Como hemos comprobado este mismo año, España es un país acostumbrado a pasar de una pertinaz sequía de varios años a encadenar varias semanas de lluvias intensas capaces de desbordar ríos y arruinar cosechas. Por ello necesitamos pantanos, y para tener pantanos necesitamos construir presas.
Ahora, un informe hecho público por Ecologistas en Acción marca en rojo aquellos embalses fallidos: o han dejado de servir para su cometido original o han sido suplantados por infraestructuras cercanas, y lo que antes tenía el objeto de dar de beber a una comarca ahora se ha quedado en un bonito estanque solo apto para la pesca deportiva, eliminando de paso la biodiversidad o patrimonio que había antes de su construcción.
Somos, de largo, el país europeo con más presas y el séptimo del mundo, siempre detrás de países que nos superan ampliamente en población o territorio, como China, India, Estados Unidos, Canadá o Sudáfrica. "A esta situación debe sumarse el hecho de que muchas de ellas no cumplen las funciones para las que fueron construidas", indica el informe, esto es, abastecimiento a poblaciones o agrícola, uso hidroeléctrico o laminación de avenidas, es decir, reducir los daños que pueda provocar el cauce en el entorno.