La brutalidad policial no es cosa solo de EEUU, y Europa ya lo está aprendiendo

¡Hola desde Skopje! Cuando era joven, mi mente tenía grabada la imagen de un simpático policía de barrio. Uno de los nuestros. El "chico bueno", aquí para ayudarme si me perdía, y para protegerme de los matones.

Me pregunto si Nahel, el joven de 17 años que fue tiroteado por la policía en París el mes pasado, tuvo alguna vez la oportunidad de ser igual de ingenuo cuando era niño. ¿O es que los policías de su barrio siempre le trajeron problemas?

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Leticia Fuentes. París

Francia se ha visto sacudida por los disturbios provocados por el asesinato de Nahel, y una línea de graffiti en Ucrania formula una sencilla pregunta que me atormenta: "¿A quién llamas cuando la policía asesina?".

No estoy seguro. Pero sí sé que no se trata solo de Francia y de la brutalidad policial, y que tan a menudo es un síntoma de las enfermedades profundamente arraigadas del odio, la xenofobia y la discriminación.

• Siniša-Jakov Marusic - redactor jefe de esta semana

​En esta edición podrás leer estos temas: ¿Qué le pasa a la policía francesa?, ¿Qué hay detrás de la violencia policial?, Los populistas sacan partido de las comparaciones con "Guerra y Paz", 8, el asesinato de un policía ayudó a derrocar.

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

¿Qué le pasa a la policía francesa?

En materia de seguridad ciudadana, Francia es una "anomalía". Esta es la observación de varios especialistas, preocupados por el aumento de los tiroteos mortales de la policía francesa en los últimos años. La cuestión volvió al centro del debate público tras la muerte de Nahel, un adolescente de 17 años al que la policía disparó el 27 de junio en los suburbios de París, tras negarse a detener su coche.

Este caso no es aislado. La policía francesa ha matado al menos a quince personas desde principios de 2022, debido a que las víctimas no acataron una orden de detenerse, mucho más que sus vecinos europeos. Según el investigador policial francés Sébastian Roché, Alemania solo ha registrado un tiroteo mortal contra un vehículo en movimiento en diez años. Sus cálculos muestran que, entre 2011 y 2020, la policía y la gendarmería de Francia mataron casi un 50% más que la policía alemana, y más de tres veces y media más que la británica. La víctima suele ser un hombre menor de 27 años, con nombre africano o que suena como norteafricano, que vive en un barrio obrero cercano a las grandes ciudades.

Hay varias razones posibles para esta "anomalía francesa". Investigadores y parlamentarios han señalado con el dedo la reforma de una ley en 2017, que flexibilizó el uso de armas de fuego por parte de los policías y multiplicó por cinco los asesinatos de personas en vehículos en movimiento en comparación con 2012-2016, según un estudio reciente. El informe también lamenta las deficiencias en la calidad de los candidatos que se presentan a la formación de agentes uniformados: casi uno de cada cinco aspirantes es admitido ahora en las filas policiales, frente a uno de cada cincuenta hace diez años.

El aumento de los tiroteos policiales mortales tiene graves consecuencias sociales. Corren el riesgo de ahondar la fractura que divide a la sociedad francesa en dos campos rivales: los que ponen el orden por encima de todo y los que denuncian el racismo y la discriminación que hay detrás de las muertes causadas por la policía.

• Léa Masseguin - periodista en Libération

​¿Qué hay detrás de la violencia policial?

En la comprensión de la violencia policial y su psicología, Estados Unidos tiene más experiencia que sus homólogos europeos. Paul Hirschfield es profesor de Sociología en la Universidad de Rutgers y ha estudiado la responsabilidad policial.

PREGUNTA. ¿Existe algún aspecto psicológico de formar parte de un cuerpo policial que explique la violencia policial?

RESPUESTA. La violencia policial puede explicarse a menudo por la psicología de grupo. La violencia es también una reacción procedimental: se coacciona, se fomenta o se permite en diferentes situaciones.

Muchos aspectos de la actividad policial evocan una mentalidad de "nosotros y ellos". En primer lugar, la policía es una organización aislada y paramilitar. Su actuación se juzga a menudo por la adhesión a procedimientos e incentivos de los que el público tiene poco conocimiento. La policía tiene a menudo la sensación de que el público, especialmente sus críticos, no entiende su trabajo.

La realidad cotidiana de unas políticas poco realistas o ambiguas que conducen inevitablemente a la mala conducta policial, combinada con el escrutinio externo, fomenta una cultura de trabajo en equipo y solidaridad, pero también hace que los agentes sean más propensos a encubrir los errores de los demás.

P. ¿Es posible evitar esta mentalidad?

Cuando se trata de la actuación policial en comunidades desfavorecidas u oprimidas, erosionar los límites entre la policía y el público puede ser de ayuda. La estructura paramilitar aislada puede ser útil para algunos fines (como reducir la corrupción y aumentar la responsabilidad interna), pero contribuye poco a fomentar la empatía por encima de las barreras culturales y a promover la confianza del público.

