El gobierno brasileño busca facilitar la admisión de sus ciudadanos en España

“Facilitar el ingreso de ciudadanos brasileños y españoles en ambos países”. Ese es el objetivo final del endurecimiento de los requisitos exigidos a los turistas españoles en Brasil que entró en vigor ayer lunes, según su ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota.

Después de que Brasil explicara que la decisión de exigir a los españoles las mismas condiciones que se piden para sus nacionales en la aduana se debía al excesivo rigor que aplica la Policía española, el Gobierno del país sudamericano afirma ahora que las medidas “no son un fin en sí mismo” sino que persiguen lograr “un equilibrio mayor” con España. Patriota ha afirma que el Gobierno “está abierto” al diálogo. 

La celeridad con la que la cancillería ha ofrecido la posibilidad de negociar las condiciones de entrada (el mismo día en que entraban en vigor los nuevos requisitos) no deja lugar a dudas sobre las intenciones del Gobierno brasileño de lograr que España suavice los requisitos que se exigen a los nacionales de su país. ´

Así lo ha expresado el ministro de Relaciones Exteriores, que señaló: “Desde ahora, cualquier medida será definida a partir de la reciprocidad. Estamos, inclusive, abiertos a volver al punto de partida, como era antes, cuando exigíamos solo el pasaporte a los españoles para entrar en Brasil”. De esta manera, si España diera el primer paso suavizando sus controles aduaneros, Brasil haría lo mismo inmediatamente.

A pesar de que ya se han mantenido encuentros para abordar la cuestión, de momento no se han obtenido resultados concluyentes, por lo que fuentes diplomáticas informan de que pronto se llevará a cabo una nueva reunión. El cónsul español en Sao Paulo, José María Matres, en declaraciones a Efe, se mostró optimista sobre el uso del diálogo y de la "vía diplomática" para resolver la situación.

A pesar de que hasta ahora España se ha limitado a aplicar los requisitos estipulados por el Tratado Schengen, las altas cifras de brasileños rechazados en la aduana en los últimos años (superiores a las del resto de países europeos) han provocado malestar en el país sudamericano. La polémica ha adquirido protagonismo de forma recurrente en la escena política y en los medios de comunicación de un país que aspira a que su creciente desarrollo económico se vea reflejado en el panorama internacional.

Sin incidentes en los aeropuertos

En el aeropuerto internacional de Sao Paulo, la principal puerta de entrada de extranjeros en el país, los primeros turistas españoles que aterrizaron en un vuelo de Iberia relataron que su admisión se había desarrollado con total normalidad.

Los turistas informaron de que a pesar de viajar con los documentos necesarios, no les habían sido exigidos a su llegada a Brasil, donde simplemente enseñaron el pasaporte. En Río de Janeiro tampoco se produjeron incidentes. Y es que tras el eco mediático obtenido por los últimos rechazos de brasileños en España, especialmente el caso de una anciana de 77 años que pasó cuatro días en Barajas, existía un cierto temor a la ‘revancha’ de la Policía Federal brasileña.

El pasado 10 de marzo, el Gobierno español nombró embajador de España en Brasil a Manuel de la Cámara, que cuenta con amplia experiencia en relaciones económicas internacionales y países emergentes, además de haber sido embajador de España en Turquía. En sus manos está ahora la ‘patata caliente’, después de que diversas fuentes diplomáticas hayan manifestado su interés en que este asunto no enturbie las relaciones entre ambos países.