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Tsipras coquetea con los socialistas y declara la guerra a la extrema derecha
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Tsipras coquetea con los socialistas y declara la guerra a la extrema derecha

Hace no tanto, Alexis Tsipras hacía temblar a la Unión Europea. Hoy, dice ser "parte de la solución", no del problema, y se encuadra en la oposición a los ultras

Foto: Tsipras ha centrado sus críticas en la extrema derecha, durante su aplaudido discurso en Estrasburgo. (Reuters)
Tsipras ha centrado sus críticas en la extrema derecha, durante su aplaudido discurso en Estrasburgo. (Reuters)

Hace no tanto, Alexis Tsipras hacía temblar a la Unión Europea. Irrumpió en escena prometiendo poner fin a las políticas de austeridad que se recetaban en Bruselas, el BCE y el FMI. Pidió reparaciones a Alemania por el periodo nazi. Amenazaba con cancelar la deuda pública. Y juraba dar la vuelta al orden establecido. Estuvo a punto de lograrlo, solo que no como esperaba: Grecia casi acaba fuera del euro.

Chocó contra el muro de la realidad: los países que participan del orden mundial y están basados en la economía de mercado son duramente penalizados cuando se saltan las normas. Al borde del precipicio de la bacarrota nacional, Tsipras reculó. Aceptó que no tenía fuerzas para cambiarlo todo de manera unilateral y entró en el juego.

“Es innegable que la firma del último memorándum [que incluía las condiciones del tercer rescate griego] supuso un gran golpe para toda la izquierda en Europa, fruto de la correlación de fuerzas de aquel momento. La lección es que necesitamos más alianzas en Europa para dejar atrás la Europa de la austeridad y hacer un cambio de políticos, en ello Tsipras sigue siendo un aliado”, recalca a El Confidencial Ernest Urtasun, eurodiputado de ICV, del grupo de Los Verdes.

placeholder Tsipras, durante un discurso sobre el futuro de la UE. (EFE)
Tsipras, durante un discurso sobre el futuro de la UE. (EFE)

Este martes, el primer ministro griego ha logrado sacar a Grecia de su tercer y último rescate. Se ha estrenado en diplomacia con un acuerdo histórico con Macedonia (del Norte) que puede poner fin a una agria disputa que mantienen ambos vecinos. Dialoga con sus socios europeos, es invitado como observador a las reuniones de los líderes socialdemócratas y se ha sumado, para sorpresa de algunos, al frente europeísta.

​"Le noto muy cambiado. En 2015 entró aquí y salió con el aplauso de los populistas y los eurófobos. Hoy, al entrar, le hemos aplaudido todos". Las palabras del líder de la delegación española del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, resumen bien su metamorfosis. Esta vez, su discurso ante la Eurocámara no ha sido un reto contra la Unión Europea, sino todo lo contrario. Tsipras se une a los que pretenden plantar cara a la extrema derecha y a los que quieren destruir la Unión Europea. Y tanto conservadores como liberales y socialistas ven en él un potencial aliado con el que dialogar.

Tsipras, que un día fue la gran esperanza de la izquierda radical y el látigo de las políticas de austeridad, se ha mostrado casi triunfalista por el cierre del “programa”. Críticas a los ajustes, sí, comentarios contra “el neoliberalismo extremo”, sí, defensa de medidas más sociales y a favor de los trabajadores. Pero el discurso del griego coquetea más con la socialdemocracia que con la izquierda radical que le encumbró.

​Nervios en la izquierda

El cambio ha puesto nerviosos a muchos en la izquierda, donde se apuesta por acudir a las elecciones europeas del próximo mayo como un bloque diferenciado, que critique tanto a los ultras como los planteamientos liberales encarnados por Emmanuel Macron, Angela Merkel y el resto de líderes. Tsipras, el único jefe de Gobierno que tiene la izquierda, es ya uno más de los defensores de la Unión Europea.

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Macron y Tsipras dialogan en una cumbre europea en Bruselas. (Reuters)

Entre los suyos, en Europa, nadie le critica abiertamente. Al menos aún. No gusta su giro, pero confían en su tirón. Y esperan que, ahora sin el corsé del rescate, vuelva a virar a posiciones más contundentes. “El Tsipras de 2015 emocionaba a los de abajo y asustaba a los burócratas de Bruselas (…) Nuestro reto debe ser conseguir nuevos gobiernos que ilusionen a las clases populares y asusten a la burocracia de los 'lobbies' y las puertas giratorias”, reflexiona Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos.

El discurso de Tsipras ante el plenario, en cambio, se ha dirigido principalmente a tranquilizar al resto de capitales y a los mercados, aún reacios a apostar por la autonomía de Grecia. “Que haya acabado el programa no quiere decir que volvamos al pasado, estamos determinados a evitar los errores que nos llevaron al rescate. Esto es una ruptura histórica con el pasado, un nuevo comienzo”, ha prometido.

¿Qué tipo de comienzo? Eso está por ver. Pero no son pocos los que apuestan por que Tsipras acabará integrado en el grupo de los socialdemócratas. Estos, necesitados de líderes con tirón para frenar su propia caída, se muestran abiertos a acoger al líder heleno que no hace tanto logró con su empuje hacer caer en la irrelevancia al partido socialista histórico de Grecia, el Pasok.

"Hay razones para una mayor cooperación entre los socialdemócratas y Tsipras”, apunta el socialista Javi López. “Syriza, tras un torpe inicio de negociación, ha acabado por apostar por el reformismo y el europeísmo de forma decidida”, recalca. No solo eso: el fin del rescate griego permite coser las heridas, a la vez que Grecia podría recuperar un mayor peso en la UE.

Sin embargo, la clave será si los comicios europeos se acaban configurando, como todo apunta, en un todos contra los ultras. "El panorama que se dibuja para las siguientes elecciones es que el adversario a superar será la extrema derecha y aquellos que quieren desmantelar la UE desde el nacionalismo y xenofobia”, recalca López. Si el eje se desplaza del tradicional izquierda contra derecha a un autoritarios y ultras contra demócratas y europeístas, Tsipras podría dar el paso, tras los comicios.

placeholder Varoufakis ha organizado un movimiento de izquierda alternativo con el que quiere acudir a las europeas.
Varoufakis ha organizado un movimiento de izquierda alternativo con el que quiere acudir a las europeas.

Si hay algo que moviliza a la izquierda europea, es el relato de la lucha contra el fascismo, y el primer ministro griego lo sabe. Aun así, se arriesgaría a perder apoyo en Grecia y a dejar espacio a sus críticos, entre ellos su exministro Yanis Varoufakis. “Pasamos de ser parte del problema de Europa a parte de la solución”, ha reivindicado Tsipras. La cuestión, ahora, es qué tipo de solución quiere proponer. Y junto a quién.

Hace no tanto, Alexis Tsipras hacía temblar a la Unión Europea. Irrumpió en escena prometiendo poner fin a las políticas de austeridad que se recetaban en Bruselas, el BCE y el FMI. Pidió reparaciones a Alemania por el periodo nazi. Amenazaba con cancelar la deuda pública. Y juraba dar la vuelta al orden establecido. Estuvo a punto de lograrlo, solo que no como esperaba: Grecia casi acaba fuera del euro.

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