Conducimos el Omoda 5 definitivo, con mejoras de última hora que amplían sus argumentos

Omoda, la primera marca del grupo Chery que desembarca en España, ha elegido para su estreno uno de los segmentos de mercado donde la batalla es más encarnizada: el C-SUV. Es decir, los SUV de talla compacta, y ahí deberá vérselas con Citroën C5 Aircross, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Renault Austral, SEAT Ateca o Skoda Karoq, por citar solo algunos ejemplos.

No obstante, sus 4,40 metros de longitud le sitúan, al menos por tamaño, en la zona inferior de esa categoría, y ahí, como reconocen desde la firma china, encontrará directos rivales como Cupra Formentor, Hyundai Kona o Toyota C-HR, que también tiran de carrocerías con una talla contenida. Pero si esos tres modelos citados ofrecen en su gama versiones con las etiquetas eco y 0 emisiones de la DGT, el Omoda 5 se conformará por ahora con la etiqueta C que recibe su motor de gasolina 1.6 TGDI de 185 CV, aunque en verano su oferta crecerá con el Omoda E5, con mecánica eléctrica de 204 CV y etiqueta cero emisiones, y para el próximo año se especula con la llegada de una variante híbrida de etiqueta eco, no confirmada oficialmente.

Aunque, por ahora, deberemos centrarnos en este Omoda 5 1.6 TGDI que tan buen arranque parece haber protagonizado en nuestro país, pues los 55 concesionarios que ya tiene la marca en España matricularon en abril 404 unidades, de las que 326 correspondieron a ventas a particulares. Para valorar mejor lo que supone esta cifra, del Cupra Formentor se vendieron en ese mismo mes 1.599 unidades, pero las matriculaciones de particulares fueron solo 406 coches. Y todo apunta al crecimiento, pues la red comercial sigue extendiéndose por el territorio, aspirando el grupo a unos 70 concesionarios cuando finalice el año, cerca ya de esos 80 que anunciaron en su día para nuestro país.

En realidad, no es la primera vez que nos ponemos a los mandos del Omoda 5 de gasolina, pues en diciembre ya tuvimos un breve contacto con una unidad que podemos calificar de preserie, y que la marca puso a nuestra disposición durante unas horas para conocer nuestra opinión y que propusiéramos posibles mejoras. Con la comercialización prevista para esta primavera, aquello nos parecía un poco tarde por plazos, pero habrá que acostumbrarse a que la industria china trabaja con mucha mayor agilidad, y que cambios que otros fabricantes tardan como mínimo un año en implementar, aquí se adoptan con inusitada rapidez.

Y a las pruebas nos remitimos, porque acabamos de conducir el Omoda 5 1.6 TGDI definitivo, que es el que ya están recibiendo los clientes en nuestro país, y su progreso es sorprendente. Antes de subirnos al coche, que es un SUV de 4,40 metros de largo por 1,83 de ancho y 1,59 de alto, con una distancia entre ejes de 2,63 metros, nos explican que muchas de las propuestas planteadas se aprobaron y aplicaron, como un espejo retrovisor interior que ya no deforma la imagen real (el anterior, ampliaba ligeramente el campo visual pero generaba una extrañaba sensación) o materiales plásticos de mejor calidad en el conjunto del habitáculo (en aquel primer coche convivían algunos muy buenos con otros algo pobres), más otros detalles estrenados ahora como la plataforma doble de carga inalámbrica con refrigeración.

Cuando accedemos al coche, observamos que, en efecto, la impresión general de calidad es muy superior, y que ahora existe un equilibrio en las terminaciones interiores que antes no percibíamos. Vemos que hay plásticos mullidos en más superficies que antes, y prueba de ello es que el revestimiento plástico de las cuatro puertas es de ese tipo, cuando muchos fabricantes de otros países optan por poner plástico mullido en las puertas delanteras y rígido en las traseras. Y no hablamos solo de calidad donde se ve, sino también donde se aprecia menos, como los fondos forrados de goma en el cofre central o las puertas. La plataforma de carga del smartphone sigue estando recubierta de un fieltro muy prémium y el salpicadero está presidido, tanto en la versión básica Comfort (27.900 euros) como en el nivel superior Premium (29.900 euros) por dos pantallas de 10,25 pulgadas cada una: la instrumentación y la del sistema multimedia, que también obedece comandos de voz a partir del mensaje “hola Omoda”.

En lo que se refiere a amplitud, lógicamente no hay diferencias frente al modelo que ya probamos hace meses. Delante hay bastante espacio y detrás, amplitud suficiente para tres chavales o para que dos adultos viajen cómodamente, aunque tres ya irán apretados porque la cota de anchura al nivel de las caderas es de 127,5 centímetros (128,5 en el Toyota C-HR y 129 en el Cupra Formentor), mientras que la longitud habitable en la segunda fila, con un conductor de 1,76 al volante, es de 68 centímetros en el Omoda 5, frente a los 65,5 del Toyota o los 70,5 en el Cupra. Y el maletero, simplemente correcto, pues homologa 360 litros con las cinco plazas en uso, o 1.075 si abatimos por completo el respaldo posterior, divisible en secciones asimétricas. Pero como SUV familiar, podrá cumplir en la mayoría de los casos.

