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La represalia más probable de Argel contra Rabat: dar rienda suelta al Polisario en el Sáhara
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Muerte de tres argelinos en un bombardeo

La represalia más probable de Argel contra Rabat: dar rienda suelta al Polisario en el Sáhara

La muerte, en un bombardeo marroquí, de tres camioneros argelinos en el Sáhara Occidental dispara la tensión entre los dos 'pesos pesados' del Magreb

Foto: Presunta escena del bombardeo que ha matado a tres camioneros argelinos.
Presunta escena del bombardeo que ha matado a tres camioneros argelinos.
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El bombardeo por el Ejército marroquí de un convoy de camiones argelinos, que dejó tres muertos, y las represalias anunciadas por Argel conllevarán en las próximas semanas una escalada de la tensión entre los dos 'pesos pesados' del Magreb hasta niveles nunca vistos desde que alcanzaron la independencia a mediados del siglo pasado. Si Europa ha padecido en la década pasada la guerra en sus fronteras orientales, sobre todo en Siria, o en el Mediterráneo central con el conflicto de Libia, ahora empieza a correr el riesgo de tener que soportarla más al oeste, en el Magreb colindante con España.

Madrid y Lisboa ya están sufriendo algunas de las consecuencias de ese enfrentamiento crónico Argel-Rabat, como el cierre, el domingo pasado, del gasoducto Magreb-Europa, por el que se bombeaba más de la quinta parte del gas que consume España. Este castigo argelino a Marruecos no debería suponer problemas de desabastecimiento para la península Ibérica, pero sí un encarecimiento del precio del gas.

Foto: La ministra Teresa Ribera, junto al embajador en Argelia, Fernando Morán. (EFE)

La guerra, de hecho, ya empezó el 13 de noviembre de 2020. Entonces, el Ejército marroquí intervino —de forma no violenta, pero ilegal— en la zona desmilitarizada de Guerguerat, en el sur del Sáhara Occidental, para expulsar a un puñado de saharauis desarmados. En respuesta de lo que se entendió como una violación del acuerdo de alto el fuego, el Frente Polisario volvió a las armas. Las había depuesto 29 años antes.

Desde entonces, el movimiento armado saharaui y el Ejército marroquí libran una guerra de bombardeos a lo largo del muro de defensa del Sáhara, con la utilización ahora de drones por parte de Rabat, pero sin movimientos relevantes sobre el terreno. El 80% del territorio del Sáhara Occidental está en manos de Marruecos, pero el Polisario controla la franja oriental de esa antigua colonia española.

Foto: Soldados saharauis en Rabuni, "zona liberada". (EFE)

Es probablemente ahí donde resultaron muertos los tres camioneros argelinos, que viajaban desde Nuakchot (Mauritania) a Ouargla (Argelia) por una pista secundaria que transcurre por el Sáhara Occidental. Estaban a mitad de camino entre las aldeas saharauis de Bir Lahlou y Ain Ben Till, según fuentes locales. Es de suponer que el Ejército marroquí confundió sus vehículos con los del Polisario y por eso abrió fuego.

El comunicado de la Presidencia de Argelia, que tardó 48 horas en dar a conocer los hechos, no solo acusa a Marruecos de haber “asesinado, con cobardía mediante un bombardeo bárbaro”, a los tres camioneros, sino que además precisa que fueron atacados con “armamento sofisticado”. Dan así a entender que fueron blanco de disparos de drones que Marruecos acaba de adquirir de Israel.

De ser ciertos los hechos relatados en el comunicado, se trata del incidente fronterizo más grave entre ambos países desde que en 1963 Rabat desencadenó la llamada 'guerra de las arenas' para adueñarse de una parte del territorio que el colonizador francés dejó a Argelia. Los reyes Mohamed V y su hijo, Hasán II, consideraban que esas tierras pertenecían a Marruecos. Se han producido estos últimos años otras escaramuzas fronterizas, pero nunca llegó a correr la sangre.

La represalia argelina

Al final de su comunicado del miércoles, Argelia promete que el “asesinato no quedará impune”. En las cancillerías europeas, y también en Rabat, se preguntan en qué consistirá la reacción argelina. Argel ya mostró en verano su enfado con su vecino rompiendo relaciones diplomáticas, prohibiendo después su espacio aéreo a los aviones marroquíes y cerrando el domingo el gasoducto Magreb-Europa que, al atravesar el territorio marroquí, permitía a Rabat cobrar un peaje en gas y en euros.

