El primer ministro belga se distancia de la tensión entre Flandes y España por Cataluña

"Es la responsabilidad del gobierno de Flandes". Con estas palabras, el primer ministro belga, Charles Michel, ha marcado las distancias con los políticos flamencos cuyas palabras, a propósito del proceso independentista catalán, ha derivado en un enfrentamiento diplomático con España. "No hay un conflicto diplomático entre el gobierno federal belga y España", ha recalcado el político.

Michel encabeza un gobierno de coalición en el que el socio mayoritario son los flamencos nacionalistas del N-VA, partido al que pertenecen buena parte de los políticos belgas que muestran en público su apoyo a la causa independentista catalana y, por extensión, críticas a las autoridades españolas. Jan Peumans, presidente del Parlamento flamenco, es una de los críticos más vocales contra el Estado español y ya creó una crisis diplomática por una carta enviada a Carme Forcadell a través de un eurodiputado del N-VA.

"Es muy sencillo: En Belgica hay una cierta autonomía para las entidades federales, para las regiones, en el plano internacional. Es responsabilidad de Flandes gestionar su relación con España y es responsabilidad de España, conforme a los tratados internacionales, definir de qué manera organiza sus relaciones diplomáticas con las entidades federales", ha recalcado Michel.

España ha retirado el estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes tras las últimas palabras de Peumans, en las que arremetió contra España por haber metido en prisión a varios políticos catalanes desde la celebración del referendo ilegal del 1-O de 2017 y la declaración unilateral de la independencia de Cataluña. Preguntado por si consideraba la reacción diplomática del Gobierno de Pedro Sánchez "excesiva". Michel ha decidido "no comentar sobre la reacción de unos, ni de otros", tras lo que ha vuelto a recalcal que, en este asunto, la responsabilidad está en manos del gobierno de Flandes.

Desde la llegada de Carles Puigdemont a Bélgica para evitar ser juzgado por el 1-O y los varapalos recibidos por la justicia española de parte de sus homólogos belgas, la relación entre España y Bélgica se ha tensado notablemente. No obstante, Michel ha eludido entrar a considerar si piensa, por su parte, convocar a la embajadora española ante su país. Michel, francófono liberal, tiene claro que no puede parar los pies a sus socios flamencos del N-VA, pero también que no piensa pagar los platos rotos.