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¿Tiene usted un conflicto enquistado? Por qué parece el momento ideal para usar la fuerza
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'Se ha abierto la caja de los turenos'

¿Tiene usted un conflicto enquistado? Por qué parece el momento ideal para usar la fuerza

La nueva escalada en el conflicto entre Serbia y Kosovo ha encendido las alarmas por una posible intervención semanas después de la acción militar en Nagorno-Karabaj

Foto: Agentes de policía de Kosovo tras la escalada. Ognen Teofilovski / REUTERS
Agentes de policía de Kosovo tras la escalada. Ognen Teofilovski / REUTERS

Por un momento, la sombra de una nueva operación militar volvió a planear sobre Europa. Más de un año y medio después del inicio de la guerra de Ucrania y pocas semanas después de la acción militar de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, Estados Unidos alertó de que el conflicto de Kosovo podía llegar a su punto más crítico en los últimos años. "Estamos siguiendo un amplio despliegue militar serbio sin precedentes a lo largo de la frontera que incluye artillería serbia avanzada, tanques y unidades de infantería mecanizada. Creemos que se trata de un acontecimiento muy desestabilizador", dijo John Kirby, portavoz del Pentágono. Un informe de la inteligencia británica había afirmado previamente que había identificado el movimiento de las tropas, una información que el presidente serbio, Aleksandar Vucic, negó y calificó como una "campaña de mentiras" contra el país.

El aviso de Washington fue suficiente para que saltaran las alarmas por una nueva escalada que supondría, en este caso, la implicación del ejército de Belgrado después de la guerra que enfrentó a Serbia con Kosovo a finales de los noventa y la declaración unilateral de independencia de Kosovo en 2008. Desde ese momento, el conflicto no ha dado tregua. "Los últimos dos años se han vivido momentos de mucha tensión. En un contexto de mayor polarización política e incertidumbre internacional, han estallado diferentes polémicas como la de las matrículas el año pasado, las protestas en el norte de Kosovo a raíz de las elecciones municipales en primavera de este año o el choque hace dos semanas entre paramilitares serbokosovares y la policía de Kosovo, que acabó con cuatro muertos", resume Pol Bargués, investigador sénior del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).

Foto: Refugiados de Nagorno-Karabaj, ek 26 de septiembre. Irakli Gedenidze / REUTERS

Serbia ha acabado retirando parte de sus tropas por la presión de Estados Unidos y de que se reforzaran la misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) y, por ahora parece que un conflicto a gran escala es remoto. "No le conviene ni a Serbia ni a Kosovo porque Occidente está muy atento, tiene mucho peso en la región y exigen la desescalada", continúa Bargués a El Confidencial. No obstante, este último capítulo de tensiones ha tenido lugar pocas semanas después de la acción militar de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, que ha provocado el éxodo de miles de armenios tras años de disputa territorial. Con la guerra de Ucrania como telón de fondo, otros puntos de conflicto estancados desde hace años años han vuelto a ser foco de tensiones. Es el caso de Moldavia y Transnistria, Georgia y Osetia del Sur y la reciente escalada en los Balcanes. ¿Es ahora más fácil cambiar el status quo que antes de la guerra?

Aprovechando la distracción de Rusia

El caso de Nagorno-Karabaj ha sido uno de los más estudiados por los investigadores en las últimas semanas porque, más allá de su actualidad, muestra una nueva estrategia geopolítica en tiempos de guerra. El Gobierno de Bakú inició su "operación antiterrorista" sobre el enclave armenio y, en un solo día, las fuerzas locales se rindieron y se puso fin a un conflicto de décadas con la huída de miles de personas. "Azerbaiyán se está aprovechando de la distracción de Rusia en Ucrania, pero también de la de todo el mundo. El apoyo a Kiev ha indicado que es poco probable que Armenia reciba mucha atención a nivel mundial. Cada vez hay menos apetito por la intervención", sostuvo Jeff Hawn, investigador del Newlines Institute, en una entrevista anterior con El Confidencial.

En esta misma línea de posicionó Karel Lannoo, investigador del Centro Europeo de Estudios Políticos y Sociales de la UE (CEPS): "No hay duda de que Bakú se ha beneficiado de que Rusia tiene todos los ojos y la atención puesta en Ucrania para actuar con el apoyo de Turquía, lo que ha llevado a Occidente a permanecer en silencio", explica. "Se están produciendo algunos cambios profundos en la geopolítica que nos rodea, y es importante que Europa asuma su responsabilidad, y podría estar haciéndolo si tenemos en cuenta la cumbre de Granada", explica.

