Al volante del actualizado Tucson, el coche más importante para Hyundai en España

El Tucson es el modelo más exitoso de Hyundai en España y en Europa. El todocamino acumula multitud de logros a sus espaldas para la marca coreana, como haber sido el SUV más vendido en el segmento C en Europa en 2022, año en el que también logró ser líder en matriculaciones a nivel absoluto en el mercado español, siendo el primer coche de un fabricante asiático en lograr ese hito en nuestro país. Y ahora, para mantenerse fuerte frente a la llegada de nuevos rivales, Hyundai ha introducido mejoras en su modelo SUV de talla media, y aunque no estamos ante una gran renovación, es importante conocer los cambios que recibe.

Sigue disponible en cinco acabados: Klass, Maxx, Tecno, N Line y N Line Style. Y en cuanto a las motorizaciones, no hay cambios, con una oferta variada y que incluye todo tipo de distintivos medioambientales de la DGT: C, eco y cero. De este modo, se puede elegir entre motores convencionales de gasolina (160 CV) y diésel (115 CV) con etiqueta C, o mecánicas diésel (136 CV) y de gasolina (160 CV) con hibridación suave MHEV de 48 voltios y etiqueta eco. Pero también una versión híbrida autorrecargable HEV de 230 CV con esa misma etiqueta eco, y una variante híbrida enchufable PHEV de 265 CV para coronar la gama, en este caso con etiqueta cero. En función de la versión, hay disponible cambio manual de seis relaciones, o automático de seis o siete velocidades. Y sucede lo mismo con la tracción, que puede ser delantera o total, dependiendo de la versión elegida.

Los precios arrancan en 32.925 euros, factura correspondiente al acabado Klass con motor de gasolina 1.6 TGDI de 160 CV. Si optamos por la variante diésel de 115 CV, el precio parte de 35.425 euros, mientras el Tucson híbrido autorrecargable, de nuevo con el acabado Klass, arranca en 39.125 euros. Por último, el híbrido enchufable está disponible a partir del acabado Tecno, con un precio de salida de 51.325 euros. Pero las tarifas citadas no incluyen los posibles descuentos y promociones de la marca.

Cambios por fuera y por dentro

De entrada, los cambios más destacables en su diseño exterior se dan en la parte frontal, con una nueva parrilla más pequeña y estilizada, un nuevo paragolpes y una original disposición de los faros, que adoptan un diseño algo más discreto, integrando de otro modo las luces ocultas de funcionamiento diurno (DRL). En el lateral encontramos nuevas llantas de aleación, que van de las 17 a las 19 pulgadas. Y hay 11 colores de carrocería disponibles, de los cuales, tres también son nuevos.

Otro cambio se encuentra en las manetas de las puertas delanteras, que eliminan el botón. Es decir, ahora basta con tirar de ella para abrir el coche, o tocarla con la puerta cerrada para cerrar el coche.

Y en lo que respecta a la parte trasera, también se renueva con un paragolpes rediseñado. Se mantiene la línea LED iluminada transversal que une ambos pilotos y el logo de Hyundai en mate satinado integrado en la luna posterior. Por último, el limpiaparabrisas, camuflado bajo el alerón, es ahora 75 milímetros más largo, para incrementar el área que barre y mejorar así la visibilidad hacia atrás.

El acabado deportivo N-Line sigue diferenciándose del resto de terminaciones, ya sea en el exterior o en el interior. Destacan unos paragolpes específicos y los pasos de rueda pintados en el color de la carrocería, mientras que el embellecedor entre la tercera ventanilla y el portón del maletero luce en negro brillante, mismo tono que se usa en las carcasas de los espejos retrovisores. Las llantas de aleación, de 19 pulgadas, tienen un diseño exclusivo N-Line, y el alerón también cambia.

En el interior, estas variantes de estilo más dinámico vienen con el tapizado interior en negro, y la tapicería de los asientos es una combinación de cuero y Alcántara en negro, con pespuntes en rojo; pespuntes que están también presentes en el salpicadero, los paneles de las puertas, el volante y los reposabrazos. Además, el botón de arranque del Tucson N-Line tiene una arandela roja alrededor, y los pedales metálicos enfatizan el aire deportivo del acabado.

Dos pantallas de 12,3 pulgadas

En el interior de toda la gama Tucson 2024 hay cambios más significativos. Se mantiene el diseño horizontal, pero el todocamino coreano incorpora dos pantallas integradas de 12,3 pulgadas, una como cuadro de instrumentos y otra como pantalla central táctil. Todo ello combinado con un Head-up Display equivalente a 12 pulgadas, y que proyecta información sobre el parabrisas. El control del climatizador también cambia, ya que incluye ruedas para regular la temperatura y botones físicos, con una pantalla LCD. Además, ahora la consola central es más amplia, pues se ha integrado el selector del cambio automático en la columna de dirección. Mientras, el volante, el salpicadero y los paneles de las puertas también se modifican, y hay disponible una nueva tapicería en tela y cuero.

