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El Camino de Santiago, por carreteras y caminos al volante del Citroën Ami eléctrico
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El Confidencial, en una de las 23 etapas

El Camino de Santiago, por carreteras y caminos al volante del Citroën Ami eléctrico

A sus posibilidades como vehículo urbano o destinado al medio rural, el cuadriciclo eléctrico de Citroën suma ahora una desconocida capacidad viajera. Así fue la peregrinación del Ami

Foto: La última etapa, poco más de una semana después del inicio, llevó al Ami desde Lalín a Santiago. Reto superado.
La última etapa, poco más de una semana después del inicio, llevó al Ami desde Lalín a Santiago. Reto superado.

A pie, en bici, a caballo o en burro, pero también en patinete, monociclo e, incluso, en silla de ruedas, ejemplo de máxima capacidad de superación. En el Camino de Santiago, sea cual sea el trayecto elegido, lo importante son las ganas de alcanzar la localidad compostelana para plantarse frente a su Catedral, con independencia del motivo que nos llevé hasta allí: reto personal o deportivo, fe, promesa, turismo... Y al hilo de la ruta surgen planes curiosos que muchas veces nacen de la forma más insospechada: ¿Y si nos hacemos el Camino de Santiago en un Citroën Ami? La cosa debió surgir más o menos así, pero fue fraguando hasta convertirse en un proyecto que acabó involucrando a 23 periodistas del sector del automóvil, uno por cada etapa en que se dividió finalmente el itinerario desde Roncesvalles, en la frontera de Navarra con Francia, hasta el Pórtico de la Gloria de la capital gallega.

placeholder Tierra de Campos. Nadie por delante, nadie por detrás. Rectas infinitas que nos llevan por Palencia desde Villoldo a Paredes de Nava.
Tierra de Campos. Nadie por delante, nadie por detrás. Rectas infinitas que nos llevan por Palencia desde Villoldo a Paredes de Nava.

Para quien no conozca bien el Ami, quizás el reto no parezca relevante, pero es que no estamos hablando de un coche, sino de un cuadriciclo ligero de mecánica cien por cien eléctrica, una nueva solución de movilidad cuyo motor de 6 kW (equivalente a 8,2 CV de potencia) le permite alcanzar 45 km/h, cifra que podría rebasar con facilidad de no ser por su limitación electrónica, ya que por ley esa es la velocidad máxima que deben desarrollar ese tipo de vehículos, que pueden conducirse desde los 15 años con solo estar en posesión de la licencia AM, de ciclomotor. Se trata, por tanto, de un medio de transporte personal idóneo para las ciudades (disfruta de la etiqueta '0 Emisiones' de la DGT, con sus muchas ventajas) o incluso para el medio rural (buena alternativa a la bici, la moto o la caminata si, por ejemplo, queremos protegernos de los elementos o necesitamos transportar alguna cosa), pues la batería de 5 kW de capacidad, que podemos recargar en cualquier enchufe doméstico en menos de tres horas, da para cubrir un máximo de 75 kilómetros.

placeholder Al partir, el indicador de autonomía señala 68 kilómetros, y tenemos previsto hacer unos 46, que al final serían 47. Pero llegamos al destino con 8 kilómetros de margen.
Al partir, el indicador de autonomía señala 68 kilómetros, y tenemos previsto hacer unos 46, que al final serían 47. Pero llegamos al destino con 8 kilómetros de margen.

Porque los cuadriciclos, salvo por autovías o autopistas (ojo con esto, porque muchas circunvalaciones, como la madrileña M-30, tienen consideración de autopista), pueden circular por cualquier vía, lo que incluye todas las carreteras convencionales, limitadas genéricamente en nuestro país a 90 km/h desde hace unos años. De existir un arcén transitable y de anchura suficiente, los usuarios de este tipo de vehículos deberán utilizarlo para circular, mientras que si no hay arcén o éste es estrecho, el cuadriciclo deberá transitar por la zona más próxima al borde derecho de la calzada para entorpecer lo menos posible. Aunque sus compactas dimensiones, con 2,41 metros de largo por 1,39 de ancho y 1,52 de alto (el conjunto pesa 485 kilos, batería incluida) ya ayudan a estorbar bastante poco al tráfico en carretera.

placeholder Producción eólica en aumento, porque aquí el viento encuentra pocos obstáculos. Electricidad generada que luego acabará en la batería del Ami.
Producción eólica en aumento, porque aquí el viento encuentra pocos obstáculos. Electricidad generada que luego acabará en la batería del Ami.