Foto: Protestas en Ereván después de la rendición de los armenios en Nagorno-Karabaj. (Reuters/Irakli Gedenidze)

La cumbre de la Comunidad Política Europea en la ciudad andaluza tiene como objetivo un encuentro para países que están fuera y dentro de la UE para que compartan opiniones, visiones estratégicas en la región y hablen de sus intereses y de su futuro. A esta reunión acudirán los líderes de Serbia y Kosovo, su primera reunión conjunta desde la última escalada de tensiones. No acudirá, no obstante, el presidente ruso Vladímir Putin, una de las personas con más influencia en el conflicto balcánico. "No descarto provocaciones de Rusia a través de su 'amiga' Serbia y las campañas de desinformación. Pero esperaría, dada la presencia de la OTAN sobre el terreno, que no se intensifique y que sea sólo una manera de Rusia de distraer la atención de otras áreas problemáticas. También vimos que Rusia patrocinó una conferencia en Banja Luka en Bosnia-Herzegovina hace algunas semanas. Los Balcanes occidentales tienen todavía una gobernanza muy débil, por lo que son presa de Rusia y podrían explotar”, afirma el investigador a este periódico.

La movilización de tropas serbias a Kosovo se ha interpretado como una demostración de fuerza por parte de Belgrado, aunque el miedo a una futura intervención no se ha desvanecido. Tampoco en otros conflictos. Desde 2022, aumentaron los temores de una invasión china en Taiwán y los analistas estudiaron lo que Xi Jinping podía estar aprendiendo de la guerra de Ucrania para llevar a cabo su propio plan sin fisuras. En otra esfera, los rumores de posibles intervenciones se repiten en países como Georgia o Moldavia. "La invasión rusa ha abierto la caja de los truenos", sostiene Ruth Ferrero-Turrión profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la Universidad Complutense de Madrid, en entrevista con El Confidencial.

Ferrero-Turrión comparte la opinión de otros expertos consultados por este periódico y explica que las tensiones en varias partes del mundo se deben a la debilidad del "gendarme", en este caso, Rusia. "Cuando tienes un gendarme que controla todo el espacio, nadie mueve. Pero cuando ves que está a otras cosas, todo el mundo intenta alcanzar objetivos antes de que vuelva a una situación que les impida hacerlo". Cada caso tiene sus peculiaridades y, por ejemplo, en conflictos como el de Kosovo y Serbia, la presencia de las tropas de la OTAN es clave para evitar la escalada. El problema de fondo, continúa la experta, es que hasta ahora no se han abordado estas cuestiones de manera profunda y con una intención de resolver el problema.

La Unión Europea ha liderado una parte de los esfuerzos en las negociaciones entre Kosovo y Serbia, pero ninguno de los posibles acuerdos ha conseguido estabilizar la situación. "Es increíble que el conflicto entre Serbia y Kosovo esté todavía en este punto. Esto demuestra que las herramientas con las que dispone la UE en términos de sanciones no funcionan como deberían. La independencia de condicionalidad tampoco funciona", afirma Ruth Ferrero-Turrión. En este sentido, añade que la ampliación geopolítica que se discutirá en la cumbre de Granada "vaya a solucionar las cuestiones de seguridad".

Tomar ejemplo y utilizar la fuerza

Las expectativas de que las reuniones entre líderes puedan acabar con disputas territoriales históricas son, teniendo en cuenta otros precedentes, muy bajas. Por eso, cada noticia que puede indicar una escalada de un conflicto es recibida con preocupación. Es el caso de Moldavia, donde varios políticos y comentaristas nacionalistas están pidiendo que Chisinau siga el ejemplo de Bakú y utilice la fuerza para retomar Transnistria. "Azerbaiyán ha demostrado a todos que los problemas se pueden resolver no sólo durante las pausas para el café y las interminables conferencias, sino también mediante el uso de la fuerza", anunció Anatol Șalaru, exministro de Defensa moldavo y actual secretario general del Partido de Unidad Nacional.

Hasta ahora, hay poca evidencia de que sus llamamientos estén ganando apoyo entre los líderes moldavos, pero sí están teniendo un impacto en Moscú. Algunos asesores y comentaristas habrían instado al Kremlin a ampliar su apoyo a Transnistria para evitar que Moldavia, respaldada por Rumania y la (OTAN), actúe militarmente contra la república separatista prorrusa.

