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La venta de eléctricos se estanca y el 21% de los cargadores no funcionan: está la cosa muy mal
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El 31 de julio concluye el plan Moves

La venta de eléctricos se estanca y el 21% de los cargadores no funcionan: está la cosa muy mal

Retomando la frase de Chiquito de la Calzada, parece que está la cosa muy mal en esto de la electromovilidad. Crecen los puntos de carga en España, pero hay pocos de alta potencia y muchos no funcionan, y las ventas de coches eléctricos no tiran

Foto: Un conductor recarga la batería de un SUV eléctrico en una estación pública. (BMW)
Un conductor recarga la batería de un SUV eléctrico en una estación pública. (BMW)

El dato, tomado por separado, puede transmitir la impresión de que todo marcha: durante el primer trimestre del año en curso, la red de recarga de coches eléctricos de acceso público en España creció en 3.121 nuevos puntos, de manera que el 31 de marzo pasado había ya en nuestro país 34.422 puntos donde cargar la batería de nuestro vehículo enchufable. Pero el optimismo empieza a diluirse si pensamos que el objetivo era concluir el 2024 con 63.500 puntos en funcionamiento, pues desde Anfac, la patronal de los fabricantes que comercializan automóviles en España, crearon un calendario de mínimos a cumplir si alguien quiere que la electromovilidad sea viable. Sería, utilizando una metáfora aeronáutica, la velocidad mínima que debería haber alcanzado un avión en cada punto de la pista, durante la maniobra de despegue, para que vuele antes de consumir todo el asfalto. Y eso exige una aceleración constante, sin titubeos. En cambio, y es un símil que ya hemos utilizado en ocasiones anteriores, el avión de la electromovilidad española lleva tiempo consumiendo pista sin ganar mucha velocidad; y el asfalto se acabará, si nadie lo modifica antes, el 1 de enero de 2035, fecha elegida por la Unión Europea para prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión.

Y no es solo que los puntos de recarga de acceso público sean pocos todavía, sino que en los tres primeros meses del año han crecido un 11% los puntos instalados pero no operativos. En concreto, son ya 8.645, según el último Barómetro de la Electromovilidad de Anfac, que suma esos cargadores fuera de servicio a los que sí funcionan para imaginar cómo sería nuestra situación de funcionar todo mucho mejor: tendríamos ahora mismo 41.067 puntos, lejos también de esos 63.500 planeados para finales del 2024, pero no tanto. Es decir, el 21% de los puntos de carga instalados en España a 31 de marzo no funcionaban por uno u otro motivo, aunque la lentitud burocrática de la maquinaria normativa española, con diferentes administraciones competentes y trámites que se alargan más de la cuenta, está en la raíz del problema. Lo que en nuestro país puede suponer un año, en Francia se procesa en un mes, y lo que en España implica una sucesión de pasos por diferentes administraciones, en Portugal se agiliza con una ventanilla única. Dos ejemplos de países que funcionan mejor que el nuestro a la hora de distribuir nuevos puntos de carga de acceso público.

placeholder En los cuatro primeros meses del año, la proporción de ventas de los enchufables no ha crecido.
En los cuatro primeros meses del año, la proporción de ventas de los enchufables no ha crecido.

Así las cosas, y según el citado barómetro de Anfac, confeccionado cada trimestre para medir cómo vamos y poder compararnos con otros países, la infraestructura de recarga pública de vehículos electrificados solo ha crecido nueve décimas en los tres primeros meses de este año, pasando del índice 6,7 al índice 7,6. Sobre un máximo de 100, que es el ideal para que la electromovilidad sea un día viable. Y con 7,6 puntos sobre 100, España está anclada en la antepenúltima posición europea, solo por delante de Chequia, con un índice de 5,8 puntos, y de Hungría, farolillo rojo de la UE con 3,7 puntos. Además, nuestro país sigue distanciándose de la media europea, que ya está en 15,9 puntos sobre 100, tras subir 1,6 puntos en el primer trimestre.

Anfac destaca, asimismo, que la evolución de nuestro país, en cuanto a infraestructura de recarga pública, sigue siendo muy heterogénea, con regiones que siguen estancadas y otras comunidades que avanzan más deprisa, como Castilla y León, que sube dos puntos; Cantabria, que crece 1,7, y Cataluña, que elevó su índice 1,4 puntos en el primer trimestre.

Más malas noticias sobre la red

En lo referente a infraestructura de recarga, ya hemos visto que hay menos puntos de los debidos, que más de la quinta parte de los instalados no funcionan, que nos afianzamos a la cola de Europa y que el avance no es uniforme a nivel regional; pero todo es susceptible de empeorar, y aquí la máxima se cumple. Porque el último Barómetro de la Electromovilidad da otro tirón de orejas a nuestra red: aunque los puntos de carga ultrarrápida, con potencia igual o superior a 150 kW, son 578 más que tres meses antes, a 31 de marzo solo operaban 2.103 puntos de esa potencia en España, lo que representa un raquítico 6,5% del total. Y ese tipo de postes son clave para acortar los tiempos de recarga, un factor esencial en los desplazamientos tanto de vehículos de pasajeros como comerciales.

placeholder El número de cargadores públicos crece, pero más despacio de lo debido.
El número de cargadores públicos crece, pero más despacio de lo debido.