No obstante, en el diseño de la ruta se priorizó lógicamente la seguridad, o casi sería mejor hablar del disfrute, y por eso las 23 etapas se plantearon de forma flexible, con cierta libertad por parte del conductor para unir salida y llegada eligiendo las vías, que en ocasiones no estaban asfaltadas. Un test de esfuerzo inesperado, por así decirlo. Siempre por las inmediaciones del Camino tradicional, o incluso siguiéndolo fielmente a veces, y con la única limitación de la autonomía. Porque esos 75 kilómetros téoricos, realizables en ciudad, se quedan en algunos menos en vía interurbana, donde un porcentaje elevado del tiempo se circula a velocidad máxima, esos 45 km/h antes citados, lo que aumenta el gasto. Menos de lo pensado, todo hay que decirlo.

placeholder No me parece especialmente cómodo que una puerta abra de una manera y la otra lo haga al revés. Porque te confundes siempre. Pero gracias a eso se ahorra dinero en la fabricación... porque las dos son iguales.
No me parece especialmente cómodo que una puerta abra de una manera y la otra lo haga al revés. Porque te confundes siempre. Pero gracias a eso se ahorra dinero en la fabricación... porque las dos son iguales.

Tres etapas se completaban la mayoría de los días, con circulación de 8 a 10 de la mañana, seguida por tres horas de recarga en cualquier enchufe (en esto, restaurantes y hoteles se volcaron con la iniciativa), un nuevo periodo de conducción de 13 a 15 horas seguido de otras tres horas de recarga, y finalmente una tercera etapa entre las 18 y las 20 horas, para realizar después el tercer 'chute' de la jornada. Roncesvalles, Urroz Villa, Artajona, Lodosa, Logroño, Labastida, Ezcaray, Villafranca Montes de Oca, Burgos, Olmillos de Sasamón y Osorno ya habían servido de punto de paso para la peregrinación del Citroën Ami cuando El Confidencial se puso a su volante en la localidad palentina de Villoldo. Son las 6 de la tarde, amenaza lluvia pero las nubes parecen contribuir a agigantar el horizonte infinito de la Tierra de Campos, con rectas interminables que acometeremos en este minúsculo eléctrico, en silencio casi completo.

placeholder En Paredes de Nava, junto a su polideportivo. Callejear con el Ami, una gozada.
En Paredes de Nava, junto a su polideportivo. Callejear con el Ami, una gozada.

De Villoldo a Paredes de Nava, todavía en Palencia, la recta parece casi hecha con una regla, pero el tráfico es mínimo, casi inexistente, y circulamos en soledad. Lógicamente hay más tiempo para el disfrute y para apreciar cada detalle de la ruta cuando caminas o pedaleas, pero a 45 km/h empleas 80 segundos exactamente en cubrir cada kilómetro, y a ese ritmo hay tiempo para verlo todo, para escucharlo todo. Sorprende, por ejemplo, la enorme cantidad de rapaces que puebla el paisaje castellano, y que casi podríamos censar desde el Ami porque la fauna parecía asustarse menos al paso del cuadriciclo de Citroën: va despacio, hace poco ruido, es pequeño... ¿por qué huir?

placeholder Desde Paredes de Nava, camino de Frechilla, pasamos sobre el Canal de Castilla, una arteria para la Tierra de Campos con siglos de historia.
Desde Paredes de Nava, camino de Frechilla, pasamos sobre el Canal de Castilla, una arteria para la Tierra de Campos con siglos de historia.