Foto: Desfile del Día de la Victoria en Moscú. (EFE/Sergei Ilnitsky)

"Este tipo de disputas abren la puerta a otras. Moscú sabe que ha perdido influencia en una parte de la región desde la guerra de Ucrania y prestará mucha atención a lo que suceda en los países con conflictos territoriales. No creo que en Moldavia se repita una situación parecida a la de Azerbaiyán, pero sí tiene un impacto importante", explica Steve Blockmans, director de investigación de CEPS, en entrevista con este periódico.

En este sentido, Blockmans también destaca el papel de la UE y en su actuación en casos como la acción militar en Nagorno-Karabaj. "Su diplomacia ha fracasado y lo vemos en todo lo que ha pasado en las últimas semanas. No han sabido dar garantías de seguridad y en el caso de Azerbaiyán intentaron llevar a cabo unas conversaciones de paz, que resultaron ser totalmente infructuosas. Charles Michel (el presidente del Consejo Europeo) no tardó en apuntar con el dedo a Rusia por desestabilizar la región y por no saber defender a la población armenia. Pero ahí también tiene una influencia la incapacidad de la UE para actuar en estos casos. Y eso también es algo que los que quieran utilizar la fuerza están mirando muy de cerca".

La cumbre de Granada de este jueves iba a ser el contexto en el que el presidente de Azerbaiyán, Ilhan Aliyev, se iba a reunir con su homólogo armenio, Nikol Pashinyán, para acercar posturas. Sin embargo, a un día del inicio del evento, el líder azerí canceló su asistencia. El problema, según el investigador, no es la cancelación de unas conversaciones con poca perspectiva de éxito, sino las consecuencias de la invitación al presidente de Azerbaiyán por parte de los líderes europeos. "Se han cometido crímenes en la región por parte de Bakú, ha terminado el conflicto por la fuerza y se ha aprovechado de su superioridad militar para atentar contra los derechos de la población del enclave armemio. El hecho de que haya sido invitado a la cumbre plantea una pregunta: ¿Cómo se interpreta el principio de no agresión en la UE?".

Foto: European Focus

El investigador hace referencia a la postura que ha mantenido la UE en este conflicto, y subraya los intereses del bloque en Azerbaiyán desde que se convirtió en proveedor de gas alternativo desde la invasión rusa. "La relación energética lleva ya 15 años y se construyó una tubería de gas a Turquía, de ahí a Grecia y luego a Turquía. Sin embargo, el año pasado se firmaron acuerdos adicionales por la escasez de gas ruso y eso sí se hizo en el marco de la guerra en Ucrania", explicó Farid Shafiyev, jefe del Centro de Análisis de Relaciones Internacionales en Bakú.

Las relaciones comerciales entre ellos han provocado, continúa Blockmans, una postura poco contudente por parte de los líderes del bloque, que puede ser interpretada pr algunos líderes como una puerta abierta para zanjar disputas territoriales. "Esto demuestra que no pasa nada si realizas una operación militar, no hay consecuencias. Y estamos además en un momento en el que Rusia tiene un interés claro en desestabilizar la paz en la región y en mantener a Estados Unidos, la UE y la OTAN preocupados por otros aspectos más allá de Ucrania. Hasta lo más mínimo puede ser un arma para conseguirlo", concluye.

Por su parte, Ruth Ferrero-Turrión apunta a este período que podría poner en jaque el status quo de la región no tiene solamente un cariz negativo. "Tendemos a ver la estabilización como algo bueno, pero tenemos que tener en cuenta que cuando no había guerra, muchos conflioctos se metieron debajo de la alfombra. Es el caso de Nagorno-Karabaj, de Kosovo, de Osetia del Sur… No estaban resueltos y es cuestión de tiempo que resurjan".

Por un momento, la sombra de una nueva operación militar volvió a planear sobre Europa. Más de un año y medio después del inicio de la guerra de Ucrania y pocas semanas después de la acción militar de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, Estados Unidos alertó de que el conflicto de Kosovo podía llegar a su punto más crítico en los últimos años. "Estamos siguiendo un amplio despliegue militar serbio sin precedentes a lo largo de la frontera que incluye artillería serbia avanzada, tanques y unidades de infantería mecanizada. Creemos que se trata de un acontecimiento muy desestabilizador", dijo John Kirby, portavoz del Pentágono. Un informe de la inteligencia británica había afirmado previamente que había identificado el movimiento de las tropas, una información que el presidente serbio, Aleksandar Vucic, negó y calificó como una "campaña de mentiras" contra el país.

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