Y con un completo equipamiento de serie desde la versión de acceso, pues a lo ya citado hay que sumar llantas de aleación de 18 pulgadas, 13 asistentes de conducción ADAS, cámara de 360 grados con vista panorámica, asientos delanteros calefactados y ventilados, volante calefactable, rueda de repuesto, iluminación interior configurable en 64 colores, climatizador y tres modos de conducción. A lo que añadiremos sus siete años de garantía o 150.000 kilómetros, y la posibilidad de elegir entre ocho colores de carrocería y tres acabados exteriores bitono, sin sobreprecio. Por no hablar de su seguridad, pues recibió cinco estrellas, el máximo posible, en las pruebas de seguridad de Euro NCAP.

Nos ponemos en marcha

Este Omoda 5 de gasolina con el que debuta la firma china en España equipa un motor 1.6 TGDI de cuatro cilindros con turbo e inyección directa que rinde 185 CV de potencia, entrega un par máximo de 290 Nm a solo 2.000 revoluciones por minuto y se asocia a un cambio automático DCT de doble embrague y siete marchas suministrado por la reputada firma Getrag. Con un peso total, conductor incluido, de 1.498 kilos, el rendimiento de la mecánica se traduce en una aceleración de cero a 100 km/h en 7,8 segundos y 206 km/h de velocidad punta, valores que dejarán insatisfechos a pocos. Y el consumo medio homologado en ciclo WLTP es de 7,5 l/100 km.

La ruta prevista no es muy larga, pero dos horas y 150 kilómetros pueden dar para mucho porque el recorrido combina algo de ciudad, bastante autovía y carreteras de todo tipo por la mitad norte de Madrid. Aunque no han pasado más que unos minutos y ya vemos que las mejoras introducidas no se limitan a esos pocos detalles de terminación señalados, porque el funcionamiento de la mecánica es más suave en general, con un tacto menos áspero del motor y un cambio que parece funcionar también de forma más refinada. Si en diciembre nos gustó más por empuje que por agrado, ahora conserva ese buen rendimiento pero nos parece más progresivo, con transiciones entre marchas más discretas y mayor silencio de rodadura.

Y es que avanzamos ya por autovía, a la salida de la capital, y el Omoda 5 nos parece muy cómodo en todos los sentidos. Por citar algo que todavía mejoraríamos, nos parece que la butaca del acompañante delantero queda ligeramente elevada y que la posición más baja del volante es también un poco alta, sobre todo para quienes, como un servidor, gustan de llevar todo muy abajo: asiento y volante.

Además, si en el coche de preserie probado hace cinco meses nos pareció que los asistentes, o ADAS, se entrometían bastante en la conducción, obligando a desactivar algunos para circular con la tranquilidad debida, en el Omoda 5 definitivo no desconectamos nada y esas ayudas funcionan de una manera más racional, sin molestar cuando hacemos las cosas bien. Y nos confirman que todo eso es así porque los cambios introducidos también incluyen un nuevo software que optimiza el funcionamiento de motor y cambio, mejora el ajuste de los ADAS… Es casi como otro coche, y mejor. Si los fabricantes chinos van a evolucionar a este ritmo y van a ser tan receptivos con las mejoras propuestas, la cosa promete.

Salimos ya de la autovía y nos internamos por carretera, y ahí el Omoda 5 sigue siendo un coche agradable y resolutivo, que solventa las maniobras de adelantamiento con rapidez. Y aunque no se recurre a una suspensión muy firme, el comportamiento general es sano y predecible, y el balanceo en curva parece bien controlado. También los frenos cumplen bien su cometido, y quizás sea la dirección el sistema en el que más deberían trabajar de cara al futuro, pues no es muy rápida, ya que se acerca a las tres vueltas de volante entre topes, y el radio de giro nos parece un poco grande para un vehículo de su tamaño, lo que incomoda a veces en maniobras a coche parado o callejeando. Pero nada grave, desde luego.

En cuanto al consumo, esos 7,5 l/100 km anunciados son un valor lógico para un SUV de su tamaño, con esa potencia, tracción delantera y sin hibridación. Por ejemplo, un Cupra Formentor 1.5 TSI 150 DSG homologa 6,8 l/100 km, y un Cupra Ateca 2.0 TSI 190 DSG, ya con tracción total 4Drive, sube a 8,1 l/100 km. No obstante, los rivales dotados de algún tipo de sistema híbrido gastan claramente menos, incluso por debajo de los seis litros.