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Un tercio de los usuarios de coches eléctricos, dispuestos a regresar a los de combustión
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Los datos, muy diferentes según el país

Un tercio de los usuarios de coches eléctricos, dispuestos a regresar a los de combustión

Los autores del estudio internacional 'Mobility Consumer Pulse' han preguntado a usuarios de vehículos eléctricos si querrían volver al coche de combustión y por qué. A nivel mundial, el 29% respondió que sí, y en un país lo desea el 49%

Foto: La mitad de los australianos que conducen un eléctrico quieren volver a coches de combustión. (Porsche)
La mitad de los australianos que conducen un eléctrico quieren volver a coches de combustión. (Porsche)

Aunque siempre es posible chuparse el dedo y elevarlo unos centímetros para saber de dónde sopla el viento, parece mejor idea recurrir a la ciencia para conocer más sobre el clima. Del mismo modo, si queremos conocer cuál es el grado de satisfacción de los usuarios que ya han apostado por el vehículo eléctrico, una encuesta masiva entre propietarios y conductores de coches de batería parece más fiable que el método del dedo o las estadísticas basadas en conversaciones en la estación de carga o en la barra del bar. Pero encuestas hay muchas. Por ejemplo, esas en las que se pregunta a la gente si querrían comprar un coche eléctrico o si su próximo coche podría ser un eléctrico; con resultados de fiabilidad normalmente dudosa o, al menos, llamativa: la mayoría solemos responder que sí, pero luego compramos vehículos eléctricos el 5% de la población; al menos en España.

placeholder No contar con un punto de recarga en casa, una de las razones que dificulta el uso del coche eléctrico.
No contar con un punto de recarga en casa, una de las razones que dificulta el uso del coche eléctrico.

Sin embargo, la consultora neoyorquina McKinsey & Company acaba de publicar un informe, titulado Mobility Consumer Pulse 2024, en el que se ha preguntado a los actuales usuarios de vehículos eléctricos por su nivel de satisfacción, por sus deseos de regresar a los coches con motor de combustión y, en su caso, por los problemas o motivos de insatisfacción al usar su vehículo de batería, un estudio internacional basado en encuestas personales llevadas a cabo en nueve países: Australia, China, Japón, Brasil, Estados Unidos y, ya en Europa, Alemania, Francia, Italia y Noruega. No figura España, aunque la consultora americana parece haber elegido unos poco mercados, pero representativos.

Y el resultado global del informe es que casi un tercio de los actuales usuarios de un vehículo eléctrico, exactamente un 29%, quiere cambiar de nuevo a un coche con motor de combustión, aunque los resultados son dispares en función del país, con ejemplos extremos como el de Japón, donde solo expresan ese deseo el 13% de los automovilistas que ya han dado el salto a la electromovilidad, mientras que en Australia la proporción de los que quieren volver a la movilidad con coches de gasolina o diésel alcanza el 49%; es decir, uno de cada dos. Y no es mucho más bajo el porcentaje de usuarios desencantados en Estados Unidos, donde el 46% de los encuestados por McKinsey & Co expresan que quieren volver a los vehículos de combustión.

placeholder Casualidad o no, la proporción de desencantados es alta en países muy extensos, como Australia, EE.UU. o Brasil. (Porsche)
Casualidad o no, la proporción de desencantados es alta en países muy extensos, como Australia, EE.UU. o Brasil. (Porsche)

Entre medias, encontramos también altos niveles de arrepentidos en Brasil, con un 38% de los participantes en la encuesta, o China, con un 24%, mientras que en Europa, la proporción de usuarios de coches eléctricos que dicen querer volver al coche de combustión es menor, aunque sin llegar al extremo de Japón: 24% en Alemania, 18% en Francia y Noruega, y 15% en Italia, que sería el país de nuestro continente con menor índice de desencantados.

La red de recarga pública es mala

En cuanto a las razones esgrimidas por quienes dicen estar pensando en retornar a la movilidad con vehículos de combustión, el 35% aduce que la red pública de estaciones de carga no es suficientemente buena; y un 34%, que los costes de propiedad de los vehículos eléctricos son demasiado altos, mientras que un 32% se queja de que su coche eléctrico afectó demasiado a sus hábitos de conducción y a la realización de viajes largos. Por detrás de ese trío de motivos principales, el informe destapa otras causas de frustración entre los conductores de coches eléctricos alrededor del planeta, como la imposibilidad de recargar en casa (24%), el estrés que causa la preocupación por la recarga (21%), los desplazamientos no deseados que en ocasiones exige la operación de recarga (16%) o, incluso, una mala experiencia de conducción que les resta disfrute al volante (13%). Al respecto, el 28% de los conductores de coches eléctricos entrevistados en Alemania afirman que disfrutaban más con los coches de combustión, y eso mismo responde el 18% de los usuarios estadounidenses que se han pasado a la electromovilidad.

placeholder El factor que más desanima al usuario de coches eléctricos es la red de recarga insuficiente.
El factor que más desanima al usuario de coches eléctricos es la red de recarga insuficiente.

El estudio de la consultora McKinsey & Co llega precisamente en un momento que parece crucial, pues algunos fabricantes de automóviles reconocen estar reevaluando sus planes de futuro en torno al coche eléctrico, incluso retrasando las fechas inicialmente previstas para abandonar definitivamente los motores de combustión en sus gamas, ya que las matriculaciones de vehículos de batería parecen haberse estancado en mercados muy importantes durante los últimos meses. En otros casos, no obstante, las marcas se limitan a recordar que deben cumplir el marco regulatorio, y en la Unión Europea, por ejemplo, nada ha variado todavía en los plazos aprobados, que señalan el 31 de diciembre del 2034 como el último día en que un ciudadano comunitario podrá comprar un vehículo nuevo dotado de un motor de combustión.

Aunque siempre es posible chuparse el dedo y elevarlo unos centímetros para saber de dónde sopla el viento, parece mejor idea recurrir a la ciencia para conocer más sobre el clima. Del mismo modo, si queremos conocer cuál es el grado de satisfacción de los usuarios que ya han apostado por el vehículo eléctrico, una encuesta masiva entre propietarios y conductores de coches de batería parece más fiable que el método del dedo o las estadísticas basadas en conversaciones en la estación de carga o en la barra del bar. Pero encuestas hay muchas. Por ejemplo, esas en las que se pregunta a la gente si querrían comprar un coche eléctrico o si su próximo coche podría ser un eléctrico; con resultados de fiabilidad normalmente dudosa o, al menos, llamativa: la mayoría solemos responder que sí, pero luego compramos vehículos eléctricos el 5% de la población; al menos en España.

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