De los 46 kilómetros que tiene la etapa de Villoldo hasta nuestro destino en Villalón de Campos, ya en Valladolid, el primer tramo hasta Paredes de Nava aporta 14, y con ese kilometraje recorrido ya podemos calcular si llegaremos o no. El indicador marcaba 68 kilómetros de autonomía al partir, y aunque es seguro que en la práctica se convertirán en menos porque vamos 'a tope' casi siempre, 50 o 55 kilómetros de carretera se pueden hacer sin problemas. O sea, que llegaremos.

placeholder Poca luz ya cuando llegamos a la localidad vallisoletana de Villalón de Campos, nuestro destino. Buenos quesos. Y mañana, otros se pondrán al volante del Ami.
Poca luz ya cuando llegamos a la localidad vallisoletana de Villalón de Campos, nuestro destino. Buenos quesos. Y mañana, otros se pondrán al volante del Ami.

Desde Paredes de Nava, por donde callejeamos, nos encaminamos a Frechilla, Guaza de Campos y, nada más cambiar de provincia, Herrín de Campos. Llanos y más llanos, visión infinita en las cuatro direcciones y ausencia casi total de tráfico. Yo creo que cada 10 segundos le echo un vistazo a los pequeños retrovisores exteriores (no estaría mal que hubiese uno dentro también), pero su 'respuesta' siempre es la misma: "tranquilo, que no viene nadie". El cielo sigue encapotado y el atardecer se está adelantando, pero no es necesario encender las luces porque el Ami las lleva encendidas siempre, incluso las traseras. Buena cosa.

placeholder Cambio de paisaje. De las llanuras castellanas, resecas por el estío, la ruta pasa a un noroeste peninsular siempre verde. Santiago, más cerca cada vez.
Cambio de paisaje. De las llanuras castellanas, resecas por el estío, la ruta pasa a un noroeste peninsular siempre verde. Santiago, más cerca cada vez.

Y en la lejanía aparece recortada ya la silueta de nuestra meta, Villalón de Campos, localidad quesera a la que entramos dos horas y media después de haber partido de Villoldo. Lo cierto es que nos hemos entretenido por el camino, porque aunque parece que en Tierra de Campos no hay nada, al final su paisaje encierra más sorpresas de las imaginables. Paras aquí, paras allá... la vida a 45 km/h da mucho de sí. Tres kilómetros antes de llegar al destino, cuando la instrumentación señala 11 kilómetros de autonomía, se ha encendido el testigo de reserva, pero todo está controlado. Porque, en efecto, cuando detenemos el Ami frente a la puerta del hotel aún conserva carga para 8 kilómetros. Al final han sido 47 kilómetros de ruta exactamente, de manera que podemos hablar de una autonomía por carretera, a máxima velocidad, de 55 kilómetros, lo que no está nada mal. Más que nada, porque un cuadriciclo es para lo que es, y aquí se trataba de llevar las posibilidades al límite.

placeholder Punto y final. El Citroën Ami ha completado la ruta de Roncesvalles a Santiago sin problema alguno. Lento, pero seguro. Y muy ecológico.
Punto y final. El Citroën Ami ha completado la ruta de Roncesvalles a Santiago sin problema alguno. Lento, pero seguro. Y muy ecológico.

Los días siguientes el Ami recalará en Gordoncillo, Santa María del Páramo, Astorga, Bembibre, Toral de los Vados, El Barco de Valdeorras, Ribas de Sil, Monforte de Lemos, Chantada, Lalín y, por fin, Santiago de Compostela, donde el diminuto Citroën completa los últimos metros callejeando junto a los otros peregrinos. Prueba superada, y sin generar ni un solo gramo de humo a su paso.

A pie, en bici, a caballo o en burro, pero también en patinete, monociclo e, incluso, en silla de ruedas, ejemplo de máxima capacidad de superación. En el Camino de Santiago, sea cual sea el trayecto elegido, lo importante son las ganas de alcanzar la localidad compostelana para plantarse frente a su Catedral, con independencia del motivo que nos llevé hasta allí: reto personal o deportivo, fe, promesa, turismo... Y al hilo de la ruta surgen planes curiosos que muchas veces nacen de la forma más insospechada: ¿Y si nos hacemos el Camino de Santiago en un Citroën Ami? La cosa debió surgir más o menos así, pero fue fraguando hasta convertirse en un proyecto que acabó involucrando a 23 periodistas del sector del automóvil, uno por cada etapa en que se dividió finalmente el itinerario desde Roncesvalles, en la frontera de Navarra con Francia, hasta el Pórtico de la Gloria de la capital gallega.

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