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El Gobierno francés culpa de sus problemas con los agricultores a la "competencia desleal" de España e Italia
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ante las protestas de los agricultores

El Gobierno francés culpa de sus problemas con los agricultores a la "competencia desleal" de España e Italia

El Gobierno de Macron afirma que al menos el 40% de las frutas y verduras se importan, por lo que propondrá a la UE "más medidas" para blindar la soberanía alimentaria de su país

Foto: Protesta de los agricultores en Francia. (EFE/EPA/Sebastien Nogiera)
Protesta de los agricultores en Francia. (EFE/EPA/Sebastien Nogiera)

Bajo presión por el anunciado corte a los accesos a París de parte de los agricultores, el Gobierno francés de Emmanuel Macron culpó este domingo de la situación de ese sector a "la competencia desleal" de socios de la UE como España e Italia.

A 24 horas del posible bloqueo de la capital, el primer ministro recientemente designado por Macron, Gabriel Attal, pronunció este domingo un discurso dominado por palabras como "independencia" y "soberanía", en el que también cuestionó el funcionamiento de la UE. "Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas (fitosanitarias) que a otros no", criticó Attal, en una alocución pronunciada poco después de visitar una explotación agrícola en Indre-Loire.

El jefe de Gobierno aseguró que al menos el 40% de las frutas y verduras que se consumen en su país se importan, sobre todo de España e Italia, por el freno productivo que suponen para Francia ciertas reglas medioambientales que España no aplicaría, y afirmó que propondrá a sus socios comunitarios "más medidas" para blindar la soberanía alimentaria francesa. "Hay que avanzar a nivel europeo e iremos viendo producto por producto", indicó, sin dar más detalles.

Las declaraciones de Attal, que integra un Gobierno considerado proeuropeo, llaman la atención, ya que, a falta de que se perfilen esas nuevas medidas, podrían poner en cuestión el propio funcionamiento del mercado único del bloque comunitario.

Foto: Imagen de las protestas de los agricultores. (EFE/Sebastien Nogiera)

No obstante, en una entrevista al canal BFMTV, el ministro de Agricultura de Francia, Marc Fesneau, descartó "un cierre de fronteras" para productos españoles o italianos, como ha demandado la ultraderecha, porque sería contraproducente para la propia industria agrícola francesa si los países vecinos hacen lo propio.

Durante los más de 10 días que se extiende esta revuelta, muchos de los manifestantes se han quejado de la entrada de productos agrícolas llegados especialmente de España, pues consideran que representan una competencia desleal por su bajo precio y que sus estándares medioambientales son peores que los franceses.

Bloqueo a París

Poco antes de su discurso, Attal, quien ya había anunciado el viernes varias medidas para calmar al sector, acudió de nuevo a una explotación agrícola con la esperanza de desactivar una protesta que había dado los primeros signos de desinflarse el sábado. Pero ni la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA) ni la de Jóvenes Agricultores (JJAA) de la región parisina han dado su brazo a torcer y anunciaron que van a bloquear los accesos a la capital "de manera indeterminada" a partir de este lunes 29 a las 13 horas.

Otra organización, Coordinación Rural, aseguró que viajará a París con la meta de bloquear el mercado internacional de Rungis (a las afueras), considerado el mayor de productos frescos en el mundo.

El Ejecutivo se ha mostrado especialmente cauto a la hora de enviar efectivos policiales para disipar las protestas, que juzga pacíficas, aunque se bloqueen infraestructuras públicas.

Foto: Embalse de la Sierra Boyera, en Córdoba. (EFE/Salas)

Sin embargo, ante posibles cortes a las entradas a París, de sus aeropuertos internacionales y de Rungis, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha pedido a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que pongan en marcha "un notable dispositivo defensivo para impedir cualquier tipo de bloqueo".

De momento, se han registrado esporádicos episodios de violencia, como la quema de la fachada de la delegación del Gobierno en la ciudad de Agen (sur de Francia) el pasado miércoles. El viernes otros dos edificios públicos resultaron calcinados por los manifestantes: el de la Mutualidad Social Agrícola en Narbona (sur) y el de las Aduanas en Nimes.

Los transportistas gallegos, afectados

Las protestas han afectado también a numerosos transportistas gallegos, que han quedado atrapados en el país galo. Aunque desde este sábado la situación ha mejorado tras la reapertura de la autovía A-7, durante los últimos días, un centenar de camioneros lucenses o varios profesionales y autonómos de la empresa Tir Compostela han sufrido incidentes y retrasos.

En declaraciones a la TVG recogidas por Europa Press, un portavoz de la entidad ha explicado que varios autónomos que trabajan para esta empresa se encontraban parados a la entrada de París. Además, el viernes los manifestantes paralizaron uno de sus camiones, del que tiraron la mercancía y le plantaron fuego sin que la policía francesa, ha asegurado, hiciese nada por evitarlo.

Mientras, la consejera de Infraestructuras, Ethel Vázquez, se ha mostrado preocupada por esta situación que han vivido los transportistas y por cómo puede afectar a la economía de las empresas. La responsable de Mobilidade del Gobierno gallego ha señalado este domingo en una entrevista en la Radio Galega que el Gobierno de España "tiene el deber con las relaciones institucionales con Francia para resolver este problema".

Pactos con el Mercosur, en el punto de mira

Los acuerdos de libre comercio entre la UE y otras regiones del mundo están bajo el punto de mira de los agricultores y ganaderos galos. El sector achaca que estos pactos son negativos para sus intereses, pues dejan entrar en Francia productos a precio mucho más bajo, como dicen que sucede con los de Brasil o Ucrania (dos potencias agrícolas en la exportación de cereales y de carnes como el pollo).

Uno de los acuerdos más criticados ha sido el de la UE-Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), que debe ser ratificado por los 27 Estados miembros de la UE tras el pacto político de 2019, que tardó más de 20 años en alcanzarse. Para el ministro Fesneau, esta asociación "es inaceptable" por no cumplir con los estándares europeos de calidad.

Bajo presión por el anunciado corte a los accesos a París de parte de los agricultores, el Gobierno francés de Emmanuel Macron culpó este domingo de la situación de ese sector a "la competencia desleal" de socios de la UE como España e Italia.

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