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Sexo, drogas y príncipes saudíes
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LOS ESCÁNDALOS EN EUROPA DE PODEROSOS MANDATARIOS AMENAZAN LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS

Sexo, drogas y príncipes saudíes

Lujo, oro, cochazos y… escándalos sexuales. Cada vez con más frecuencia, los medios de comunicación se hacen eco de comportamientos presuntamente delictivos de poderosos mandatarios árabes

Foto: Sexo, drogas y príncipes saudíes
Sexo, drogas y príncipes saudíes

Lujo, oro, cochazos y… escándalos sexuales. Cada vez con más frecuencia, los medios de comunicación se hacen eco de comportamientos presuntamente delictivos de poderosos mandatarios árabes que se enfrentan a denuncias que jamás prosperarían en sus respectivos países. En según qué casos, el dinero a espuertas y la inmunidad diplomática forman un cóctel explosivo que puede poner en peligro las relaciones diplomáticas entre los países afectados.

El escándalo más reciente, el  acaba de ser reabierto por el Juzgado de Ibiza a raíz de una denuncia por abusos sexuales  presentada en 2008 contra el príncipe heredero de Arabia Saudí Al Waleed bin Talal bin Abdul Aziz Al-Saud, uno de los hombres más ricos del mundo. Con un patrimonio de 19.000 millones de dólares, se caracteriza por sus aires de grandeza y sus pretensiones faraónicas: quiere construir el rascacielos más alto del mundo y tiene un avión recubierto con incrustaciones de oro. Delirios de grandeza aparte, este príncipe saudí tendrá que responder ante la Justicia española. Se le acusa de haber drogado y violado a una modelo de 20 años durante una fiesta en un yate de lujo atracado frente a las costas de Ibiza. Se enfrenta a una petición de 6 años de cárcel.

Este caso es especialmente significativo porque el primer juez que lo investigó decidió archivarlo por falta de pruebas. No obstante, el informe realizado por el Instituto Nacional de Toxicología concluye que la modelo había sido drogada con una sustancia química para inducir el sueño y que había restos de semen en su cavidad vaginal. Un año después, otro juzgado ha retomado la investigación.

A raíz de casos como éste, la Unión Federal de Policías (UFP) ha pedido a los jueces que sean especialmente escrupulosos, ya que las poderosas influencias de los denunciados pueden propiciar el caldo de cultivo idóneo para chantajes y amenazas.

Otro escándalo que implicó a un príncipe saudí tuvo lugar en Reino Unido. Saud Abdulaziz bin Nasser al Saud fue declarado culpable en un tribunal de Londres por haber matado brutalmente a su sirviente, con el que mantenía una relación sexual en un hotel de la ciudad.  Al ser detenido apeló a la inmunidad diplomática, insuficiente para sortear la Justicia británica. Lo paradójico es que si vuelve a su país, el problema no lo tendrá por el delito de asesinato, sino por mantener relaciones con otro hombre.

Pero no sólo sexuales son los escándalos saudíes. Un tribunal francés condenó en mayo de 2007al  príncipe Nayef por haber utilizado su estatuto de diplomático para introducir en Francia dos toneladas de cocaína a cuenta de cárteles colombianos. El escándalo llegó a afectar a las relaciones entre París y Riad.

Conocidos son también los escándalos protagonizados por uno de los hijos de Gadafi. En 2004, Hannibal fue detenido en París por conducir borracho su deportivo a 140 kilómetros por hora.  Un año después, volvió a una comisaría francesa por agredir presuntamente a su novia embarazada. Y en 2008, en Suiza, paso dos días en el calabozo por agredir a dos empleadas del hogar. Como represalia, el Gobierno libio detuvo a dos ciudadanos suizos a los que acusó de estafa y retuvo durante dos años. Todo acabó cuando Suiza se disculpó formalmente por la detención de Hannibal.

Lujo, oro, cochazos y… escándalos sexuales. Cada vez con más frecuencia, los medios de comunicación se hacen eco de comportamientos presuntamente delictivos de poderosos mandatarios árabes que se enfrentan a denuncias que jamás prosperarían en sus respectivos países. En según qué casos, el dinero a espuertas y la inmunidad diplomática forman un cóctel explosivo que puede poner en peligro las relaciones diplomáticas entre los países afectados.