De la oscuridad a los focos: un reto mental

Antes de que el pasado sábado la tuneladora alcanzase el refugio de los mineros chilenos, por la gruesa piedra que los aprisionaba ya se había colado la impresión de que los desafíos psicológicos no se quedarían en el subsuelo. Pasar de ganar 500 euros al mes a ser protagonista de un evento comparable a la final del Mundial de fútbol después de haber estado aislado varios meses es un auténtico desafío mental.

Todas las dádivas recibidas, pasar del anonimato a la fama y contar una y mil veces la experiencia vivida a 700 metros bajo tierra, son buenas noticias, pero también factores de riesgo para que sufran problemas. “La mayoría se ha comportado muy bien desde el punto de vista médico. No hay ningún minero que haya estado en shock y que haya querido irse del hospital”, indicó a la prensa Jorge Montes, subdirector del centro de asistencia médica de Copiapó, tras atender a los héroes de la mina San José.

“Van a tardar un tiempo en adaptarse”, explica a El Confidencial Mónica Pereira del grupo de emergencias del Colegio de Psicólogos de Madrid. “Hay mucha expectación a su alrededor y tanto los medios de comunicación como la gente más cercana quiere conocer de primera mano su historia. Durante un tiempo las cosas van a ser mejor de lo que parecían antes”, nos cuenta. Por su parte, Ana Menéndez, psicóloga, cuenta a este diario que cree que “van a tener un momento de subidón muy grande, pero luego, cuando vuelvan a la normalidad es probable que sufran una depresión”. Corren el peligro de convertirse en “juguetes rotos”.

Y es que la expectación levantada ha atraído a periodistas de todo el mundo que anhelan poder entrevistar a alguno de los supervivientes de la epopeya. Todo el jaleo montado a su alrededor supone otro factor de riesgo. “Depende de las condiciones de cada uno, pero hay a gente que no le convendría atender inmediatamente a los medios de comunicación”, afirma Menéndez. Por su parte, la psicóloga especialista en emergencias cree que el shock con los medios no será tan grande, “ya que han salido preparados y advertidos de la mina”.

Por otro lado, la convivencia no se ha acabado con la salida de la mina. Entre los regalos que han sido ofrecidos a los mineros se encuentran viajes, con la posibilidad de que puedan volver a juntarse para rememorar lo ocurrido ¿Traumático? Las psicólogas consultadas no lo creen así. “Son un grupo muy cohesionado. Lo ideal es que lo hagan así para poder hablar de las experiencias de grupo como grupo”, afirma Pereira, mientras que Menéndez cree que la reacción “depende de los vínculos de cada uno”.