¿Cambiará Polonia el rumbo de Europa? Así queda el mapa de la UE

¡Hola desde Tallin! Hace solo dos semanas nuestro boletín se centraba en el creciente sentimiento de extrema derecha en Europa. Las elecciones eslovacas acababan de concluir con el triunfo del partido prorruso Smer de Robert Fico. Fico invitó entonces a los fascistas locales a unirse a su coalición. Se esperaba un escenario similar en las elecciones polacas.

Pero no fue así. En su lugar, la oposición democrática liderada por Donald Tusk registró una victoria aparentemente cómoda. Junto al partido gobernante Ley y Justicia (PiS), también fracasó la ultraderechista Confederación. Mis muchos amigos polacos, que casi habían perdido la esperanza de que Polonia volviera a la senda democrática, se quedaron atónitos con el resultado.

Esto nos llevó a un animado debate durante la reunión de la redacción. ¿Marcaron las elecciones polacas el fin del ascenso de los partidos autoritarios y de extrema derecha en Europa? ¿Cómo afectará al poder de Viktor Orbán en Hungría? ¿Cómo cambiarán las elecciones a Europa? ¿Cambiarán algo?

Estas son algunas de las preguntas que abordaremos en el boletín de esta semana.

• Holger Roonemaa - redactor jefe de esta semana

​En esta edición, podrás leer estos temas: La belleza del giro polaco, Hungría tiembla ante el aislamiento, "Un poderoso regreso a la escena europea", Ucrania espera un enfoque de futuro, Europa "se aleja del borde del abismo"

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

La belleza del giro polaco

Tenía ocho años cuando el comunismo se derrumbó en Polonia, pero recuerdo bien el ambiente de aquella época: carteles de Solidaridad, discusiones familiares sobre si se podría derrotar a los "comunistas" y grandes esperanzas de que vendrían tiempos mejores. Casi nadie esperaba que tuviera éxito: los comunistas tenían de su lado a todo el aparato del Estado, los medios de comunicación y la milicia.

Pero vencimos. El 4 de junio de 1989, el comunismo llegó a su fin en Polonia.

Treinta y cuatro años después, el 15 de octubre de 2023, el ambiente que rodeó a las elecciones polacas fue similar. Aunque ahora vivimos en una Polonia libre, la realidad era igual de gris, dura y carente de esperanza de cambio. Durante los últimos ocho años, hemos visto cómo el país se deslizaba hacia las profundidades del autoritarismo.

En lugar de entablar un debate animado, estábamos condenados a escuchar un monólogo dirigido por quienes detentaban el poder. Cualquiera que pensara diferente era un enemigo de la nación (o más bien de las autoridades). El nacionalismo que emanaba a diario de las bocas de los políticos en el poder no nos dejaba espacio para respirar.

Como en 1989, muchos creían que estas elecciones no cambiarían nada. Pero, al igual que en aquella coyuntura histórica, el pueblo polaco demostró ser imprevisible. La oposición —proeuropea, democrática, con sonrisas en la cara— ganó de forma inequívoca. Esto sucedió porque los polacos se movilizaron a una escala sin precedentes. La participación superó la cifra récord del 74%, y algunos votantes hicieron colas de hasta seis horas para depositar su voto.

Una vez más, se demostró que cuando los polacos se movilizan, pueden hacer cosas maravillosas. Estas elecciones me han devuelto la fe en la democracia, en la gente y en Polonia. También es una señal para toda Europa: los políticos autoritarios no saben el día ni la hora en que la nación se los sacudirá de encima.

• Michał Kokot - periodista en Gazeta Wyborcza

​Hungría tiembla ante el aislamiento

El primer día tras su victoria electoral en 2010, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, viajó a Varsovia, donde fue recibido por su homólogo polaco, Donald Tusk. Trece años después, Tusk está a punto de volver al poder, mientras que Orbán parece haber elegido un socio diferente.

Cuando Orbán se reunió con el Presidente ruso Vladímir Putin en Pekín la semana pasada, gran parte del mundo occidental quedó horrorizado. Algunos lo calificaron de "vergüenza", otros de "problema de seguridad" o incluso de bochorno. No sentó nada bien a los polacos, que hasta ahora eran aliados incondicionales del gobierno húngaro en el Consejo Europeo.

Un cambio de gobierno en Polonia podría aumentar el aislamiento de Orbán dentro de la UE. Puede que el primer ministro se consuele con el apoyo del nuevo primer ministro populista eslovaco Robert Fico, pero la pérdida de la famosa amistad polaco-húngara sería un duro golpe.

Y no parece que le ayude el hecho de que se mimetice con criminales de guerra.

• Viktoria Serdült - periodista en hvg.hu

​"Un poderoso regreso a la escena europea"

Hay esperanzas de que las relaciones germano-polacas se vuelvan menos tensas, afirma Rolf Nikel, vicepresidente del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP) y antiguo embajador alemán en Polonia. Recientemente ha publicado un libro sobre las relaciones germano-polacas.

Ahora que el gobierno polaco está a punto de cambiar, muchos esperan una relación mejor y más constructiva con Alemania. ¿Está justificada esta esperanza?

Con la inesperada y clara victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias polacas, Polonia ha regresado con fuerza a la escena europea. Esta victoria debe traducirse ahora en la formación de un gobierno estable.

