La salida de empresas de Cataluña parece ser un camino de ida que no tendrá otro de vuelta, al menos no en un futuro próximo. Los dos bancos más importantes de Cataluña se han marchado con sus sedes a Alicante y Valencia por razón de la enorme inseguridad jurídica que se plantea ante un futuro político y social incierto. ¿Volverán? Como apunta Eduardo Segovia, necesitarán una razón de un peso tan grande como la que les obliga a marcharse y una estabilidad que, en la actual Cataluña, parece difícil.