Entró en un ascensor el viernes y no pudo salir hasta que la rescataron el lunes

Marites Fortaliza tiene 53 años y trabaja en una vivienda de lujo de Manhattan, en el corazón de Nueva York. El pasado fin de semana terminaba su jornada semanal y procedía a tomarse el fin de semana libre. Cerró la puerta de la casa en la que trabaja, entró en el ascensor y presionó el botón para bajar a la planta baja. Pero ahí terminó su fin de semana.

El ascensor se detuvo y Marites se quedó encerrada. Los botones no funcionaban y nadie escuchó el timbre de alarma ya que los dueños de la casa se habían ido de viaje. El edificio estaba completamente vacío y sus gritos pidiendo auxilio no llegaban hasta la bulliciosa calle. Se pasó encerrada todo el fin de semana, desde el viernes por la noche hasta el lunes por la mañana.

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Ese día, un repartidor trató de entregar un pedido en la vivienda y, al no abrirle nadie, llamó a los propietarios. Intentaron contactar con su empleada, pero al no contestar decidieron enviar a alguien a la casa ya que ellos seguían fuera. Fue un miembro de la familia quien entró en el edificio y se encontró a Marites encerrada en el ascensor.

Consciente y calmada

Rápidamente llamó a los servicios de emergencia y los bomberos pudieron sacarla del ascensor, que se había averiado entre la segunda y la tercera planta, y trasladarla a un hospital cercano para un chequeo rápido. La mujer explicó a los agentes que había estado encerrada todo el fin de semana, aunque un testigo explica a The New York Times que estaba “consciente y calmada” cuando fue rescatada.

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Los dueños de la mansión, Warren y Harriet Stephens, emitieron un comunicado este lunes en el que explicaban que Marites Fortaliza llevaba 18 años trabajando para ellos. Explican que un miembro de la familia la acompañó al hospital y que la mujer “se encuentra bien”.

El ascensor parece haber pasado correctamente todas las revisiones, la última el pasado mes de julio, aunque el Departamento de Vivienda de Nueva York está investigando lo sucedido. Ha enviado a un inspector al edificio, pero no le han dejado entrar, por lo que han pedido una orden judicial y, mientras tanto, han puesto una multa a los propietarios.