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Fin de era en Japón: este es el turbulento legado del creador de Abenomics
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EL PRIMER MINISTRO JAPONÉS, SHINZO ABE

Fin de era en Japón: este es el turbulento legado del creador de Abenomics

La dimisión por enfermedad del primer ministro deja tras de sí una reforma económica, un gran envejecimiento de la población o intentos frustrados por mejorar la situación de la mujer

Foto: Shinzo Abe. (Reuters)
Shinzo Abe. (Reuters)

El mandato más largo de un primer ministro japonés llega a su fin. Siete años y ocho meses después de asumir el cargo por segunda vez, Shinzo Abe dimite por enfermedad. La era Abe deja tras de sí una fuerte reforma económica, conocida como Abenomics, varias subidas de impuestos, un gran envejecimiento de la población o intentos frustrados por mejorar la situación de la mujer en el trabajo. Durante su mandato los japoneses también han vivido la abdicación de Akihito, su emperador de posguerra, símbolo de la era Heisei y la entronización de Naruhito.

Abenomics fue el término que el gobierno acuñó para salir de la deflación y estancamiento económico que el país arrastra desde el estallido de su burbuja económica en los años noventa. Abe llegó al poder anunciando una fuerte política monetaria que bajó la tasa de interés, restó fuerza al yen y logró mejorar la capacidad exportadora de las empresas japonesas. Sin embargo, no ha logrado reducir la deuda fiscal más alta del planeta, casi 237 % del PIB según el FMI.

Foto: Shinzo Abe. (Reuters)

Abe Shinzo calificó de “desastre nacional” el envejecimiento poblacional y la baja tasa de natalidad que acusa Japón, donde 36 millones de japoneses tienen más de 60 años en el país con la esperanza de vida más alta del mundo. “Crear una sociedad donde las mujeres brillen” dijo también, con el objetivo de mejorar la situación de la mujer en el mundo laboral. Sin embargo, Japón se situó en 2019 en el puesto 121 de 153 países del Informe sobre la Brecha de Género en el Mundo del Foro Económico Mundial.

Un hombre para la historia japonesa

El líder que más poder ha detentado en el seno del Partido Liberal Democrático, un partido que ha gobernado el archipiélago desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a excepción de unos pocos años, ya marcó un precedente en 2006 durante su primer mandato, como el primer ministro más joven de Japón. También fue el primero en recibir a un presidente americano en Hiroshima, cuando Obama visitó la ciudad en 2016 durante el G7. Meses después sería el primer ministro japonés en visitar Pearl Harbor.

Abe ha desarrollado una agenda exterior sin precedentes en su país, con más de 80 naciones visitadas. Realizó dos visitas a España, una en 2014 y otra en 2018. Viajó a Cuba en 2016 y lideró el G20 en 2019. También fue el primer jefe de estado que se reunió con Trump, antes de asumir este último su cargo. En cambio, las relaciones con Corea del Sur se han enfriado y no han estado exentas de fuertes encontronazos en los últimos años de su mandato. Cauto con China, las relaciones bilaterales chino-japonesas se encontraban en un buen momento e iban a culminar en una visita de Xi Jinping en abril, cuando llegó el covid-19. La pandemia también ha acabado con la popularidad de Abe y sus deseos de encabezar los Juegos Olímpicos.

placeholder El primer ministro japonés Shinzo Abe anunciando su dimisión, en una pantalla en Tokio. (Reuters)
El primer ministro japonés Shinzo Abe anunciando su dimisión, en una pantalla en Tokio. (Reuters)

A la espera de celebrar próximas elecciones, ya se barajan los nombres de posibles sustitos. Fumio Kishida, quien fue ministro de Relaciones Exteriores de 2012 a 2017, ha anunciado su intención de postular a la presidencia del partido. Expertos japoneses también mencionan a Shigeru Ishiba, ministro de Defensa de 2007 a 2008 y antiguo rival de Shinzo Abe por la presidencia del partido en 2012. O Yoshihide Suga, secretario jefe del gabinete y quien pasó a la historia del país al anunciar el nombre de la nueva era Reiwa.

En un país donde la dimisión política y renuncia de primeros ministros no causa extrañeza, las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar. Los comentarios de ciudadanos japoneses reflejan la disparidad de opiniones que durante meses y desde el inicio de la pandemia ha causado el bajo perfil de Abe, desembocando ahora en dimisión. Algunas voces apuntan al estrés como causante de su estado de salud pero, como es costumbre japonesa, le agradecen el esfuerzo por los años de servicio público: “Muchas gracias por su arduo trabajo en una situación sin precedentes”, o “cuídese y descanse de las medidas anti coronavirus”.

Otras voces no son tan comprensivas y consideran que huye de sus responsabilidades en un momento extremadamente delicado, cuando la economía japonesa acaba de entrar en recesión con una caída del 7.8% del PIB y la pandemia sigue campando a sus anchas por el archipiélago: “De este largo gobierno, solo me ha impresionado el número de días que ha durado y las Abenomask [las mascarillas enviadas a todos los ciudadanos]. No ha cambiado nada y con la excusa de la salud se marcha”. La incertidumbre nipona por el futuro cercano está servida: “¿Qué va a pasar ahora? Son muchos los problemas, también los diplomáticos” o “Qué pena. ¿Es este el estado de ánimo para poner fin a los Juegos Olímpicos?”.

El mandato más largo de un primer ministro japonés llega a su fin. Siete años y ocho meses después de asumir el cargo por segunda vez, Shinzo Abe dimite por enfermedad. La era Abe deja tras de sí una fuerte reforma económica, conocida como Abenomics, varias subidas de impuestos, un gran envejecimiento de la población o intentos frustrados por mejorar la situación de la mujer en el trabajo. Durante su mandato los japoneses también han vivido la abdicación de Akihito, su emperador de posguerra, símbolo de la era Heisei y la entronización de Naruhito.

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