableNet, proveedor de servicios de accesibilidad web.

Mizrahi Kroub suele presentar docenas de demandas en nombre de un solo demandante contra empresas que venden de todo, desde bicicletas eléctricas hasta kits de cocina para niños. Los abogados defensores critican al bufete por lo que, según ellos, son demandas de "corta y pega" diseñadas para obtener acuerdos rápidos y no para hacer más accesibles los sitios web. "Las demandas tienen un precio inferior a lo que costaría responder a la denuncia. Ese es el modelo de negocio", afirma Peter Brann, abogado de Lewiston (Maine) que ha defendido a empresas demandadas por Mizrahi Kroub.

Esta demanda es uno de los más de 1.100 casos de accesibilidad web presentados en EEUU el año pasado por Mizrahi Kroub

Joseph Mizrahi, socio de Mizrahi Kroub, explica que su tío invidente le hizo comprender la necesidad de la accesibilidad. Mizrahi dijo no estar seguro de cuántos casos de sitios web ha presentado su bufete. "Hay millones de páginas web que no son accesibles", señaló. "Si me dicen que van 3.000 casos, probablemente no estoy haciendo lo suficiente". Mizrahi y su socio, Edward Kroub, no han querido hacer comentarios sobre casos concretos. Aseguraron que el bufete contrata a expertos para determinar si un sitio web es accesible y tiene protocolos para garantizar y supervisar su cumplimiento una vez resuelto el caso. El bufete tiene en cuenta el tamaño de la empresa y otros factores a la hora de estructurar sus acuerdos, añadió. "No buscamos perjudicar económicamente a nadie", dijo Kroub.

Una industria "casera"

Mizrahi Kroub forma parte de una industria que ha surgido en torno a la accesibilidad de los sitios web. Incluye a los demandantes y sus abogados, a los abogados defensores que representan a los demandados y a las empresas de consultoría y proveedores de software que supervisan y actualizan los sitios web. El crecimiento de este ecosistema refleja, en parte, la estructura de la ADA, que confía en gran medida en las partes privadas, no en el gobierno, para asegurarse de que las empresas y otras entidades cumplen sus disposiciones. También pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan las pequeñas empresas, que pueden no ser conscientes de los requisitos de accesibilidad web o no saber cómo cumplirlos.

Más de tres cuartas partes de las demandas por accesibilidad web se dirigen a empresas con ingresos inferiores a 25 millones de dólares, según estimaciones de UsableNet. "Está claro que hay suficientes páginas web inaccesibles en el mundo como para mantener muy ocupado a un abogado", afirma Eve Hill, abogada especializada en derechos de los discapacitados de Baltimore. Sería mucho más sencillo si los diseñadores de páginas web incluyeran la accesibilidad como una característica estándar, afirma. "Mi mayor problema con las demandas de corta y pega es cuando llegan a un acuerdo por dinero y no solucionan el problema", dijo Hill.

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Electric Bike Technologies fue demandada por Mizrahi Kroub ante el tribunal de primera instancia de EEUU en 2022. Un día después de presentar la demanda, la empresa de Croydon, Pensilvania, recibió un correo electrónico no solicitado de un abogado defensor que ofrecía sus servicios. "El abogado del demandante en este caso, Edward Kroub, es uno de los varios abogados oportunistas de la zona de Nueva York que presentan este tipo de casos en masa", escribió el abogado David Stein. "Su alboroto no cesa, ¡incluyendo otros 7 casos presentados hoy! Una locura total".

En 2022 y 2023, Stein, socio de Stein & Nieporent, fue el abogado más activo representando a demandados en demandas colectivas federales, con casi 400 casos, según Lex Machina. "Estos casos se han disparado en los últimos años", afirma Stein. "Se necesita gente que los defienda". No quiso hacer comentarios sobre el litigio de Electric Bike. Electric Bike contrató a Stein, quien negoció un acuerdo para resolver el caso por 4.950 dólares. El acuerdo se vino abajo por la negativa de la empresa de bicicletas a firmar un contrato de confidencialidad, según los documentos judiciales. El director ejecutivo, Jason Kraft, contrató entonces a otro abogado para que se encargara del caso y de una segunda demanda por accesibilidad web.

La empresa de bicicletas se gastó unos 46.000 dólares en honorarios de abogados, según Kraft. La actualización de sus sitios web costó otros 13.000 dólares. "Algunos días pienso que tendría que haber llegado a un acuerdo", afirma.

La importancia de estas demandas

El Congreso promulgó la Ley de Estadounidenses con Discapacidades en 1990 para evitar la discriminación de las personas discapacitadas. El Departamento de Justicia y los tribunales federales aplicaron posteriormente esta ley a la actividad en internet. La ADA permite a los demandantes cobrar honorarios de abogados, pero no daños y perjuicios. Algunos estados y localidades, como Nueva York y la ciudad de Nueva York, tienen sus propias leyes que ofrecen protecciones similares. Los defensores de los discapacitados visuales afirman que las protecciones legales que ofrecen la ADA y otras leyes estatales y locales similares son vitales en un momento en que internet es crucial para todo, desde la búsqueda de empleo hasta las transacciones bancarias.

"Rara vez pasa un día sin que una persona ciega encuentre algún tipo de barrera de accesibilidad en una página web o en una aplicación móvil", afirma Chris Danielsen, portavoz de la Federación Nacional de Ciegos, un grupo de defensa y afiliación. El colectivo presenta un puñado de demandas relacionadas con la ADA cada año, normalmente en un esfuerzo por generar cambios más amplios, explica Danielsen. Antes de acudir a los tribunales, suele enviar una carta en la que pide que se solucione el problema. "Es lamentable que se haga un uso indebido del recurso", dijo.

