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¿Ha perdido la UE el tren de la era digital? "Estamos sentando cátedra, los demás copiarán"
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Entrevista Parlamento Europeo

¿Ha perdido la UE el tren de la era digital? "Estamos sentando cátedra, los demás copiarán"

El bloque comunitario se convierte en pionero global con sus regulaciones para hacer frente a los dilemas que plantea el crecimiento tecnológico en todos los ámbitos de la vida cotidiana y geopolítica

Foto: Sede en Estrasburgo del Parlamento Europeo. (Europa Pres/Álex Flores)
Sede en Estrasburgo del Parlamento Europeo. (Europa Pres/Álex Flores)

Adaptarse, encontrar el equilibrio y no quedarse atrás es el itinerario marcado en Bruselas en su brújula para hacer frente a los retos que supone la actual revolución digital. La UE se ha quedado descolgada y eclipsada por los gigantes, China y Estados Unidos, en la competición tecnológica mundial. Pero ha avanzado como nadie en uno de sus grandes puntos fuertes: el regulatorio. Durante la legislatura actual, los europeos han sacado adelante la primera ley que regula la inteligencia artificial y ha sido pionera en poner coto a las plataformas online con la legislación de servicios digitales. ¿Corre el riesgo de quedarse todavía más atrás si el resto de las potencias no siguen sus pasos? El escenario base que se extiende en los pasillos de Bruselas es que será todo lo contrario: que la UE abrirá paso y será ejemplo.

La intención europea es sentar cátedra y crear un efecto dominó. “El resto de potencias están desarrollando normas en un sentido parecido al de la UE, solo hay que echarle un vistazo a las leyes que se han desarrollado en China o a la Orden Ejecutiva del presidente Biden. Quienes tienen capacidad tecnológica son conscientes de la necesidad de poner límites y ordenar el desarrollo de la inteligencia artificial desde la óptica del interés público. En ese sentido, la UE ya influyó en otras regiones antes incluso de tener aprobada su propia ley”, analiza en conversación con El Confidencial Karen Melchior, eurodiputada danesa de Renovar Europa.

“Se trata de que Europa sea el lugar con mayor seguridad jurídica del mundo para desarrolladores y usuarios, de que creemos una gran red de datos compartidos en la Unión a disposición de los desarrolladores e instituciones públicas y de que pongamos coto a algunas prácticas de las grandes empresas tecnológicas que en ocasiones abusan de su posición dominante y copan el mercado”, defiende Ibán García del Blanco, eurodiputado socialista. “Además de garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, la UE también tiene un papel que desempeñar en esta creciente competencia tecnológica en el sentido de preservar su liderazgo como sede reguladora mundial. Garantizar que los valores europeos impulsen la innovación tecnológica es clave y este tipo de normas tendrán un efecto dominó, lo que se denomina el efecto Bruselas en todo el mundo”, coincide Karen Melchior, danesa de Renovar Europa. Según el último Eurobarómetro, el 50% de los ciudadanos europeos creen que sus derechos no están lo suficientemente protegidos en el mundo de las pantallas.

Vivimos en una revolución digital que se está produciendo a un ritmo vertiginoso y que tiene un impacto brutal y creciente en la vida cotidiana: desde cómo trabajamos a cómo nos relacionamos. “El desafío es culminar el paquete regulatorio del espacio digital y ser capaces de implementarlo realmente pese a su dificultad técnica —pensemos en el reto que supone desarrollar una ley como la de IA o crear ejércitos de expertos y estructuras—. En 2030, el panorama regulatorio mundial será más parecido al que hoy aprobamos en Europa, lo que nos dará una ventaja competitiva”, explica García del Blanco. “Cuando pasemos a la implementación, habrá mucho rechazo por parte de la industria, especialmente de las empresas que desarrollan tecnologías incipientes como la IA generativa”, advierte Melchior.