Existen esperanzas justificadas de que la política exterior polaca en su conjunto vuelva a ser más predecible y de que las relaciones con Alemania se vuelvan significativamente menos tensas. Sin embargo, una simple vuelta a la era anterior a 2015 difícilmente será posible; pero, una retórica diferente y un clima positivo para las conversaciones crearían buenas condiciones para un nuevo comienzo de las relaciones.

PREGUNTA. ¿En qué ámbitos ve los mayores retos en las relaciones germano-polacas?

RESPUESTA. El mayor reto en este momento es la configuración conjunta de la política oriental de Europa. Al insistir en integrar a Rusia en la arquitectura de seguridad europea, Alemania ha perdido mucha credibilidad en el pasado, que ahora debe recuperar.

Polonia también debe recuperar la confianza organizando una reforma judicial acorde con las normas europeas básicas. Además, las diferencias de opinión sobre política migratoria no desaparecerán pronto.

P. ¿Dónde ve el mayor potencial para iniciativas conjuntas germano-polacas?

R. Las posibilidades de un nuevo comienzo son buenas. La prioridad actual es la configuración común de la futura política oriental europea en pie de igualdad. En este contexto, sería muy deseable intensificar la cooperación en el Triángulo de Weimar con Francia y Polonia, incluyendo a Kiev en todas las cuestiones relativas a Ucrania.

Aunque la compensación por los crímenes alemanes en la Segunda Guerra Mundial está establecida legalmente, los pagos voluntarios dentro de un ámbito financiero limitado basado en una responsabilidad moral de Alemania tienen sentido. La proyectada Casa del Recuerdo y el Encuentro germano-polaco en Berlín, encargada por el Bundestag alemán, debería avanzar rápidamente.

• Leo Mausbach periodista en n-ost

​Ucrania espera un enfoque con visión de futuro

Yevhen Hlibovytsky, intelectual público ucraniano y miembro del consejo de administración de la radiotelevisión pública ucraniana.

Todos los principales partidos políticos de Polonia apoyan la lucha de Ucrania contra la invasión rusa, por lo que una victoria del partido Ley y Justicia (PiS) o de la oposición liderada por la Coalición Cívica habría ayudado a Kiev.

Pero en las semanas previas a las elecciones, las cuestiones relacionadas con Ucrania se politizaron mucho en Polonia, desde el resurgimiento de conflictos pasados hasta cuestiones sobre los precios de los cereales ucranianos y los refugiados. Criticando a Kiev, el PiS intentó atraer a más votantes de las regiones más pobres. La cadena pública polaca TVP también adoptó una agenda escéptica respecto a Ucrania.

• Anton Semyzhenko - redactor jefe en babel.ua

​Europa "se aleja del abismo"

Los electores europeos acaban de enseñarnos que el ascenso de la extrema derecha no es un destino incontrovertible.

Mientras esperaba los resultados en la sede del líder de la Coalición Cívica, Donald Tusk, durante la noche electoral, no tenía en mente ningún escenario optimista. Habiendo visto la reelección de Viktor Orbán en abril de 2022, sabía lo difícil que es cambiar a los gobernantes, cuando han impuesto sus propias reglas. Si un partido controla los medios de comunicación e influye en los jueces, su control del poder se hace más fuerte, y más difícil es subvertir el régimen.

Pero entonces llegaron los votantes con su empuje a favor de un cambio. Aunque tanto el Partido Popular español como el partido polaco Ley y Justicia (PiS) estaban dispuestos a romper el cordón sanitario y utilizar los escaños de extrema derecha como muleta para llegar al gobierno, los ciudadanos de ambos países dijeron no a este plan: ni Vox ni el Konfederacja polaco obtuvieron buenos resultados en las elecciones. Esto nos demostró lo vibrantes que siguen siendo las democracias europeas.

Antes de las elecciones polacas, visité la sede del movimiento feminista "Strajk Kobiet" en Varsovia. Le pregunté a Marta Lempart, la líder de las protestas polacas a favor del aborto, qué había sido de aquella ola de disidencia sin precedentes. Me contestó: "Hemos cambiado nuestra sociedad; ahora tenemos que cambiar la política". La enorme cantidad de jóvenes y mujeres que hicieron cola para votar el 15 de octubre le dio la razón.

Ley y Justicia sigue siendo el partido más votado, y sigue teniendo en sus manos los resortes del poder: como dijo el líder de Konfederacja, Sławomir Mentzen, "si Tusk quiere gobernar Polonia, tendrá al Presidente de la República, a la televisión pública y al Tribunal Constitucional en su contra."

No obstante, la mayoría de los votantes polacos pidió un cambio. El alto nivel de participación en las urnas, las posturas proeuropeas y a favor del Estado de Derecho que encarna la oposición ganadora, provocaron "un suspiro de alivio en Bruselas y en muchas capitales", como me dijo la eurodiputada holandesa Sophie in't Veld: "Europa ha salido del abismo".

• Francesca De Benedetti - periodista en Domani​

Gracias por leer la 49ª edición de European Focus

Como demostraron los recientes resultados electorales en Eslovaquia, la gente olvida rápido. Apenas cinco años después del asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak, cuando la sociedad obligó a Robert Fico a dimitir, éste ha vuelto al poder.

Esto, así como otras experiencias similares, nos ayudan a mantener la sobriedad a la hora de valorar el posible impacto de las elecciones polacas en el continente.