Francia irrita al resto de la UE al complicar la compra conjunta de munición para Ucrania

El 20 de marzo, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea acordaron un programa para hacer llegar 2.000 millones de euros en munición a Ucrania, que necesita urgentemente proyectiles para mantener su esfuerzo bélico ante Rusia. Aunque normalmente se identifica a Hungría como el bloqueador en jefe de las cuestiones relacionadas con la ayuda a Kiev, esta vez es otro país el que está frenando los planes de los Veintisiete: Francia.

Los primeros 1.000 M iban a destinarse a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (EPF, por sus siglas en inglés) para compensar a los Estados miembros y que estos enviaran ya sus proyectiles en stock, mientras que los segundos 1.000 M provendrían de una licitación conjunta de los Veintisiete para adquirir munición de forma coordinada. Es esta segunda pata del plan la que se está encontrando con el bloqueo de Francia. La discusión se está embarrando por un debate de fondo sobre la industria de defensa europea, como admiten distintas fuentes. El asunto será central en la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores que se celebra este lunes en Luxemburgo.

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K.A.Pretel

París se está aferrando a las conclusiones de aquel 20 de marzo. En ellas se refleja que se adquirirán conjuntamente munición de 155 mm "de la industria de defensa europea (y Noruega)". El problema, apuntan muchos socios europeos, es que la industria europea no sea capaz de producir toda la munición que Ucrania necesita de forma urgente, por lo que quieren mantener abierta la puerta a que se encarguen los proyectiles a industrias de países terceros. "Y también se dijo que, si no se podía hacer, si no podíamos ayudar a Ucrania solamente utilizando la industria europea, deberíamos mirar más allá", recuerda ahora una fuente diplomática, aunque es verdad que esa reflexión no estaba recogida en las conclusiones de la reunión de hace un mes.

"El objetivo es ayudar a Ucrania, lo demás es secundario", señala la fuente. "Para nosotros, el acuerdo sería posible hace ya tiempo, para nosotros y 25 Estados miembros más", pero hay "un Estado miembro en concreto, quizá dos o tres más, que dicen que no estaban de acuerdo con ese texto, y eso es decepcionante porque el tiempo es clave", explica el diplomático, visiblemente frustrado con la negativa francesa a hacer encargos a industrias fuera de la Unión Europea. "Claro que sería genial si pudiéramos ayudar desde la industria de la UE. También es importante proteger la industria de defensa europea, es crucial, pero no deberíamos perder la vista de cuál es el objetivo en este caso específico", insiste.

El ambiente se ha visto especialmente tensado porque desde Kiev empiezan a perder la paciencia con la dificultad para sacar adelante el acuerdo. "La incapacidad de la UE para implementar su propia decisión sobre la adquisición conjunta de municiones para Ucrania es frustrante. Esta es una prueba de si la UE tiene autonomía estratégica para tomar nuevas decisiones cruciales de seguridad. Para Ucrania, el costo de la inacción se mide en vidas humanas", tuiteaba este jueves Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, que hablará a sus homólogos europeos en la reunión del lunes.

"Hemos visto el tuit de Kuleba, y lo primero que debo decir es que podemos entender su ansiedad, entendemos perfectamente bajo qué presión se encuentra el ministro de un país invadido", ha defendido una fuente europea. "Pero ese tuit no refleja la realidad del apoyo militar de la UE a Ucrania y en concreto a la cuestión de la munición", señala la misma fuente. "La solución está muy cerca, porque todos queremos apoyar a Ucrania. Lo estamos discutiendo y creemos que habrá un acuerdo pronto", añade. "Estamos todavía cerrando algunos detalles finales, para nosotros es importante que resolvamos cuanto antes, porque la clave es ayudar a Ucrania", apunta otra fuente diplomática, que también se muestra optimista sobre que se alcance un acuerdo pronto.

Francia no está completamente sola. Grecia y Chipre apoyan también la postura del Gobierno francés. Al otro lado están Polonia y Países Bajos, que, aunque no se oponen a que se priorice a la industria europea, sí que piden no perder de vista el objetivo final. El asunto ha llegado a caldear el ambiente, incluso en cuanto a diplomáticos y embajadores representantes permanentes. El debate es muy delicado, además porque la discusión baja al nivel de detalle de preguntarse exactamente qué es europeo, teniendo en cuenta que mucha de la industria de la defensa de los Estados miembros está estrechamente ligada con países de fuera de la Unión Europea. La presidencia sueca del Consejo de la UE ha estado trabajando en los últimos días con el objetivo de que los ministros tengan el próximo lunes sobre la mesa una solución de compromiso que sirva a los dos lados del debate, con guiños a un lado y a otro.