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Palos de ciego y cabreo: la caótica reacción de Bruselas hacia Palestina bajo la lupa de los ministros
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Palos de ciego y cabreo: la caótica reacción de Bruselas hacia Palestina bajo la lupa de los ministros

La respuesta del Ejecutivo comunitario a la situación en Israel y Palestina ha sido caótica e improvisada, obligándole a lanzar una cascada de mensajes

Foto: Oliver Varhelyi, comisario de Vecindad. (Reuters)
Oliver Varhelyi, comisario de Vecindad. (Reuters)

La ayuda a Palestina ha desatado un huracán de confusión de críticas, reproches y malentendidos en en el seno de la Unión Europea. La respuesta de la Comisión Europea al asesinato y secuestro de cientos de civiles israelíes a manos de Hamás, y su incapacidad de medir su reacción teniendo en cuenta la sensibilidad de los distintos Estados miembros a medida que Israel despliega su respuesta militar al ataque, matando a cientos de palestinos, ha provocado malestar dentro y fuera de Bruselas prácticamente desde el primer minuto.

La situación ha empeorado este lunes, después de que el húngaro Oliver Varhelyi, comisario de Vecindad, anunciara la suspensión de todos los pagos del paquete de ayuda al desarrollo, cuantificados en 691 millones de euros, lo que provocó un fuerte enfado no solo entre algunos de sus compañeros del Berlaymont, sino también en un buen número de capitales. España, Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca han cargado contra la comunicación del húngaro, realizada a través de redes sociales, de forma sorpresiva, y a la que ha seguido una auténtica cascada de comunicaciones, también entre las redes sociales y el servicio de prensa de la Comisión.

El asunto, que ha generado una fuerte preocupación entre algunos socios, será el plato fuerte sobre la mesa de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, que celebran un encuentro híbrido y de urgencia, entre algunos que están con Borrell en Omán y los que se conectarán por videoconferencia, este martes para analizar la situación en Oriente Medio en el momento en que Israel responde con un bombardeo masivo de la Franja de Gaza y Hamás amenaza con ejecuciones públicas si continúan los bombardeos sin aviso previo. "Cualquier ataque contra casas inocentes en Gaza sin previo aviso y alerta se enfrentará a la ejecución pública de un rehén", afirmó en un comunicado Abu Obeida, portavoz de las brigadas de Al Qasam, brazo armado de Hamás. Los muertos en Israel ascienden a más de 900 y más de 2.500 personas han resultado heridas, mientras que 687 palestinos han muerto en Gaza en dos días de guerra.

placeholder Varhelyi y Borrell, durante un encuentro. (EFE)
Varhelyi y Borrell, durante un encuentro. (EFE)

Salvando las distancias, el tema de Israel y Palestina es en política exterior lo que el migratorio sería dentro de casa: divisivo, visceral, emocional, sensible. Por ello, es difícil dar con un mensaje adecuado en esta ocasión, no solamente por la complejidad de la situación, sino también por las muy diversas sensibilidades y opiniones que hay entre los Estados miembros. La sensación de urgencia por parte de la compleja maquinaria europea para dar una respuesta rápida y contundente, ante una situación sobre el terreno que parece condenada a la escalada inmediata e imprevisible, no ha ayudado.

En paralelo, la voluntad de la Comisión por marcar el ritmo y el tono le ha acabado jugando una mala pasada. La imagen trasladada ha sido la de un auténtico show de desorden, de improvisación, descoordinación y falta de eficacia a millones de ciudadanos europeos. La respuesta europea a la crisis se ve lastrada, desde el primer momento en el que se ha comenzado a trabajar en un posicionamiento, por las profundas divisiones entre las capitales. Primero llegó el mensaje de Varhelyi, señalando que la Comisión Europea ponía bajo revisión los 691 millones de euros destinados en partidas de desarrollo y que mientras tanto, de manera cautelar, se suspendía cualquier pago.

El mensaje no se comprendió y los medios de todo el mundo interpretaron que el Ejecutivo comunitario acababa de suspender todos los pagos por ayuda humanitaria a los palestinos. Eso obligaba a que unas horas después Janez Lenarcic, comisario de Gestión de Crisis, saliera al paso para explicar que el Ejecutivo comunitario no suspendía la ayuda humanitaria y que el mensaje de Varhelyi se limitaba a la partida de desarrollo. La asistencia humanitaria, eso sí, se limita a unos 25 millones de euros anuales, pero el mensaje que se había impuesto era el del húngaro, que había calado y volado como la pólvora.

Foto: Israelíes heridos son trasladados a hospitales tras los ataques con cohetes de Hamás. (EFE/EPA/Abir Sultan) Opinión

Mientras tanto, los ministros de Asuntos Exteriores de España, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda y Dinamarca empezaban a expresar su malestar por una decisión que, entendían, debía esperar a la reunión que se celebra este martes, como los propios portavoces de la Comisión Europea habían asegurado durante una larga rueda de prensa. Han sido horas caóticas, de un importante daño reputacional para la Comisión Europea en un momento delicado. Un lapso en el que nadie sabía explicar realmente a qué órgano competía una decisión de tal envergadura.

Han sido horas caóticas, de un importante daño reputacional para la Comisión Europea en un momento delicado. El Ejecutivo comunitario ha tardado horas, entre los tira y afloja internos en Bruselas y las llamadas de las capitales, en lanzar una matización a las palabras de Varhelyi, tomando el testigo de las palabras de Lenarcic y añadiendo un importante matiz: no hay pagos previstos, así que no hay ninguna suspensión por el momento, un mensaje radicalmente diferente al lanzado por el comisario de Vecindad. Eso, a pesar de que la comunicación inicial del húngaro era que “todos los pagos serán inmediatamente suspendidos”.

