El bar robótico llega esta semana al puerto de Málaga.
La idea, creada por Makr Shakr, consiste en dos brazos que cogen las botellas, las mezclan, agitan, remueven y lo que haga falta y acaban vertiendo la mezcla en un vaso que llega cómodamente a las manos del cliente. Es decir, lo que viene siendo un camarero pero sin ser humano.
Los pasajeros pueden encargar sus bebidas desde una 'app' y pedir mezclas de 30 licores y 20 refrescos o sabores distintos. Y no, no pondrán caras raras ante una combinación extraña.
Los dos robots, bautizados como B1-0 y N1-C pueden servir dos bebidas por minuto y hasta mil tragos al día.