La hipótesis más probable es que Argelia dé ahora rienda libre al Polisario para que recrudezca su guerra contra Marruecos y que le brinde más apoyo para librarla. El comunicado argelino produjo regocijo en las filas del Polisario, porque podría suponer una implicación más directa de su protector en el conflicto armado, que saldría así del letargo.

Foto: Foto: EFE.

El objetivo del Polisario es que la guerra se intensifique y acabe preocupando a la comunidad internacional, quien tendría, por fin, que tomar cartas en el asunto obligando a Marruecos a aceptar la celebración de un referéndum de autodeterminación, tal y como se acordó en 1991. Tras 16 años de guerra de guerrillas (1975-1991), se alcanzó entonces un alto el fuego.

El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, y los militares que le rodean reprochan al anterior jefe de Estado, Abdelaziz Bouteflika, fallecido en septiembre pasado tras una larga enfermedad, haber adoptado una actitud laxa frente a lo que consideran las provocaciones marroquíes. En la cúpula argelina hay consenso de que ha llegado la hora de parar los pies a Rabat, pero mientras algunos se inclinan por la mera ofensiva diplomática, otros no descartan “administrar una lección al vecino” envalentonado por el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por Donald Trump y la nueva relación con Israel.

“La complacencia de Francia, la pusilanimidad de España y la luna de miel con Israel han dado alas al 'majzén' [círculo de poder alrededor del rey], pero no por eso podrá modificar la relación de fuerzas sobre el terreno”, afirma Abdelaziz Rahabi, profesor de universidad y exministro-portavoz del Gobierno argelino, por teléfono a El Confidencial. Alude a la superioridad militar de Argelia, sexto comprador de armas del mundo, frente a Marruecos.

Foto: Soldados marroquíes y marines, haciendo maniobras en 2012. (Africom)

Las autoridades marroquíes no desmintieron oficialmente el anuncio del ataque contra los camioneros. Reaccionaron a través de una fuente anónima que hizo una declaración de la Agencia France-Presse (AFP): “Marruecos nunca ha tenido por objetivo, ni lo tendrá, a ciudadanos argelinos cualesquiera que sean las circunstancias”. A continuación, puso en duda que circulen por esa pista civiles argelinos porque es "utilizada exclusivamente por los vehículos militares de las milicias armadas" del Polisario. Dejó así entrever que si los camioneros argelinos fueron bombardeados fue porque estaban en una zona de guerra por la que no debían transitar.

Consciente, quizá, de la superioridad militar de Argelia, Marruecos no quiere llegar a las manos con su vecino. “Marruecos no se dejará arrastrar a una guerra con Argelia”, subrayó la fuente citada por AFP. “Si Argelia desea llevar la región a una guerra, mediante provocaciones y amenazas, Marruecos no seguirá” sus pasos, concluyó la declaración.

Más allá de permitir al Polisario desarrollar una guerra menos estática contra Marruecos, el régimen argelino podría tomar otras represalias, de menor alcance, como la imposición de un visado para los marroquíes, la prohibición de acceder a sus aguas territoriales y la expulsión de decenas de miles de inmigrantes marroquíes en Argelia que trabajan en su mayoría en la construcción y en la agricultura. Tras la anexión del Sáhara por Marruecos, en 1975, el presidente Houari Boumédiène ya expulsó a unas 45.000 familias marroquíes afincadas en el este del país.

El bombardeo por el Ejército marroquí de un convoy de camiones argelinos, que dejó tres muertos, y las represalias anunciadas por Argel conllevarán en las próximas semanas una escalada de la tensión entre los dos 'pesos pesados' del Magreb hasta niveles nunca vistos desde que alcanzaron la independencia a mediados del siglo pasado. Si Europa ha padecido en la década pasada la guerra en sus fronteras orientales, sobre todo en Siria, o en el Mediterráneo central con el conflicto de Libia, ahora empieza a correr el riesgo de tener que soportarla más al oeste, en el Magreb colindante con España.

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