Es noticia
El futuro de UK, en manos del 0,3% del electorado: ¿el regreso de Boris es aún posible?
  1. Mundo
"Hasta la vista, baby"

El futuro de UK, en manos del 0,3% del electorado: ¿el regreso de Boris es aún posible?

Los 160.000 afiliados del Partido Conservador elegirán al nuevo primer ministro británico. Pero casi la mitad de las bases quiere que Boris Johnson permanezca en el Número 10

Foto: El exterior del palacio de Westminster. (EFE/Neil Hall)
El exterior del palacio de Westminster. (EFE/Neil Hall)

George Orwell escribió en una ocasión que, para que un asesinato fuera una noticia verdaderamente entretenida, debería ser perpetrado por un predicador cristiano piadoso o un "presidente de una administración local del Partido Conservador". Lo cierto es que hay muchos mitos sobre el perfil de los afiliados. Algunos defienden que son solo estereotipos. Pero las colas que se han formado este verano para asistir a los mítines de las primarias que celebra la formación echan por tierra esa idea. Los 'tories' son exactamente lo que se piensa de ellos.

"Hay sombreros panamá, mejillas rosadas y pantalones rosas. Hay cabellos blancos y cabezas calvas y una sospecha al acecho de que alguien en la vecindad podría llevar el título de 'Major'. Hay pocas mujeres. Casi no hay nadie que no sea blanco", aseguraba recientemente el propio 'The Economist'.

Foto: Rishi Sunak y Liz Truss, en un momento de un debate televisivo. (EFE/Jonathan Hordle)

La cuestión es que su identidad se convierte ahora en asunto de importancia nacional. Los alrededor de 160.000 afiliados conservadores representan tan solo al 0,3% del electorado y sus características demográficas no son precisamente representativas de la sociedad británica.

Pero es este pequeño grupo quien va a decidir el futuro inquilino de Downing Street porque, tras la dimisión forzosa de Boris Johnson, el nuevo líder de la formación que elijan el 5 de septiembre se convertirá automáticamente en primer ministro. No hay nada ilegal en el proceso, pero 'a priori' tampoco suena de lo más democrático.
En circunstancias normales, el ganador suele convocar elecciones anticipadas para dar autoridad de alguna manera a su mandato. Sin embargo, ahora que la inflación podría llegar al 18% y la oposición laborista saca hasta 12 puntos de ventaja, es muy probable que se agote la actual legislatura y se espere a 2024 para sacar de nuevo las urnas.

Foto: Una mujer compra en un supermercado en Londres en medio de una inflación histórica. (Neil Hall/EFE)

El partido no publica datos demográficos detallados sobre sus miembros. Pero, desde 2015, la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad de Sussex, financiadas por el Consejo de Investigación Económica y Social del Reino Unido, han ido supervisando los perfiles con la ayuda de una de las principales agencias de sondeos, YouGov. Según su última investigación, el 68 % tienen más de 50 años, el 96% son blancos, el 21% son socios de las ONG National Trust o English Heritage y el 66% son hombres. Eso sí, no tan aristocráticos como uno podría imaginar. Hay bastantes policías y profesores. Las mujeres son manifiestamente una minoría y cuando se les pregunta por su opinión prefieren que sus maridos actúen como portavoz ante las preguntas de los periodistas.

Fue con la idea de transmitir el mensaje de descentralización cuando las formaciones comenzaron a dar cada vez más peso a sus bases. En 1998, los 'tories' cambiaron sus reglas internas para que fueran los afiliados quienes eligieran al líder entre los candidatos que votaran previamente los diputados.

Llevar el proceso hasta el final

En las actuales primarias, la ministra de Exteriores Liz Truss saca hasta 32 puntos de ventaja a su rival, el extitular del Tesoro Rishi Sunak. Su victoria parece tan obvia que no son pocos los que consideran que alargar el proceso es una absurda pérdida de tiempo, teniendo en cuenta la situación económica con subida de precios récord y huelgas secundadas por cada vez más sectores.

Pero la formación no quiere repetir lo que ocurrió con la elección de Theresa May. Cuando David Cameron dimitió tras la victoria del Brexit en 2016, las bases estuvieron a punto de estrenarse en el proceso de elegir al nuevo primer ministro. Pero se quedaron con las ganas. En la recta final entre las dos finalistas, Andrea Leadsom tiró la toalla tras unos desafortunados comentarios en los que dio a entender que podría ser mejor primera ministra simplemente por el hecho de ser madre. Al quedarse sin rival, May se mudó directamente al Número 10. Y aquello no salió especialmente bien. De ahí que ahora se quieran completar todas las fases.

