Probamos la versión más enérgica del Cupra Born, un sorprendente 'GTI' eléctrico

En la gama del Born, un compacto eléctrico de 4,32 metros con cinco plazas y 385 litros de maletero que Cupra comercializa desde 2021, el cliente puede elegir actualmente entre seis versiones diferentes, fruto de combinar varios niveles de equipamiento con dos tamaños de batería (58 y 77 kWh) y dos niveles de potencia (204 y 231 CV), siempre con tracción trasera. Pero la oferta crecerá en breve, justo tras el verano, porque la joven firma de SEAT añadirá el Born VZ, y esas siglas, extraidas de "VeloZ", se reservan a los coches más potentes y prestacionales de Cupra, como el Formentor VZ5, comercializado tiempo atrás y ya agotado.

Un Cupra Born VZ del que aún no se conoce el precio y al que ya nos referíamos semanas atrás cuando fue desvelado, y que mantiene la arquitectura básica de sus hermanos de gama, pues sigue teniendo un solo motor y en el eje posterior, de modo que sigue siendo un eléctrico de tracción trasera. Pero de los 170 kW (231 CV) que rinde el Born más enérgico disponible hasta ahora, y que permiten acelerar en 6,6 segundos si equipa batería pequeña y 7 segundos exactos si se combina con la batería grande, saltamos a los 240 kW (326 CV) de este nuevo Born VZ, dotado de una batería con 79 kWh útiles de capacidad (84 kWh brutos) y que homologa una aceleración de cero a 100 km/h en 5,7 segundos, además de ver incrementada su velocidad punta a 200 km/h, cuando el resto de los Born se conforman con 160 km/h. Y el par máximo en la versión VZ es de 545 Nm, muy por encima de los 310 Nm en las versiones de 231 CV.

El consumo medio homologado del Born VZ es de 14,7 kWh/100 km, y eso se traduce en una autonomía media oficial en ciclo WLTP de 599 kilómetros. Y la batería admite una potencia máxima de carga de 135 kW, de forma que las operaciones de recarga más rápidas se pueden realizar teóricamente en 26 minutos, mientras que en corriente alterna la potencia máxima es de 11 kW.

Y como ya contábamos en febrero, no es solo un motor mucho más potente, sino que el Born VZ recibe una nueva geometría de suspensión con tarados más firmes, un tacto de frenos mejorado (discos ventilados delanteros de 340 milímetros, pero tambores traseros) y una dirección aún más deportiva, habiéndose puesto a punto también el tacto de la propia dirección y el de los pedales. Y en el capítulo estético, hay dos nuevos diseños de llantas de aleación de 20 pulgadas (neumáticos 215/45 R20 delante y 235/40 R20 detrás), incluida una forjada, así como el logotipo VZ en la zaga y colores de carrocería inéditos. Dentro, además, recibe unos nuevos asientos CupBucket de serie y levas de cambio en el volante para el ajuste de la regeneración de energía en las desaceleraciones.

Lo probamos en zona de montaña

En realidad, no habíamos viajado hasta Barcelona para probar el Born VZ, sino más bien para ponernos al volante, por primera vez, del Tavascan, el otro eléctrico de Cupra y que llega a los concesionarios en junio, desde su fábrica en China, con precios a partir de 52.010 euros. Pero en la sede central de Cupra en Martorell nos aguardaban también, casi a modo de sorpresa, varias unidades del Born más deportivo, que también podríamos conducir por las carreteras que rodean la planta barcelonesa y el montañoso entorno de Montserrat.

Junto a los coches nos encontramos con Jordi Gené, el piloto ligado a SEAT prácticamente desde siempre y que desde hace muchos años trabaja en el equipo de desarrollo de la firma española, poniendo su toque personal en la puesta a punto de los coches, tanto de SEAT como de Cupra. Gené, desde luego, tuvo mucho que ver en que el comportamiento y el tacto de conducción del Cupra Born fuese mucho mejor que el del Volkswagen ID.3, pese a que los dos modelos eléctricos comparten casi todo, empezando por su plataforma MEB, con ejemplos como el de la dirección, mucho más rápida y precisa en el Born, o el de la suspensión, con más aplomo y un tacto más deportivo en el coche de Cupra que en el de Volkswagen.

