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Sorpresa: Trump sigue siendo Trump y los medios todavía no sabemos qué hacer con él
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El eterno dilema con tupé

Sorpresa: Trump sigue siendo Trump y los medios todavía no sabemos qué hacer con él

Trump aprovechó un espacio de 70 minutos que le brindó CNN para propagar las mismas teorías conspiratorias de siempre. Lo volverá a hacer, pero nadie sabe cómo impedirlo

Foto: Foto de archivo de Donald Trump. (Reuters/Tom Brenner)
Foto de archivo de Donald Trump. (Reuters/Tom Brenner)

Noticia de última hora: Donald Trump ha hecho lo que Donald Trump siempre hace. Nadie lo vio venir.

Durante una tertulia electoral celebrada en New Hampshire organizada por la cadena CNN, el expresidente de Estados Unidos repitió la retahíla habitual de conspiraciones que no ha cesado de reiterar desde su aparatosa salida de la Casa Blanca. Afirmó que las elecciones de 2019, que él perdió y Joe Biden ganó, fueron amañadas; que el asalto al Capitolio del 6 de enero fue “un bello día” y que no cerraba la puerta a otorgar un perdón presidencial a los responsables de ese ataque, incluyendo a los Proud Boys, el grupo supremacista blanco hallado culpable de conspiración sediciosa por la Justicia de EEUU.

Foto: El expresidente de EEUU, Donald Trump, en una imagen de archivo. (Reuters/Brian Snyder)

El evento electoral de Trump, el primero emitido por CNN desde la campaña de 2016, supuso un baño de realidad para los pocos que esperaban que el exmandatario cambiara su estrategia tras sus recientes varapalos legales. Tanto la imputación por 34 cargos por falsificación documental a raíz de los pagos a la actriz porno Stormy Daniels como la reciente condena de un jurado en su contra por abuso sexual fueron desestimadas por Trump con su panacea argumentativa: todo es parte de una caza de brujas.

El magnate sabía desde el principio que tendría al público en su bolsillo, dado que estaba compuesto por republicanos y votantes supuestamente indecisos que planeaban participar en las primarias republicanas de 2024. Que Trump jugara en casa dio lugar a momentos esperpénticos, como cuando los asistentes se rieron de E. Jean Carroll, la mujer de la que el exmandatario abusó sexualmente en 1996, según la Justicia. “Está mal de la cabeza”, afirmó el expresidente ante las carcajadas de los espectadores. También insultó a la moderadora de la tertulia, Kaitlan Collins, quien lo interrumpió una y otra vez en un intento fútil de desmentir su metralleta de afirmaciones demostrablemente falsas. “Eres una persona desagradable”, espetó. La multitud se desternillaba y aplaudía.

Ante la realidad, ya demostrada anteriormente, de que Trump está dispuesto a aprovechar cada minuto en el que le pongan un micrófono delante para propagar sus teorías conspiratorias, la gran pregunta para muchos de sus detractores en Estados Unidos es: ¿por qué seguirle el juego? ¿Por qué CNN, una cadena que lleva años refutando a diario las mentiras del mandatario, accedió a darle 70 minutos más de estrellato a sabiendas del resultado?

Un factor resulta evidente: el magnate es una gallina de los huevos de oro televisiva que las cadenas no están en condiciones de rechazar. Como señala Argemino Barro, corresponsal de El Confidencial en Estados Unidos, la audiencia de la CNN se ha derrumbado, sufriendo un descenso interanual del 61% en marzo durante su prime time. Se trata de una crisis general de un sector en decadencia (Fox News bajó un 27% y MSNBC un 12%, siguiendo la misma métrica) que vivió su esplendor durante la Administración de Trump debido al odio y la admiración —según el canal— que el magnate despertaba. Cubrir la presidencia de Biden, comparativamente mucho más aburrido, ha demostrado ser mucho menos rentable.

Foto: Tucker Carlson, uno de los principales presentadores de la Fox. (Reuters) Opinión

Pero hay un debate más allá del factor económico. Trump es, a todas luces, el candidato favorito para la nominación republicana de 2024, tal y como lo describió la propia Collins durante su presentación del expresidente en la tertulia. Una encuesta reciente de CBS News-YouGov le da una aplastante ventaja de 36 puntos sobre el gobernador de Florida, Ron DeSantis (58% contra 22%), entre los votantes del partido. Ningún otro contendiente llega a los dos dígitos. En un sistema bipartidista como el estadounidense, ¿puede un medio permitirse ignorar por completo a uno de los dos probables aspirantes a la presidencia?

Con su decisión de celebrar el evento electoral del republicano, CNN ha dado el pistoletazo de salida a una campaña en la que el rol de los medios de comunicación va a estar más cuestionado que nunca. No es un debate nuevo. La cadena ya se enfrentó a frecuentes críticas en 2016 por otorgarle al magnate decenas de horas en el aire durante las primarias republicanas. Jeff Zucker, el presidente de CNN en ese momento, reconoció más adelante que se habían excedido. Sin embargo, existe una diferencia importante entre el Trump de 2016, un outsider cuyo principal imán de críticas era su discurso xenófobo, y el Trump de 2023, un expresidente que intentó revertir el resultado electoral y alentó una insurrección violenta contra el Gobierno estadounidense.

Foto: El expresidente de Estados Unidos Donald Trump habla a la Asociación Nacional del Rifle (NRA). (Reuters/Evelyn Hockstein)

No hay respuesta fácil al enigma que plantea una campaña electoral con Trump como uno de los protagonistas. Pese a sus múltiples problemas con la Justicia —con varios más en camino—, nada de lo que el exmandatario ha hecho hasta la fecha supone un impedimento legal para buscar o cumplir otro mandato en la Casa Blanca. Cualquier cadena que tome la decisión drástica de intentar silenciarlo no solo se enfrentará al odio —y la consecuente pérdida de audiencia— de gran parte del electorado, sino que se convertirá en el blanco perfecto para un expresidente siempre deseoso de mostrarse como la víctima de un trato injusto de los medios.

Por otra parte, es probable que el propio Partido Demócrata esté a favor de que Trump siga apareciendo en televisión recordando a todo el mundo que no se arrepiente de nada. Biden, que ya ha anunciado su deseo de repetir mandato y que no cuenta con ningún tipo de competencia digna de tener en cuenta entre los demócratas, es un candidato viejo, impopular y que desata pocas pasiones. Su mayor —y casi única— baza a día de hoy es la misma que en 2019: no es Trump y, además, ha demostrado que puede vencerlo en unas elecciones generales. De acuerdo con The New York Times, el mismo miércoles por la noche, la campaña de Biden ya estaba averiguando qué segmentos de la tertulia del exmandatario podrían convertirse rápidamente en anuncios en su contra y celebrando que sus comentarios volverían a generar rechazo entre los votantes indecisos que apostaron por los demócratas en 2020.

Foto: Las frases más lapidarias de Trump en su entrevista con CNN: "Gastamos como marineros borrachos" (CNN)

En definitiva, salvo un giro drástico en el devenir de las primarias republicanas, los medios van a seguir emitiendo cada palabra que salga de la boca de Trump —y siendo criticados por ello— de aquí al 5 de noviembre de 2024, cuando las urnas decidan si rechazan por segunda vez consecutiva el retorno del magnate a la Casa Blanca. El propio Trump, la campaña de Biden y los ratings de audiencia lo agradecerán. ¿Y el espectador? Decida usted mismo.

Noticia de última hora: Donald Trump ha hecho lo que Donald Trump siempre hace. Nadie lo vio venir.

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