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¿Hubo pacto con la UE? May dice ahora que solo pagará el Brexit si hay acuerdo final
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¿concesión al ala euroescéptica de los 'tories'?

¿Hubo pacto con la UE? May dice ahora que solo pagará el Brexit si hay acuerdo final

Lo que en Bruselas se interpretó como un pacto, allí se ve más como una “declaración de intenciones”. May confirma que solo pagará la factura de 45.000 millones si hay acuerdo final

Foto: Theresa May, primera ministra británica, en el número 10 de Downing Street. (Reuters)
Theresa May, primera ministra británica, en el número 10 de Downing Street. (Reuters)

¿Va a pagar Londres finalmente la factura del divorcio del Brexit, se quedará en el mercado único durante el periodo de transición, facilitará a la hora de la verdad una frontera blanda en la isla de Irlanda? En definitiva, ¿está el Gobierno británico realmente dispuesto a cumplir su palabra? La desconfianza no tendría razón de ser justo ahora, en la antesala de la cumbre europea clave de este jueves, donde comenzará de manera oficial la segunda fase de negociaciones del Brexit.

Tras el acuerdo alcanzado el pasado viernes en Bruselas parecía que se había logrado consenso en los tres temas claves que debían resolverse antes de comenzar a hablar de relaciones comerciales: factura, derechos ciudadanos y frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Sin embargo, la premisa de “nada está acordado hasta que todo está acordado” se ha convertido ahora en el mejor escudo de Downing Street. En otras palabras, lo que en Bruselas se interpretó claramente como un pacto, al otro lado del Canal de la Mancha se ve ahora más como una “declaración de intenciones”.

Foto: El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncke (2º dcha), y el negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier (dcha), se reúnen con la primera ministra británica. (EFE)

La propia 'premier' Theresa May confirmaba este lunes en la Cámara de los Comunes que Londres solo pagará la factura de divorcio consensuada de entre 35 y 39.000 millones de libras (40 y 45.000 millones de euros) si se alcanza un acuerdo final de salida. Durante el fin de semana ésta había sido una de las cuestiones que más había dado de qué hablar. El ministro del Tesoro, el europeísta Philip Hammond, había dicho que el Reino Unido era un país de honor y debería hacer frente a los compromisos adquiridos independientemente de si hay pacto o no. Pero el ministro del Brexit, el euroescéptico David Davis, aseguraba que no se daría ni una libra si no había acuerdo respecto a las relaciones comerciales. La 'premier' ha acabado declinándose por esta última postura, cediendo una vez más al ala euroescéptica de su partido.

Pero eso no es todo. También surgen ahora dudas respecto a la frontera de Irlanda. Davis asegura que, a pesar del acuerdo del pasado viernes, Londres no está comprometido aún legalmente a nada. Y esto no solo ha levantado suspicacias en Bruselas, sino que ha creado preocupación y críticas por parte del Gobierno irlandés, al que se le prometió que, independientemente de si hay acuerdo final de salida o no, el Reino Unido, en su conjunto, se alineará plenamente con las normas del mercado único y la unión aduanera que sean necesarias (se entiende sobre todo en agricultura y energía) para apoyar la cooperación norte-sur de la isla. Joe McHugh, del Ejecutivo irlandés, se pregunta: “¿Por qué se ha dado el visto bueno a unos principios para pasar a la segunda fase de negociaciones del Brexit si ahora no se tiene intención de cumplirlo? Me resulta realmente extraño. En lo que a nosotros respecta, lo que se firmó el viernes fue un acuerdo en principio”.

placeholder El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. (EFE)
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. (EFE)

"Un pacto entre caballeros"

Ante el revuelo creado con la nueva postura tomada por el Número 10, el portavoz principal del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, clarificaba este lunes que, a pesar de que el texto del viernes “no es jurídicamente vinculante”, se trata de “un pacto entre caballeros” y existe el “claro entendimiento” de que está “completamente avalado” por el Gobierno británico. Con todo, los asesores de Downing Street han explicado a los ministros que aún sigue todo sobre la mesa y la propia May ha escrito a los diputados 'tories' una carta recalcando lo de “nada está acordado...”.

¿A qué viene ahora este giro por parte de la 'premier'? Todo podría ser una jugada en clave interna para evitar una posible rebelión en Westminster, donde este miércoles, justo el día antes de que empiece la cumbre europea clave, tiene lugar una importante votación que podría amenazar su débil gobierno en minoría. La Cámara de los Comunes debate la enmienda presentada por el 'tory' rebelde Dominic Grieve a la llamada 'Ley de la Unión Europea (Notificación sobre la salida)', con la que se quiere transformar en británica la actual normativa comunitaria. El diputado quiere que el Parlamento vote el acuerdo final que May vaya a cerrar con Bruselas, antes de que tenga lugar el apretón de manos frente a los fotógrafos con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Foto: La premier Theresa May abandona la sede de la Comisión, en Bruselas. (Reuters)

Precisamente para evitar revueltas, el Gobierno anunció el mes pasado una nueva normativa -llamada 'Ley del Acuerdo de Salida e Implementación'- para que Westminster pueda votar el pacto final antes de que la ruptura sea efectiva. Pero parece que esto no es suficiente para los rebeldes que piden ver el texto antes incluso de que May imprima su firma. La líder 'tory', consciente de la división de sus filas, sabe que una derrota de este tipo justo antes de la cumbre europea no solo mermaría aún más su liderazgo, sino que le dejaría poco margen de maniobra para negociar los próximos meses. De ahí que, pese al optimismo que irradiaba la semana pasada, no quiera ahora afirmar nada de manera tajante.

Esta nueva actitud podría cambiar el clima en Bruselas, donde el jueves se espera que el resto de estados miembros den su aprobación a que se comiencen a hablar de las futuras relaciones comerciales. Los Veintisiete quieren trabajar dentro de los modelos existentes para preservar la integridad del mercado único e impedir que Londres obtenga un trato mejor que el que han negociado otras naciones no pertenecientes a la UE. Por su parte, el ministro británico del Brexit defiende un modelo bautizado como 'Canadá plus plus plus'. El problema es que con Ottawa se tardó siete años en llegar a un acuerdo y el Reino Unido tiene intención de salir del bloque en marzo de 2019.

¿Va a pagar Londres finalmente la factura del divorcio del Brexit, se quedará en el mercado único durante el periodo de transición, facilitará a la hora de la verdad una frontera blanda en la isla de Irlanda? En definitiva, ¿está el Gobierno británico realmente dispuesto a cumplir su palabra? La desconfianza no tendría razón de ser justo ahora, en la antesala de la cumbre europea clave de este jueves, donde comenzará de manera oficial la segunda fase de negociaciones del Brexit.

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