De eso hablamos con Gené, y cuando le recordamos que había hecho un trabajo estupendo en su día con el Born, nos sonríe y responde rápidamente: "pues esperad a ver cómo va el Born VZ, porque hemos mejorado muchas cosas". Ya estamos deseando subir al coche, y parece que finalmente lo haremos sobre asfalto seco, pues el sol va imponiéndose a las nubes que pocas horas antes han descargado lluvia y granizo con ganas en la zona. Mejor así, porque 326 CV y empujando solo desde atrás...

Y aunque los Born en general disfrutan de buenos asientos, rápidamente te das cuenta que las butacas delanteras del Born VZ son aún mejores o, al menos, más deportivas, porque presentan una sujeción magnífica, que ya agradeces hasta en parado. Y, en efecto, las levas están ahí, una a cada lado del aro del volante, de tacto también magnífico. Aunque no todo me enamora en el eléctrico de la firma catalana, pues el cuadro de instrumentos es tan pequeño como siempre y en la puerta del conductor sigue habiendo dos botones para controlar cuatro elevalunas eléctricos. Pero la calidad general es buena o muy buena, y se combinan los materiales de agradable presencia con una terminación esmerada. Hablar de lujo nos parece excesivo, pero este Born VZ transmite buenas sensaciones.

Y lo sigue haciendo cuando ya nos ponemos en marcha. Primero circulando por el atascado polígono industrial que rodea la planta de Martorell, pero después ya por autovía, donde muchos tramos tienen limitada su velocidad a 100 km/h, justo la mitad de los 200 que homologa esta versión. Mejor no tentar a la suerte, mantenerse en la legalidad y aprovechar esos primeros kilómetros para comprobar otras cosas, como el silencio general, el aplomo lineal del coche o la ausencia de ruiditos o vibraciones. El Born, que en realidad es made in Germany porque procede de la factoría de Zwickau, es sólido. Y cómodo, pese a que la suspensión parece firme y consiente mínimos balanceos.

Dejamos por fin la autovía y nos internamos por las carreteras que ascienden por el macizo de Montserrat, y no es necesario mucho tiempo para comprender que el Born VZ anda bastante. Son 326 CV para animar un conjunto que, conductor incluido, pesa 1.999 kilos, y eso puede sonar a primer inconveniente: ¿Un GTI de dos toneladas? Pero aquí es donde el trabajo de puesta a punto de los técnicos e ingenieros de la marca, y de pilotos de prueba como Jordi Gené, resulta clave, pues a base de reglar suspensión, dirección y chasis en general de una determinada manera, se pueden camuflar y corregir tendencias que afectarían de forma negativa a la conducción. Y el Cupra Born VZ pesará dos toneladas, pero no lo parece.

Potencia alta, pero controlable

En aceleración, desde luego, se muestra muy ágil, y creemos que 5,7 segundos para alcanzar 100 km/h desde parado es una valor que no dejará instatisfecho a casi nadie. Porque, además, no se trata solo de poner mucha potencia, sino de conseguir que esa potencia sea controlable y eficaz desde un punto de vista dinámico; y el Born VZ cumple muy bien en este sentido. Lo percibes muy veloz, con mucho empuje instantáneo, pero no como una cabra loca difícil de domar. En los últimos años hemos conducido coches eléctricos más potentes y rápidos en línea recta, pero no mejores en términos de dinamismo y agrado. Porque la nueva versión VZ, por ejemplo, entra en las curvas de forma muy obediente, incluso si aceleramos con fuerza en pleno apoyo, pues el morro no se descarga fácilmente y la carrocería pasa exactamente por donde le ordenamos con el volante, muy preciso y que te informa bien de lo que ocurre entre las ruedas y el asfalto. Y con la frenada, tres cuartos de lo mismo, pues no se puede objetar nada ni por potencia ni por resistencia a los tratos intensos, pese a que las ruedas traseras se conforman con tambores, una de las características técnicas más cuestionables y cuestionadas de la plataforma MEB del grupo Volkswagen.

Sin duda, nos toca dar la razón a Gené, porque si los Born en general tienen un tacto de conducción magnífico, la versión VZ va aún más allá. Realmente se la puede calificar de GTI, de compacto deportivo con el que disfrutar de lo lindo en una carretera sinuosa o en un puerto de montaña. Eléctrico y de dos toneladas, pero divertido y seguro, y sin generar emisiones a nuestro paso, lo que también tiene su importancia. Ahora ya solo falta conocer su precio.