Arranca el juicio por los atentados de Bruselas en 2016 con dos meses de retraso

El 22 de marzo de 2016 se cometió una masacre en Bruselas. Dos ataques del Estado Islámico fueron perpetrados el mismo día. Uno en el aeropuerto internacional de Zaventem (Bruselas) y otro en la estación de metro de Maelbeek, en pleno centro de la capital. Entre los dos atentados, fallecieron 32 personas y hubo más de 300 heridos. Pese al tiempo de espera, seis años y ocho meses, comienza este miércoles el juicio a los diez acusados. El proceso se ha retrasado dos meses por una polémica relacionada con las cabinas en las que deben permanecer los acusados durante el juicio, las cuales han tenido que ser ampliadas para cumplir los estándares del procedimiento.

El jurado estará compuesto por 600 personas elegidas de entre unas 1.000 preseleccionadas y tras una criba en la que se han eliminado ciudadanos que han podido justificar que no podían acudir al proceso o bien que tenían vínculo con alguna de las partes implicadas. De ellas se deben escoger ahora por sorteo a 12 personas que actuarán como jurado y a 24 suplentes. Uno de los ciudadanos que han sido dispensados de participar en el sorteo ha sido el atleta belga Kévin Borlée, debido a que los campeonatos y entrenamientos del deportista retrasarían mucho la sentencia.

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El juicio se celebrará en un edificio que antiguamente ocupaba la OTAN al norte de Bruselas y en el que se han instalado nuevas cabinas que han retrasado el inicio del procedimiento y que son similares a las utilizadas durante el juicio de Francia por los atentados de 2015, que están estrechamente vinculados a los ataques terroristas de Bruselas.

En el primer ‘box’ en el que se iban a situar los acusados, y en el que estaban separados y aislados, el ministerio de Justicia ya había invertido 250.000 euros. Pero en septiembre se vio obligado a hacer una nueva caja, más amplia y sin separaciones, que ha costado otros 235.000 euros.

Nombres propios

Entre los acusados hay un caso especial: el de Oussama Atar. Nacido y criado en Bruselas, se marchó a Siria en 2003 y se le considera el cerebro detrás de los atentados: tras participar en un grupo de Al Qaeda y ser encarcelado en una prisión iraquí en la que conoció a Abu Bakr Al Baghdadi, el que más tarde sería líder de Estado Islámico, pudo volver a Bélgica en 2012 antes de regresar a Siria en 2013 para unirse a las filas del grupo terrorista. Pero Atar será el único al que se juzgará sin estar presente. La razón es que en 2019 el ISIS anunció su muerte. Sin embargo, al no poder acreditarse su fallecimiento, se le juzgará ‘in absentia'.

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Atar es el origen desde el que salen los hilos de los brutales atentados de París de noviembre de 2015 y los de Bruselas. Su familia en Bélgica presionó mucho por su liberación de la cárcel iraquí. Y en su propia familia estaban dos de sus principales aliados: sus primos hermanos eran Ibrahim y Khalid El Bakraoui, los dos terroristas que se inmolaron en Zaventem y la parada de metro de Maelbeek.

Otro de los nombres más conocidos en el proceso será el de Salah Abdeslam, el único superviviente del comando que ejecutó los atentados de París. Su hermano fue uno de los que se inmoló en la capital francesa. Tras aquellos atentados huyó y se escondió en el corazón de Bruselas, en distintos distritos y también en el barrio de Molenbeek, origen de muchas de las personas que ahora se sientan en el banquillo por el macrojuicio. Se cree que fue su detención, el 18 de marzo de 2016, tras haber escapado de la policía unos días antes desde su escondite en la rue du Dries en el barrio de Forest, la que precipitó el ataque terrorista solamente unos días después.

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También se sentará en el banquillo de los acusados Mohamed Abrini, que creció también en el barrio de Molenbeek y cuya familia era cercana a la de los Abdeslam. Su relación con la religión comienza en 2014, justo el año en el que su hermano pequeño muere en Siria y a donde viaja a mediados del año siguiente. Participa en la logística de los atentados de París y su imagen es una de las más conocidas de los ataques de Bruselas: en la explosión del aeropuerto de Zaventem las cámaras de seguridad captaron a tres personas empujando carritos que contenían explosivos. Una de esas personas llevaba un sombrero: era Abrini, conocido desde entonces como “el hombre con sombrero”. A su izquierda se encontraban los dos terroristas que se inmolarían: Najim Laachraoui y el ya mencionado Ibrahim El Bakraoui. Tras la explosión del primero de los terroristas decidió huir y fue capturado pocos días después.

Osama Krayem es otro de los nombres clave. Nacido en Suecia, acaba uniéndose a las filas del ISIS en 2014 y después acaba en las filas del comando al que pertenece Abdeslán ya en 2015. Acompañó al hermano El Bakraoui que acabaría por detonarse en la parada de metro de Maelbeek. El recorrido comenzaba en la parada de Pétillon, donde los dos debían subirse. Pero Osama, conocido también como “Naïm”, decidió darse la vuelta y regresar al apartamento donde habían estado escondiéndose. La policía lo detuvo días después.