Con la elección de Boris Johnson en 2019 ocurrió exactamente lo mismo. Estaba claro el ganador, pero se completó el proceso. En aquella ocasión su rival, Jeremy Hunt, —que tenía un discurso mucho más moderado respecto a un Brexit que estaba todavía sin resolverse— era el favorito para los aproximadamente 46 millones de personas que representan al electorado en general. Y, sin embargo, los afiliados 'tories' apostaron por la ambición rubia y su estrategia para negociar el divorcio: "ejecutarlo o morir".

placeholder Liz Truss, ministra de Exteriores y candidata conservadora, en Birmingham. (REUTERS/Phil Noble)
Liz Truss, ministra de Exteriores y candidata conservadora, en Birmingham. (REUTERS/Phil Noble)

En muchas ocasiones, los afiliados no solo no están de acuerdo con el resto del electorado, sino que también discrepan con los propios diputados. Y no es algo que sea exclusivo de los conservadores. En el Partido Laborista fueron las bases quienes, de manera inesperada, eligieron en 2015 como líder a Jeremy Corbyn y las filas nunca llegaron a aceptar por completo al bautizado en su día como el 'Pablo Iglesias británico'.

En esta ocasión, durante todas las votaciones eliminatorias que celebraron los parlamentarios 'tories' para elegir a los dos finalistas, fue Rishi Sunak quien se proclamó como gran vencedor. Liz Truss tan solo se coló en el último momento. Pero ahora es ella quien se proclama como la gran favorita para este 0,3%.

El extitular del Tesoro fue durante mucho tiempo el más popular. Pero muchos no le perdonan lo que ahora consideran como una traición a Boris Johnson: la opinión más extendida es que su dimisión como 'Chancellor' fue lo que acabó forzando la salida del líder británico y no el escándalo del Partygate.

placeholder Rishi Sunak, candidato al liderazgo 'tory', en un mitin en Norwich. (EFE/Tolga Akmen)
Rishi Sunak, candidato al liderazgo 'tory', en un mitin en Norwich. (EFE/Tolga Akmen)

Sunak es quien presenta, según los expertos, el plan más creíble para afrontar las dificultades económicas. Pero su discurso de estadista no consigue llegar al corazón de las bases. Truss, sin embargo, no ha explicado aún cómo va a afrontar una reducción de impuestos sin llevar a cabo recortes. Pero consigue conectar con los afiliados con temas como la invasión rusa de Ucrania, los problemas de los pescadores o los cultivos afectados por las sequías.

Boris mantiene su protagonismo

Los analistas todavía se preguntan cómo, a pesar de que los tecnócratas la ven tan peligrosa e impredecible como "una granada humana", la ministra de Exteriores sea tan popular. Pero la conjunción correcta no sería "a pesar de", sino precisamente "porque" se la ve como un poco "chiflada", lo que entusiasma ahora a los afiliados... Al igual que les pasaba con Boris.

Lo cierto es que el aún primer ministro está teniendo gran protagonismo en estas primarias. Cuando antes de los mítines se pone un vídeo con los logros conseguidos por la formación, son precisamente las imágenes de Johnson las que provocan más aplausos. Según una reciente encuesta de The Times', el 49% de los afiliados 'tories' creen que el excéntrico político debería seguir como primer ministro, más que el apoyo combinado de Truss y Sunak.

Foto: Boris Johnson en la Cámara de los Comunes. (Reuters) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Johnson y el efecto Churchill: ¿va a volver?
Celia Maza. Londres

Alrededor de 8.700 miembros han firmado incluso una petición exigiendo el veto sobre si se acepta la dimisión de Johnson. La cifra está por debajo del umbral de 10.000 que, según la constitución del partido, podría obligar a revisar la situación.

La petición, que exige que los afiliados voten sobre el futuro del 'premier', fue organizada por Lord Cruddas de Shoreditch, extesorero del Partido Conservador. En su día, 20.000 personas firmaron la petición 'online' de Cruddas que exigía que "Boris Johnson se agregara ahora como un candidato más". Pero luego se descartaron varios cientos de nombres falsos —como Vladímir Putin, ¡jo, jo!— y aquellos que no eran realmente afiliados.

La constitución del Partido establece que "cualquier propuesta para enmendar las reglas puede ser iniciada por una petición entregada al presidente de la junta y firmada por no menos de 10.000 miembros". Si se supera el umbral, el cambio debe ser aprobado por dos tercios del "colegio constitucional" de la formación, compuesto por las bases y diputados.

No está claro qué haría Johnson si se le diera la oportunidad. El mes pasado había muchos rumores sobre las supuestas conversaciones que tuvieron lugar en la residencia oficial de la campiña inglesa en Chequers que apuntaban a que Boris le dijo a su círculo más cercano que "no quería renunciar".

Pero su equipo entró rápidamente en acción y aclaró a los medios que "no apoya ninguna campaña para volver a presentarse al liderazgo y respaldará a quien sea elegido". En cualquier caso, su despedida de la Cámara de los Comunes no pudo ser más intrigante con aquel "hasta la vista, baby".

George Orwell escribió en una ocasión que, para que un asesinato fuera una noticia verdaderamente entretenida, debería ser perpetrado por un predicador cristiano piadoso o un "presidente de una administración local del Partido Conservador". Lo cierto es que hay muchos mitos sobre el perfil de los afiliados. Algunos defienden que son solo estereotipos. Pero las colas que se han formado este verano para asistir a los mítines de las primarias que celebra la formación echan por tierra esa idea. Los 'tories' son exactamente lo que se piensa de ellos.

Boris Johnson Reino Unido Partido Conservador Británico
El redactor recomienda