Los ataques contra campamentos de inmigrantes venezolanos en la ciudad fronteriza de Pacaraima han llevado a miles a abandonar Brasil y regresar a Venezuela, elevando la tensión en una región empobrecida que pide auxilio al Gobierno.
La gran mayoría de los inmigrantes venezolanos se instalan a unos 200 kilómetros más al sur, en Boa Vista, la capital de Roraima, donde se encuentran casi todos los centros de acogida y se estima que hay unos 25.000, muchos de ellos en condiciones muy precarias.
Aun así el drama del éxodo venezolano afecta más gravemente a otros países latinoamericanos, como Colombia y Perú. De hecho, la mitad de los que llegaron a Brasil (54 %) desde 2017 ya han abandonado el país, según el Gobierno