Foto: El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton. (Reuters/Pool/Olivier Hosley)

Elecciones en la era del 'deep fake'

Todo ello llega poco antes de que más de 2.000 millones de personas estén convocadas a las urnas en 2024. Desde Estados Unidos hasta India, México o la UE celebran elecciones en los próximos meses. Y sobre todas ellas se cierne la amenaza de las fake news y la desinformación en su impacto para el sistema democrático, como ya ocurrió con las injerencias extranjeras que ayudaron a aupar a Donald Trump a la Casa Blanca. “Será la primera vez que tengamos deep fakes perfeccionados y al alcance, por lo que queda por ver cómo irá esto”, afirma Melchior.

Por lo pronto, Bruselas ya ha pasado de las palabras a los hechos. Hace unos días, la Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción a X, antiguo Twitter, por sospechar que la red social de Elon Musk no está combatiendo la desinformación. “Las plataformas digitales deben tener claro que no pueden hacer negocio con la extensión sin control del discurso del odio y la desinformación porque ello mina nuestras democracias, o manipulando a nuestra población vulnerable con contenidos perjudiciales o adictivos”, apunta el español.

Polarización ha sido la palabra elegida por la Fundéu. El año pasado, las seleccionadas fueron dos: inteligencia artificial. Este 2023, dos grandes hitos que deja la Presidencia española del Consejo de la UE es la aprobación de dos normativas a la vanguardia tecnológica: la ley de inteligencia artificial y la de servicios digitales, que tienen por objetivo poner coto a las tecnologías y herramientas incipientes como el ChatGPT y obligar a las redes sociales a ser transparentes, poner cerco a los algoritmos personalizados y retirar el contenido falso. “La ley de AI pretende ser un texto equilibrado que combine un alto estándar en la defensa de derechos fundamentales y colectivos, permitiendo un desarrollo tecnológico sin una carga burocrática excesiva para desarrolladores e inversores (para eso prevé organismos de coordinación y ayuda para el cumplimiento)”, celebra el eurodiputado socialista, que fue parte de la intensa negociación que se desarrolló en los trílogos recientemente. “Es una legislación histórica: es la primera en el mundo, por lo que el hecho de que exista es un gran avance. También es única porque contiene importantes protecciones para los derechos fundamentales de los ciudadanos (…) En términos de desventajas, creo que deberíamos haber ido mucho más lejos al prohibir casos de uso como el reconocimiento de emociones o la identificación biométrica en tiempo real”, estima la danesa.

La lucha global por los semiconductores

En la carrera tecnológica actual hay dos elementos que se han convertido en el nuevo oro negro. Uno son los datos y otros los semiconductores. Según datos del Parlamento Europeo, una gran empresa de semiconductores puede depender de hasta 16.000 proveedores diferentes. La UE ha sacado adelante una nueva ley del chip que busca hacer frente al triple desafío que supone la escasez de la cadena de suministros, la dificultad de encontrar las materias primas —cada vez más codiciadas y caras— y a la baja producción en Europa, que no supera el 10% global. “La escasez de chips que vimos hace unos años estaba relacionada con una lucha geopolítica entre China y EEUU, y podría ser un problema temporal o a mediano plazo, ya que China está invirtiendo fuertemente en su propia capacidad para fabricar chips de gama baja (que comprenden la gran mayoría del mercado), mientras que al mismo tiempo podría amenazar las cadenas globales de suministro de chips (que se concentran en Taiwán)”, analiza Melchior. "El paso de la producción de petróleo y gas a la energía verde, incluidos los paneles solares y las turbinas eólicas, puede verse como un cambio de la dependencia de los combustibles fósiles a los metales", anticipa.

Adaptarse, encontrar el equilibrio y no quedarse atrás es el itinerario marcado en Bruselas en su brújula para hacer frente a los retos que supone la actual revolución digital. La UE se ha quedado descolgada y eclipsada por los gigantes, China y Estados Unidos, en la competición tecnológica mundial. Pero ha avanzado como nadie en uno de sus grandes puntos fuertes: el regulatorio. Durante la legislatura actual, los europeos han sacado adelante la primera ley que regula la inteligencia artificial y ha sido pionera en poner coto a las plataformas online con la legislación de servicios digitales. ¿Corre el riesgo de quedarse todavía más atrás si el resto de las potencias no siguen sus pasos? El escenario base que se extiende en los pasillos de Bruselas es que será todo lo contrario: que la UE abrirá paso y será ejemplo.

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