P. ¿Qué sugeriría para atajar el fenómeno?

R. Esto requeriría tiempo y cambios significativos en las fuerzas policiales centralizadas. El enfoque preferido es el escandinavo. La larga formación (tres años en Finlandia, por ejemplo, frente a la corta formación en EEUU) en academias nacionales de policía altamente selectivas brinda la oportunidad de inculcar plenamente un espíritu de servicio nacional e igualdad en los agentes de policía (por no mencionar la amplia formación en alternativas tácticas a la violencia). No creo que sea una coincidencia que en Francia, donde los problemas de hostilidad policial e intercomunitaria son tan prominentes, los agentes de policía reciban una formación relativamente corta, de una media de nueve meses.

• Alicia Alamillos - periodista en El Confidencial

​Los populistas aprovechan "Guerra y Paz"

Nanterre y Marsella, Francia, 28 de junio: coches en llamas y saqueo de comercios. Cracovia, Polonia, 28 de junio: mujeres paseando tranquilamente bajo el sol. Son escenas de un vídeo de Twitter que el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki compartió durante los disturbios franceses.

No fue el único líder populista que sacó partido de los acontecimientos. En un post de Facebook, el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, de línea dura contra la inmigración como su homólogo polaco, escribió: "Los disturbios franceses demuestran que es imposible integrar a masas violentas de inmigrantes ilegales de otras culturas".

Además de anotar puntos en casa, las declaraciones polaca y húngara tienen un mensaje especial para la Unión Europea. Mientras la UE sigue debatiendo su nuevo pacto migratorio, que incluye la reubicación voluntaria y la solidaridad, ambos países centroeuropeos dejaron claro que están dispuestos a luchar contra la propuesta, que consideran "forzada".

Ambos han utilizado antes su poder de veto como chantaje, así que puede que sean algo más que palabras vacías.

• Viktoria Serdült - periodista en hvg.hu

​Número de la semana: 8

Este es el número de veces que los trabajadores públicos de Kiev han pintado sobre una línea específica de graffiti, dejando intactas las palabras y dibujos colindantes.

El grafiti preguntaba en ucraniano "¿A quién llamas cuando la policía asesina?". Apareció por primera vez el 16 de septiembre de 2019, en un contexto de numerosas denuncias de violencia policial no autorizada. El grafiti ha sido restaurado constantemente por activistas, y se ha extendido a otras grandes ciudades ucranianas.

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EFE

Cuando comenzó la invasión rusa a gran escala, la reputación de la policía mejoró drásticamente: muchos agentes están en primera línea, defendiendo a su país y sacrificando sus vidas. Pero el problema de la impunidad policial sigue sin resolverse.

• Anton Semyzhenko - redactor en babel.ua

El asesinato de un policía para derrocar

Mientras leo sobre Francia, me vienen recuerdos de mi propio país.

En junio de 2011, el primer ministro macedonio, Nikola Gruevski, se regodeaba en otra victoria electoral cuando comenzó su ocaso político, desenmascarando su régimen autoritario.

En la celebración de su partido en Skopje, un policía mató brutalmente a Martin Neskovski, de 22 años, que, irónicamente, estaba allí para honrar la victoria de Gruevski.

En un principio, la policía mantuvo en secreto los detalles, pero se corrió la voz en las redes sociales. Cientos de jóvenes empezaron a protestar contra el intento de encubrimiento, exigiendo "Justicia para Martin". A finales de verano, miles de personas salían a la calle todos los días.

Las autoridades tuvieron que reconocer el asesinato, y detuvieron al policía sospechoso del crimen. Pero él insistió en que ese día no estaba de servicio. No se responsabilizó a nadie más. Sin embargo, recuerdo que ya nada era igual. Antes, solo la débil oposición ponía el grito en el cielo. Después, el férreo control de Gruevski sobre el poder empezó a aflojarse.

En el poder desde 2006, Gruevski fue finalmente derrocado en 2017. Una gota de lluvia abrió las compuertas. En 2014, debido a un cambio propuesto en la ley educativa, decenas de miles de personas protestaron en Skopje exigiendo a Gruevski que dejara de interferir en las escuelas primarias y las universidades.

En 2015 comenzó otra oleada de protestas, después de que la oposición publicara una serie de escuchas filtradas de la policía secreta que mostraban la cara corrupta del regimiento de Gruevski. Entre ellas, una sugería que las autoridades conspiraban para encubrir la responsabilidad del asesinato de Neskovski.

La "Revolución de colores" continuó hasta que una nueva mayoría derrocó al régimen en 2017. Yo estuve allí. Seguí estas protestas. Sentí la energía y fui testigo de hasta qué punto la exigencia de justicia para Martin formaba parte de ella. Luego la política tomó el relevo, y ahora seguimos recibiendo advertencias de que la brutalidad policial es un problema. Me pregunto: ¿se repetirá la historia?

¡Gracias por leer la 38ª edición de European Focus!

¿Ha jugado alguna vez a policías y ladrones? En mi caso, nadie quería ser ladrón.

Elegíamos al niño más débil para que fuera el ladrón, lo presionábamos innecesariamente contra el suelo y le retorcíamos salvajemente los brazos para esposarlo con nuestras esposas de plástico mientras nos regodeábamos en nuestro recién encontrado poder.