De hecho, y esto es más dramático aún, solo el 25% de la infraestructura de recarga de acceso público en España corresponde a carga con potencia superior a 22 kW, cuando el objetivo de Anfac era cerrar el 2024 con un 51% de puntos con potencia superior a 22 kW. Un 51% de 63.500, cuando ahora mismo estamos en un 25% de 32.422; es decir, en la cuarta parte de los que deberíamos tener a estas alturas. Si alguien piensa que tantos datos negativos transmiten una idea ciertamente catastrofista, es la idea. La realidad, una vez más, parece testaruda.

La venta de eléctricos no avanza

El Barómetro de la Electromovilidad mide el proceso basándose en la infraestructura de recarga, sobre lo que ya hemos tratado, pero tiene en cuenta también las ventas de vehículos nuevos electrificados, es decir, enchufables: eléctricos puros (BEV) e híbridos enchufables (PHEV). Y el gran Chiquito de la Calzada también diría ahí que “la cosa está muy mal”.

Y es que durante el primer trimestre de 2024, el indicador de penetración del vehículo electrificado ha subido solo dos décimas, hasta 21,7 sobre 100, lo que es tanto como hablar de estancamiento tras un trimestre final del 2023 que se desarrolló mejor. De hecho, en algunas comunidades del país ha habido retroceso, como Islas Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón, La Rioja o Extremadura. Siguiendo con el símil del avión y la pista del aeropuerto, sería como frenar un poco en plena maniobra de despegue.

Ese índice de 21,7 puntos sitúa a España cuarta por la cola europea, solo por delante de Italia (18,8), Hungría (18,7) y Chequia (14,8). No obstante, se percibe un cierto parón continental por los malos resultados de Alemania, que retrocede 0,7 puntos tras el impacto del fin de las ayudas a la electrificación en el mercado de turismos, y de Italia, que también cae 0,7 puntos, en este caso por las expectativas de los consumidores sobre la llegada de incentivos a la compra de vehículos electrificados a lo largo de este año.

Foto: Algunos fabricantes creen que la nueva medida va encaminada en la buena dirección. (EFE/Luis Tejido)

Volviendo a España, durante el primer trimestre se vendieron solo 27.077 turismos electrificados, lo que representa solo un 9,7% del objetivo anual de Anfac, fijado en 280.000. Es decir, habría que cerrar cada trimestre con unas 70.000 unidades entre eléctricos e híbridos enchufables, y el periodo enero-marzo ha alcanzado solo el 38% de esa cifra ideal.

Y podemos actualizar la estadística con los datos correspondientes a abril, y que confirman ese mal momento de los turismos enchufables en España: si en los cuatro primeros meses del pasado año, la suma de híbridos enchufables (6,2%) y eléctricos (4,5%) suponía el 10,63% de las matriculaciones de turismos, en los cuatro primeros meses de 2024 los porcentajes son prácticamente idénticos: 6,2% de híbridos enchufables, 4,5% de eléctricos y un 10,68% en total. O sea, un estancamiento de libro en el mercado de turismos enchufables.

placeholder En el primer cuatrimestre, solo un 4,5% de los turismos matriculados eran eléctricos puros.
En el primer cuatrimestre, solo un 4,5% de los turismos matriculados eran eléctricos puros.

Pero la cosa está peor si analizamos la estadística sobre todo tipo de vehículos, incluyendo también a los comerciales, industriales, autocares y autobuses, pues entonces ya no hablamos de estancamiento, sino de retroceso: los eléctricos puros pasan del 4,90% en el periodo enero-abril de 2023 al 4,46% en los cuatro primeros meses de este año, mientras que los híbridos enchufables bajan del 5,24% al 5,20%, de manera que la proporción de vehículos electrificados (enchufables) era del 10,14% en el primer cuatrimestre de 2023 y ha sido del 9,66% en el primer cuarto del 2024. Avance de cangrejo, que dirían algunos.

Dos meses y medio de Moves

Y todo esto ocurre, lo cual es más llamativo, cuando el plan Moves III de ayudas a la compra de vehículos electrificados está a punto de concluir, pues su vigencia se alargó hace unos meses hasta el 31 de julio, lo que no parece haber dinamizado el mercado. En los concesionarios, desde luego, no están apreciando nada parecido a un aluvión de usuarios en busca de unas ayudas que se agotan. La complejidad burocrática del proceso, la tardanza del cobro de las ayudas y la obligación de incluirlas como renta en la declaración del IRPF no parecen jugar a su favor.

