Probamos el Mustang Mach-E, el primer SUV eléctrico de la marca
Por EC Brands
Ford da un paso más en su camino hacia la electrificación. Lo hace con su icónico Mustang y su nuevo modelo: Ford Mustang Mach-E, el SUV con el que el fabricante norteamericano desembarca en el segmento de los coches eléctricos. Un vehículo pensado por y para el disfrute, tanto de conductores como de acompañantes. En El Confidencial hemos podido probar una versión con una batería de 99kWh y un motor dual con tracción a las cuatro ruedas capaz de acelerar el coche de 0 a 100 en poco más de cinco segundos. Todo ello con una conducción muy pegada al suelo (pese a tratarse de un todocamino), y donde la potencia está en todo momento bajo control.
‘Phone as a Key’
El Mustang Mach-E se desbloquea sin necesidad de llaves al acercarse al vehículo con el móvil en el bolsillo o el bolso. Además, cuenta con un sistema de código en la puerta que permite abrirlo sin tan siquiera usar el ‘smartphone’.
Ruedas
El Mach-E viene equipado con unas enormes llantas de 18’’ o 19” que ayudan a conferir una imagen más agresiva.
Maletero trasero
Con una capacidad de almacenamiento de 402 litros, viene equipado con botones a ambos lados para evitar cualquier incidente al cerrarlo.
Retrovisores
El sistema BLIS (Blind Spot Information System) avisa al conductor cuando un vehículo se encuentra en el punto muerto de cualquiera de los dos retrovisores para evitar una colisión.
Maletero delantero
La ausencia de motor de combustión permite aprovechar el espacio y añadir un segundo compartimento de carga de 81 litros.
Pony / Parrilla
Al no tener radiador, el Mach-E pierde la parrilla frontal. Sin embargo, mantiene el pony, seña de identidad de este modelo.
Techo panorámico
Uno de esos añadidos que disfrutan los pasajeros (especialmente los de detrás) y que aporta un plus de luminosidad durante el día y de sensación de libertad.
Frontal
Las líneas agresivas de los modelos clásicos de Mustang se mantienen en el Mach-E. En este caso, recuerda al Mach 1, pero dota al vehículo de personalidad propia.
Una de las primeras cosas que llaman la atención del Mustang Mach-E es su enorme pantalla táctil de 15,5’’ situada en la consola central. Desde ella se accede a prácticamente toda la información sobre el vehículo y es posible seleccionar el tipo de conducción deseado. Los modos Whisper y Active ofrecen alternativas más relajadas, pero es en el modo salvaje (o Untamed, en inglés) cuando se pone toda la carne en el asador.
¿En qué modo quieres conducir?
Whisper es el modo más relajado. Permite conducir de una forma más pausada y nos brinda una mayor duración de la batería. Olvídate de esos acelerones súbitos o de una respuesta milimétrica del acelerador. A cambio, la experiencia será mucho más relajada.
En el modo Active nos encontramos ante una mezcla: la idea de combinar la suavidad del Whisper con las emociones que despierta ponerse al volante de un Mustang. Probablemente sea el más indicado para el día a día, donde no tenemos la necesidad de acelerar de 0 a 100 en un suspiro.
En el modo Untamed los 351 caballos de potencia del Mach-E se sienten desde el primer momento. Esa sacudida inicial al arrancarlo es el primer aviso para navegantes. Es un coche que responde prácticamente al instante, sacándote de apuros en incorporaciones o adelantamientos.
Desde la enorme pantalla táctil también podemos acceder a elementos relacionados con el confort del vehículo, así como a otros aspectos que afectan a la experiencia de conducción. Dos en particular nos han llamado la atención. El primero, el sonido que simula el de un propulsor convencional para tener un ‘feedback’ más claro de la velocidad a la que circulamos (‘spoiler alert’: aunque conducir en silencio es muy agradable, hacerlo con esta opción ha sido una grata sorpresa). Otro añadido es la opción que calibra el pedal del acelerador de manera que, al soltar el pie, el vehículo inicia la frenada regenerativa. Esta maniobra tiene dos contrapartidas: permite conducir en muchos momentos sin tener que pisar el freno y, a la vez, prolonga la vida de la batería.
El Mustang Mach-E viene equipado con una batería que te permite recorrer hasta 610 kilómetros sin hacer un repostaje
También es importante reseñar un aspecto crucial del nuevo Mustang: su bajo centro de gravedad. Debido a la situación de las baterías, en la zona inferior del chasis, y a su peso, estamos ante un SUV que transmite una gran sensación de estabilidad, a pesar de tratarse de un vehículo que se conduce desde una altura considerable.
Hablando de baterías, el Mach-E viene equipado con una que te permite recorrer hasta 610 kilómetros sin hacer un repostaje (esta cifra depende del tipo de batería y tracción con que cuente la versión elegida. El modelo que probamos podía hacer algo más de 440 kilómetros en una sola carga, aunque es una cifra que varía en función de la conducción). Gracias a la carga rápida, se puede cargar hasta 119 kilómetros en 10 minutos, un punto a tener en cuenta a la hora de plantearse este vehículo para largos desplazamientos.
Con un precio que parte desde los 48.000 euros, Ford se posiciona entre los eléctricos con un todocamino que no está pensado para todos los públicos, pero que sí va a ponerse a la altura de otras grandes marcas de coches. Ya sea por su conectividad, por esa enorme pantalla central, por la autonomía de sus baterías o por una experiencia de conducción deportiva con momentos hilarantes (como esas aceleraciones que producen una risa nerviosa en el resto de pasajeros), el Mustang Mach-E está cargado de razones para, por lo menos, estar considerado como un serio competidor dentro de su segmento. La batalla por el vehículo eléctrico está dando sus primeros pasos y, en ella, Ford pretende estar entre los alumnos aventajados.
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