Todas las versiones del Tucson cuentan con navegador y actualizaciones OTA (Over-the-Air) de serie. Los puertos USB pasan a ser tipo C y las luces interiores son ahora de tecnología LED, incluida la luz del maletero. Además, el renovado Tuscon será uno de los primeros modelos de la marca en incluir el Hyundai Key 2 Touch, una llave digital que permite desbloquear, bloquear y arrancar el vehículo con el móvil o un reloj inteligente. Este acceso se podrá compartir con otros tres usuarios como máximo en cualquier momento, incluso a distancia, utilizando Apple Wallet, Samsung Wallet o Google Wallet. El vehículo también puede desbloquearse sujetando el dispositivo equipado contra el tirador de la puerta. Una vez dentro, el usuario puede colocar el móvil en la bandeja de carga inalámbrica, pulsar el botón de arranque y ponerse en marcha.

Probamos dos mecánicas

Viajamos hasta Ourense para movernos por las carreteras nacionales que rodean la Ribeira Sacra, lugar elegido por Hyundai para presentar su nuevo modelo. En primer lugar, nos pusimos a los mandos de la versión N-Line con motor de gasolina de 160 CV, tracción delantera y cambio manual de seis velocidades, opción que, junto a la diésel convencional de 136 CV, porta la etiqueta C y todavía supone el 20% de las ventas dentro de la gama Tucson en nuestro país.

Antes de comenzar la ruta, ajustamos el asiento y el volante a nuestro gusto. El Tucson destaca por el espacio interior que ofrece y la disposición general del habitáculo. Todo parece estar ordenado y bien definido, ya sea el tamaño y textura del volante, las dos pantallas de 12,3 pulgadas o la consola central, que parece flotar y que cuenta con un cargador inalámbrico para depositar el móvil, junto a otros huecos portaobjetos repartidos por el interior para dejar, por ejemplo, la cartera o las llaves.

Iniciada la marcha, el Tucson destaca por la buena insonorización interior y lo bien que pisa la calzada, ya que ofrece una alta calidad de rodadura. El motor de gasolina de 160 CV, pese a contar con una buena potencia, no destaca por sus prestaciones, ya que acelera de cero a 100 km/h en 9,9 segundos. Es decir, no nos pegará contra el asiento al pisar el acelerador. A la hora de incorporarnos a una carretera o salir rápido de una rotonda no hay problemas, pero tal vez en un viaje con cinco ocupantes y los 620 litros de maletero ocupados (1.799 si se abaten los asientos traseros), el conductor puede echar en falta un mayor brío. Hay tres modos de conducción, Eco, Normal y Sport, y aunque este último ofrece un rendimiento más dinámico, no varía en exceso la entrega de potencia del todocamino de Hyundai. En cuanto a su velocidad máxima, es de 194 km/h.

Como decíamos, ya sea por entornos urbanos o carreteras secundarias, escenarios por los que probamos el renovado Tucson, nos encontramos ante coche muy confortable, que muestra un gran aplomo. Cuenta con una suspensión bien puesta a punto que no consiente mucho balanceo en curva, los frenos trabajan bien y tienen buen tacto, y la dirección es precisa. En resumen, estamos ante un SUV que ofrece un gran equilibrio.

Mide 4.510 milímetros de largo por 1.865 de ancho y 1.650 de alto, y cuenta con una distancia entre ejes de 2.680 milímetros. Con este motor de gasolina de 160 CV y el acabado N-Line, el peso total del vehículo es de 1.520 kilogramos. Tirando de estas cifras, homologa un consumo combinado en ciclo WLTP de 7,0 l/100 km. Durante nuestra prueba, el SUV coreano se movió en cifras que rondaban los ocho litros, pero en su defensa hay que decir que buena parte del test se desarrolló en subida, lo que elevó el gasto real.

Finalizado nuestro primer recorrido, tuvimos ocasión de realizar el trayecto inverso por una ruta parecida. Misma carretera, pero beneficiándonos de una orografía en bajada, que nos permite optimizar el consumo real. La segunda versión del Tucson que probamos equipaba el motor diésel de 136 CV con hibridación suave de 48 voltios, cambio automático de siete velocidades (7DCT) y tracción total (4WD), una mecánica algo más ruidosa que la de gasolina, aunque la sonoridad nunca es preocupante. Además, y como comentábamos antes, la buena insonorización del todocamino coreano ayuda, sin duda.

En este caso, de nuevo, esta motorización no destaca por sus prestaciones, pues acelera de cero a 100 km/h en 11,6 segundos, con una velocidad máxima de 180 km/h. Repite las características ya citadas, como el equilibrio entre confort de marcha y dinamismo, o el buen trabajo de otros elementos mecánicos como la suspensión, los frenos o la dirección. En cuanto al consumo, el gasto combinado WLTP es de 5,7 l/100 km, una cifra que prácticamente igualamos durante nuestra prueba por carreteras gallegas.

En seguridad, todas las versiones del Tucson cuentan con un amplio listado de asistentes. Y ahora, con esta renovación, se han introducido nuevos elementos, como el FCA, que puede incorporar la opción para detectar riesgo de colisión en las intersecciones, o el asistente de conducción en autopista, que regula la velocidad del vehículo y mantiene la distancia con los coches que circulan por delante, así como la posición dentro del carril cuando va por carretera; o el detector de ángulo muerto, que no solo avisa cuando se aproxima un vehículo por el punto ciego lateral, sino que actúa sobre la dirección en caso de peligro.