Desde Anfac urgen a dar certidumbre a ciudadanos y empresas, para que den el paso a la movilidad electrificada. Por ello, la patronal de los fabricantes presentó a finales del pasado año distintas propuestas al Gobierno para actualizar y reforzar el actual esquema de ayudas públicas a la compra más allá del 31 de julio. Y la asociación reitera la necesidad urgente de lanzar nuevos planes de ayuda para los vehículos industriales; porque ni los camiones ni los autobuses electrificados y de bajas emisiones tienen ya ayudas, dado que el plan MITMA Moves caducó el pasado 30 de abril, y nada se sabe sobre un nuevo plan para este 2024.

España, a la cola de Europa

Si el índice de España relativo a infraestructura de recarga pública es bajo (7,6 sobre 100) y el derivado de las matriculaciones de turismos electrificados también lo es (21,7 sobre 100), nadie puede esperar que el indicador global de electromovilidad de nuestro país sea bueno, pues a 31 de marzo nos conformábamos con una nota final de 14,7 sobre 100, solo seis décimas por encima de nuestra nota al acabar el pasado 2023. Eso nos sitúa por delante solo de tres países: Italia (13,4), Hungría (11,2) y Chequia (10,3), que ocupa el último puesto del informe. Es decir, el avión checo de la electromovilidad es el que avanza más lentamente por la pista en estos momentos.

Y esos cuatro colistas están francamente retrasados frente al conjunto de Europa, pues la media en el territorio de la UE-27 es de 28,2 sobre 100, más o menos el doble que España. Por citar solo algunos ejemplos de países más avanzados en cuestión de electromovilidad, Reino Unido está ya en 29,7, Portugal en 30,2, Alemania en 34,4, Francia en 35,2 y Países Bajos en 72,8; aunque solo Noruega, con 100,8 puntos sobre 100, ha alcanzado ya los objetivos marcados a largo plazo.

placeholder La reducción del tiempo de carga es prioritaria en algunos casos, y eso exige puntos ultrarrápidos.
La reducción del tiempo de carga es prioritaria en algunos casos, y eso exige puntos ultrarrápidos.

En cuanto al indicador global de electromovilidad en las diferentes autonomías españolas, si la media de nuestro país es de 14,7 sobre 100, cuatro regiones están por encima de ese índice, con Madrid a la cabeza, con 21,8 puntos; seguida de Navarra, con 18,7 puntos; Cataluña, con 17,3 puntos, e Islas Baleares, con 15,6 sobre 100. Por el contrario, las comunidades más atrasadas en electromovilidad son Murcia, con 11,7 puntos; y Andalucía y Extremadura, ambas con 10,3 puntos; si bien el auténtico farolillo rojo nacional corresponde a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con un índice de 5,7 puntos sobre 100.

El diagnóstico de Anfac

Para el director general de Anfac, José López-Tafall, “el mercado de vehículos electrificados se está estancando, y actualmente solo representan el 10% de la cuota de mercado en España, algo que nos preocupa. El comprador no quiere riesgos: si no hay certidumbre y sencillez en los planes de ayuda, e inmediatez en el cobro, muchas operaciones no se producen. Por otra parte, aunque la evolución de puntos de recarga avanza a buen ritmo, la falta de información sobre su localización, su situación y generalización de un sistema de pago único no lo hace visible a todos los usuarios, que siguen viendo este tema como un claro freno a la compra de vehículos eléctricos. La ausencia flagrante de señales de recarga en las carreteras, a pesar de que los puntos sí estén operativos, evidencia que, incluso en los aspectos más fáciles de solucionar, no conseguimos avanzar. La falta de una gobernanza y visión única del proceso explica muchas de estas carencias”.

El dato, tomado por separado, puede transmitir la impresión de que todo marcha: durante el primer trimestre del año en curso, la red de recarga de coches eléctricos de acceso público en España creció en 3.121 nuevos puntos, de manera que el 31 de marzo pasado había ya en nuestro país 34.422 puntos donde cargar la batería de nuestro vehículo enchufable. Pero el optimismo empieza a diluirse si pensamos que el objetivo era concluir el 2024 con 63.500 puntos en funcionamiento, pues desde Anfac, la patronal de los fabricantes que comercializan automóviles en España, crearon un calendario de mínimos a cumplir si alguien quiere que la electromovilidad sea viable. Sería, utilizando una metáfora aeronáutica, la velocidad mínima que debería haber alcanzado un avión en cada punto de la pista, durante la maniobra de despegue, para que vuele antes de consumir todo el asfalto. Y eso exige una aceleración constante, sin titubeos. En cambio, y es un símil que ya hemos utilizado en ocasiones anteriores, el avión de la electromovilidad española lleva tiempo consumiendo pista sin ganar mucha velocidad; y el asfalto se acabará, si nadie lo modifica antes, el 1 de enero de 2035, fecha elegida por la Unión Europea para prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión.

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