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Mujer, joven y universitaria: la verdadera 'bomba' iraní que puede acabar con Ahmadineyad
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Mujer, joven y universitaria: la verdadera 'bomba' iraní que puede acabar con Ahmadineyad

“¿Acaso por encarcelar a una mujer que no quiere que su marido tenga cuatro esposas se está evitando que Estados Unidos invada Irán?”, se pregunta Shirin

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Mujer, joven y universitaria: la verdadera 'bomba' iraní que puede acabar con Ahmadineyad

“¿Acaso por encarcelar a una mujer que no quiere que su marido tenga cuatro esposas se está evitando que Estados Unidos invada Irán?”, se pregunta Shirin Ebadi, abogada iraní y Premio Nobel de la Paz en 2003. Mientras el cerco de Estados Unidos sobre Irán se estrecha, y trata de situar a la antigua Persia como el país más peligroso para la paz mundial, la sociedad iraní ofrece una fotografía muy distinta a los exabruptos verbales de su presidente, Mahmud Ahmadineyad. Casi 70 millones de personas, en su mayoría jóvenes, adscritos a diferentes grupos étnicos, y, muchos de ellos, sedientos de una reforma democrática.

Activistas como Ebadi, que ayer ofreció una conferencia en Madrid organizada por Casa Asia y el Club de Madrid, y películas como Persépolis, la dura y bella autobiografía de Marjane Satrapi, que narra la historia de una joven inquieta y progresista en el Irán de los mulás, están cambiando en Occidente la imagen del pueblo iraní, a la vez que ponen de relieve su lucha a favor de los derechos humanos.

“Claramente la sociedad iraní se moviliza cada vez más, especialmente las mujeres, y el gobierno las hostiga por ello”, señaló María del Pozo, de Amnistía Internacional. Y es que las mujeres representan ya más de la mitad de los universitarios del país. Para los expertos internacionales ésta es la gran esperanza de cambio: un creciente número de mujeres jóvenes y bien formadas que no se conforman con el rol de esposa discreta y ama de casa que el poder quiere para ellas. Pruebas de esta actividad son las campañas Stop Stoning Forever (Acaba Para Siempre con la Lapidación), por la que 37 mujeres fueron detenidas en marzo de 2007, y Un Millón de Firmas, en la que se trató de recabar el apoyo de la población para acabar con las leyes discriminatorias para la mujer. En la actualidad, dos voluntarias encargadas de recoger firmas se encuentran encarceladas en la prisión de Sanandaj, en el Kurdistán iraní.

"La situación de la mujer y sus derechos en Irán ha empeorado bastante en estos últimos años", aseguró Ebadi, en referencia al periodo de Gobierno de Ahmadineyad. Desde que accedió al poder en 2005, Teherán utiliza las llamadas leyes de seguridad para suprimir cualquier expresión pública de disidencia. Las personas arrestadas son sometidas a prolongadas detenciones incomunicadas sin acusación formal y sin posibilidad de recibir asesoría legal.

Un reciente informe de la organización Human Rights Watch documenta cómo el pretexto de la seguridad permite al Gobierno detener y negar un juicio justo a una serie de activistas, entre los que se incluyen estudiantes y académicos, periodistas, sindicalistas independientes o defensores de los derechos de la mujer. De hecho, las mujeres sufren una gran persecución y una grave falta de asistencia letrada. Además, el desconocimiento en el exterior de la lucha de la sociedad civil es una dificultad añadida a la que se enfrentan los activistas iraníes, pero como recordó Ebadi, “la Unión Europea se olvida de los derechos humanos cuando firma acuerdos comerciales con Irán”.

Un siglo de represión

Para la gran mayoría de la sociedad iraní, el siglo pasado significó poco más que convulsión y violencia. Al terminar la I Guerra Mundial, los británicos situaron en el poder a Sartip Reza Khan, quien instauró la dinastía pahlavi y consagró el inmenso poder del Ejército. El suyo fue un régimen brutal, aunque no peor que el de su hijo, el sha Mohamed Reza, cuyos años estuvieron marcados por la tiranía, la corrupción, las injerencias extranjeras y su personal obsesión por modernizar el país, en la que dilapidó los enormes ingresos del petróleo.

“¿Acaso por encarcelar a una mujer que no quiere que su marido tenga cuatro esposas se está evitando que Estados Unidos invada Irán?”, se pregunta Shirin Ebadi, abogada iraní y Premio Nobel de la Paz en 2003. Mientras el cerco de Estados Unidos sobre Irán se estrecha, y trata de situar a la antigua Persia como el país más peligroso para la paz mundial, la sociedad iraní ofrece una fotografía muy distinta a los exabruptos verbales de su presidente, Mahmud Ahmadineyad. Casi 70 millones de personas, en su mayoría jóvenes, adscritos a diferentes grupos étnicos, y, muchos de ellos, sedientos de una reforma democrática.

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