América Latina está viviendo una escalada de violencia muy específica. Una violencia que se expande cada vez más a países que hasta ahora se consideraban seguros. Ecuador, Costa Rica o Chile, que hasta ahora habían tenido un papel marginal, han sido colonizados por los principales carteles del narcotráfico. Y es que el mercado de la droga, el narcotráfico, está cambiando, abriendo nuevas rutas para el comercio de sustancias estupefacientes.

Y todo este aumento de la violencia está llevando al hartazgo de la población y a que muchos miren el modelo de El Salvador de Nayib Bukele. Su receta de autoritarismo y mano dura policial ha funcionado para desarticular las pandillas del país. Sin embargo, la misma receta, está dando escasos resultados en Ecuador. 

El problema es que las recetas para combatir las pandillas locales no parecen servir igual para combatir los grandes cárteles internacionales del narcotráfico.