El Congreso promulgó la Ley de Estadounidenses con Discapacidades en 1990 para evitar la discriminación de personas discapacitadas

Decidir si un sitio web es accesible es más complicado que, por ejemplo, medir si el ancho de una puerta es suficiente para acomodar una silla de ruedas. El Departamento de Justicia publicó en abril una norma definitiva para los sitios web de las administraciones estatales y locales que contiene requisitos específicos sobre cómo hacer que los sitios web sean accesibles, con excepciones para determinadas páginas web.

Por ejemplo, las personas con discapacidad visual suelen utilizar lectores de pantalla para convertir en voz la información visual de un sitio web. Los sitios web y las aplicaciones deben incluir descripciones alternativas en texto de imágenes y vídeos para que puedan ser descritos para personas con discapacidad visual. El contraste de colores debe ser suficiente para que las personas con visión limitada o daltonismo puedan leer el texto; el color por sí solo no debe utilizarse para transmitir información.

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Las empresas privadas no están obligadas a seguir las directrices del gobierno y en su lugar, tienen flexibilidad para cumplir la normativa. "Parte del problema que seguimos planteando es que no existe una norma que regule la accesibilidad [de los sitios web] según la ADA [para empresas privadas]", afirma Robert Thorpe, abogado de Syracuse (Nueva York) que ha llevado casos de accesibilidad web. " Esto ha creado un nicho de mercado para este tipo de denuncias".

WebAIM, una organización sin ánimo de lucro con sede en la Universidad Estatal de Utah, prohíbe el uso de su herramienta de evaluación de la accesibilidad web en litigios. Las herramientas automatizadas pueden ayudar a detectar los puntos débiles de un sitio web, pero determinar si el sitio es discriminatorio requiere una evaluación humana y la mayoría de las demandas no llegan tan lejos, explicó el director ejecutivo Jared Smith. A menudo, las pequeñas empresas no saben si cumplen la normativa ni qué hacer cuando son demandadas. Los abogados de los demandantes "pueden salirse con la suya diciéndole a alguien que está infringiendo la ley y esa persona no tiene forma de saberlo", señala Lucy Greco, activista por la accesibilidad de la Universidad de California en Berkeley.

Los costes para la empresa

Una victoria en los tribunales puede salir muy cara a una pequeña empresa. Extract Labs, un fabricante de productos de CBD y cannabinoides con unos 25 empleados, gastó unos 40.000 dólares en honorarios de abogados tras ser demandado por Mizrahi Kroub; además, pagó 6.500 dólares a una empresa de consultoría y a un contratista. Un juez federal de Manhattan desestimó la demanda el año pasado, al considerar que Extract Labs había rediseñado significativamente su sitio web para cumplir los requisitos sobre discapacidad. En marzo, el juez denegó la solicitud de Extract Labs de honorarios de abogado, sosteniendo que el litigio no era "frívolo", pero permitió a la empresa de Lafayette, Colorado, solicitar unos 1.000 dólares en concepto de otros gastos.

Según Michael Laszlo, abogado de Extract, la empresa optó por no seguir adelante con la demanda. "El posible reembolso se veía superado por los gastos". El demandante en ese caso había presentado más de 100 demandas de accesibilidad web contra entidades como un músico de pop preadolescente, una tienda de bikinis y fabricantes de cerveza, entre otros, según los expedientes judiciales.

Una victoria en los tribunales puede salir muy cara a una pequeña empresa

Los abogados defensores afirman que Mizrahi Kroub prefiere abandonar un caso antes que sentar a sus demandantes en el banquillo. Cuando Senior.com intentó interrogar a la clienta de Mizrahi Kroub, el bufete declaró que se había mudado fuera del estado y pidió al juez que desestimara el caso. La demanda fue desestimada voluntariamente.

El juez federal dictaminó que el bufete "actuó de mala fe" al exponer sus motivos para solicitar la desestimación y le ordenó pagar al tribunal una multa civil de 500 dólares. Mizrahi se negó a hacer comentarios sobre el caso Senior.com. Señaló que el bufete ha sometido a juramento a los demandantes en casos de sitios web, pero se abstuvo de dar un ejemplo. "No nos asusta en absoluto", dijo.

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Kramer Knives declaró en los tribunales que su demanda sobre la accesibilidad de su página web era una de las 78 "casi idénticas y repetitivas presentadas en el último año" por el mismo demandante. Mizrahi Kroub propuso llegar a un acuerdo en el caso, presentado ante el Tribunal Supremo de Nueva York en Queens, por 20.000 dólares, según Kramer. Más tarde aceptó desestimar la demanda. Kramer aseguró que gastó unos 16.000 dólares en honorarios de abogados y 3.000 dólares en su sitio web. Debido a la demanda, Kramer eliminó de su sitio web enlaces externos y otros materiales que no controlaba totalmente.

"Eso no es servir al ciudadano", sentenció.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal. Traducido por Federico Caraballo

Bob Kramer hizo uso durante mucho tiempo de su página web para subastar sus elaborados cuchillos artesanales y educar a los consumidores acerca de su oficio. La forma en que emplea la web cambió después de que un neoyorquino con discapacidad visual demandara a Kramer Knives, alegando que su página no era accesible.

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