Varhelyi es un verso suelto, un miembro de Fidesz, el partido de Viktor Orbán, el autoritario primer ministro de Hungría, que se encuentra más o menos aislado dentro de la Comisión Europea y que ya en el pasado bloqueó fondos por valor de unos 200 millones de euros a Palestina a raíz de un informe que señalaba contenido antisemita en libros de texto que utilizaban profesores cuyos salarios ayudaba a pagar la Unión Europea. Aquel bloqueo provocó un amplio rechazo entre unos 18 Estados miembros y también en el Parlamento Europeo. Ahora Dublín y también Luxemburgo aseguran que Varhelyi no tiene capacidad para cortar los fondos, aunque ya lo hizo en 2022. Según el Gobierno irlandés, no hay una base jurídica para la decisión del comisario.

placeholder Edificio de la Comisión Europea iluminado con la bandera de Israel. (EFE)
Edificio de la Comisión Europea iluminado con la bandera de Israel. (EFE)

Ya por la noche, comenzando a controlar la situación, Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, lanzaba, de nuevo a través de redes sociales, un nuevo mensaje para zanjar el debate: “La suspensión de los pagos —castigando a todo el pueblo palestino— habría dañado los intereses de la UE en la región y solo habría envalentonado aún más a los terroristas”.

Poco tiempo después, también ha intervenido en el debate Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, una institución separada de la Comisión pero con cuya presidenta tiene un pulso continuo desde hace años. Aprovechando el desorden y el vacío dejado por parte de Von der Leyen, el belga ha lanzado un mensaje: “Nada puede justificar los atroces ataques terroristas y los crímenes cometidos por Hamás contra Israel y su pueblo. Israel tiene derecho a defenderse y cualquier operación militar debe realizarse de conformidad con el derecho internacional. No debemos cortar la tan necesaria ayuda humanitaria y de desarrollo para los civiles palestinos. Esto podría ser aprovechado por Hamás y exacerbar las tensiones y el odio”.

La duda a la hora de dar con un mensaje es problemática en muchos sentidos. Nathalia Tocci, directora del Istituto Affari Internazionali, daba con una de las claves del error de comunicación de Bruselas: “¿Cómo puede la Comisión afirmar que su asistencia nunca ha apoyado directa o indirectamente a Hamás y al mismo tiempo suspender la ayuda a los palestinos? O ahora afirma que ha estado financiando a Hamás todo el tiempo, lo que sería impactante, o respalda el castigo de los civiles palestinos, lo que sería horrible”.

Foto: Israel lanza la operación 'Espadas de Hierro' tras el ataque de Hamás. (EFE/EPA/Atef Safadi)

Hay división en todos los sentidos. Varhelyi viene de Hungría y pertenece al sector más sensible a Israel, mientras que Lenarcic proviene de Eslovenia, un país muy vocal en la defensa de los intereses palestinos en la Unión Europea. Entre los 27 Estados miembros hay muchas visiones diferentes respecto al conflicto. Incluso la decisión de Von der Leyen de iluminar la Comisión con la bandera de Israel y hacer referencia “tiene derecho a defenderse, hoy y en los días venideros” y que la “Unión Europea apoya a Israel” ha provocado cierto malestar en algunos sectores de Bruselas, aunque Clare Daly, una eurodiputada socialista irlandesa, es la que ha cargado públicamente de forma más dura contra la alemana: “¿Quién crees que eres? No eres elegida y no tienes autoridad para determinar la política exterior de la UE, que está establecida por Consejo de la UE”, ha escrito en redes sociales, a pesar de que Von der Leyen sí fue elegida por el propio Parlamento Europeo. “Si no tienes nada constructivo que decir, y claramente no lo tienes, cállate”, ha añadido.

Por lo pronto, la respuesta de la diplomacia europea se inclina por mostrar solidaridad con Israel, condenar los ataques terroristas de Hamás, mover los contactos diplomáticos —especialmente en la región— para desescalar la situación y para promover la liberación de rehenes. Pero la puerta abierta a cerrar el grifo ya ha desatado algunas críticas que apuntan a un castigo colectivo a la población palestina que podría entrar en choque con el Derecho Internacional, especialmente en una crisis humanitaria como la que la Franja de Gaza atraviesa desde hace años. Según las estimaciones de Bruselas, el 80% de su población depende de la ayuda internacional.

En definitiva, la imagen que Bruselas deja el tercer día de guerra hace un flaco favor a la llamada a ser una Comisión geopolítica, dando la sensación de que no había nadie al volante. Desde el ministerio de Asuntos Exteriores han llegado a asegurar que ni el propio Borrell estaba al tanto del anuncio de Varhelyi. Por lo pronto, Bruselas da una patada hacia adelante y sale del paso anunciando la creación de un mecanismo de revisión de urgencia –y en cooperación con los Estados miembros- para evaluar que la ayuda financiera destinada a los palestinos se adecúa a la situación sobre el terreno. A partir de ahora, se pondrá todavía más el foco para evitar que ni un céntimo europeo llegue de forma indirecta a las manos de Hamás.

La ayuda a Palestina ha desatado un huracán de confusión de críticas, reproches y malentendidos en en el seno de la Unión Europea. La respuesta de la Comisión Europea al asesinato y secuestro de cientos de civiles israelíes a manos de Hamás, y su incapacidad de medir su reacción teniendo en cuenta la sensibilidad de los distintos Estados miembros a medida que Israel despliega su respuesta militar al ataque, matando a cientos de palestinos, ha provocado malestar dentro y fuera de Bruselas prácticamente desde el primer minuto.

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