"Parecía solo un chisme": cómo un Rolex rosa trituró a una presidenta en 14 días

"Hoy vamos a hablar de la colección de relojes que Dina Boluarte ha empezado a lucir desde que asumió la presidencia de la república". El pasado 14 de marzo, Marco Sifuentes comenzó así su pódcast/Youtube en 'La Encerrona'. El periodista no lo sabía todavía, pero acababa de activar una de las tormentas políticas más vertiginosas vistas nunca...

Catorce días después de su revelación, la policía peruana tiró abajo la puerta de la casa de la presidenta peruana, acusada de un delito de enriquecimiento ilícito. Redada policial nocturna, con escenografía propia de The Wire, en la residencia del máximo mandatario de una nación. Sin duda, histórico. El corresponsal de El País lo narró así: "La historia dirá que alguna vez en un Viernes Santo la casa de la primera presidenta del Perú fue rota a combazos [golpes] por sucumbir supuestamente al pecado de la avaricia. La cuadra 3 de la calle Los Halcones, en el distrito limeño de Surquillo, contrastó con un país dividido entre la juerga y la reflexión de los feriados por Semana Santa".

Extracto del primer vídeo de Sifuentes sobre todos los relojes de la presidenta:

“Llegamos a lo medular, el reloj número nueve. El 7 de junio de 2023, se vio por primera vez en público a Dina Boluarte con un Rolex de acero con oro rosa… Marca confirmada por relojeros profesionales consultados para este reportaje… Dina ha usado este Rolex por lo menos 25 veces… también -irónicamente- en un acto sobre el cierre de la brecha social… Su precio varía entre 6000 y 14.000 dólares… El estado peruano no ha comprado este reloj. ¿Quién lo compró? Hablamos de un reloj que puede costar tres meses de sueldo presidencial. ¿Lo compró ella con su plata? ¿Se lo regaló un particular de manera seguramente muy desinteresada? Consultamos a presidencia y al cierre de esta edición no hemos obtenido respuesta alguna”.

Así hasta 14 relojes identificados (la cifra aumentaría los siguientes días).

¿Cómo un pequeño portal independiente llamado La Encerrona acabó dando una de las exclusivas políticas del año?

El chisme

Todo empezó cuando un personaje que se había reunido varias veces con Boluarte contó a Sifuentes un detalle pintoresco: la presidenta peruana llevaba relojes diferentes cada vez, y parecían Rolex. “Parecía solo un chisme”, recuerda Sifuentes, periodista peruano afincado en Madrid.

A los periodistas nos cuentan tantas cosas a lo largo del día que la mayoría pasan desapercibidas… aunque sean potencialmente explosivas si uno tira del hilo. La clave es que la revelación costumbrista (en apariencia insignificante) te pille despierto. Algo pitó en la cabeza de Marco Sifuentes cuando, a finales de enero, le contaron “el chisme del Rolex”.

"Que le rompan la puerta de casa a una presidenta es una imagen muy impactante"

Lo siguiente fue buscar más fuentes. Aparecieron dos más -una en Twitter y otra en el palacio presidencial peruano- que confirmaron la afición de la presidenta por los pelucos caros. Confirmado que había agua en la piscina, Ernesto Cabral, investigador de La Encerrona, comenzó el trabajo sucio: revisó 10.000 fotografías de Boluarte en eventos institucionales durante su vicepresidencia (2021/2022) y presidencia (de diciembre de 2022 a nuestros días). Fotos salidas de las webs gubernamentales...

"Es una de las cosas buenas de este Gobierno: todas las fotos oficiales están en repositorios en Flickr en alta resolución", cuenta con retranca Cabral, que pasó tres semanas revisando imágenes.

¿Resultado del trabajo minucioso? Una cronología - día a día- que demostraba que los relojes de lujo no aparecieron en la muñeca de Boluarte hasta que se convirtió en presidenta. Que cambiaba de peluco habitualmente. Y que le gustaba lucir relojes mucho más caros de los que, salario en mano, se podía permitir.

La investigación periodística de La Encerrona salió a la luz un jueves. Los periodistas preguntaron a presidencia por los relojes dos días antes, un martes. Si usted busca ahora fotos de Dina Boluarte con un reloj de lujo, sepa que la última disponible es del lunes de la semana en que estalló el escándalo. En efecto, fue llamarle un periodista y desaparecer los pelucos de la muñeca presidencial. Tras dar varias explicaciones contradictorias sobre el origen de los relojes, la presidenta dice ahora que fueron un “préstamo” del gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Boluarte sostiene que fue “una equivocación aceptar el préstamo de un amigo”, que las noticias sobre sus relojes son “tendenciosas y falsas” y que los peruanos deben “pasar página” sobre este asunto funesto.

Sus últimas explicaciones han sido recibidas con mucho escepticismo. "Nadie se lo ha tragado", según Sifuentes, que tilda de “extraño” que alguien te preste varios Rolex junto a sus “certificados de autenticidad”, encontrados durante el registro ordenado por la fiscalía. "Boluarte no ha logrado dar una respuesta coherente sobre el origen de los relojes en tres semanas", concluye.

"Nadie pensaba que esto fuera a tener tanto impacto, de hecho, la presidenta pudo haberlo rebajado rápidamente con una primera respuesta aceptable, pero escaló el caso sin querer al admitir que uno de los Rolex era suyo; luego, cambió su versión, pero ya era tarde: la gente se indignó porque su sueldo no alcanzaba para pagarlo", añade Cabral.

El relato

Es legítimo preguntarse por la velocidad de crucero alcanzada por el 'rolexgate'. ¿Cómo es posible que una pequeña investigación calcine así a una presidenta en un país en el que ha ocurrido de todo -y casi nada bueno- en los últimos años? ¿No estaban ya los peruanos curados de espanto tras ver caer a varios presidentes y sufrir los casos de corrupción más inverosímiles?

Además de la perenne inestabilidad institucional del país, estamos ante un caso de relato sexy, también conocido en España como el irresistible encanto de las tarjetas 'black'. En efecto, si el millonario rescate público a Bankia (24.000 millones de los que solo se recuperaron 9.000) no acabó de cuajar como escándalo porque cuando las cifras son tan altas es imposible hacerse una idea de lo que significan, la revelación de que los consejeros políticos del banco tenían barra libre de carajillos y cochinillos, generó un tifón político histórico. Del mismo modo, lo de los Rolex parece menor comparado con otras sombras que persiguen a Boluarte, como los 50 muertos en manifestaciones contra su nombramiento (antigua vicepresidenta, Boluarte subió de escalón tras la controvertida caída del presidente anterior, Pedro Castillo).

"¡Todo el mundo sabe lo que es un Rolex, lo que vale, lo que significa que alguien que no puede pagarlo tenga uno! Es fácil indignarse por esto"

"Quizá sea la mayor masacre vista en América Latina este siglo, pero la cifra de muertos acabó abrumando y nublando el juicio", según Sifuentes.

El relato Rolex, en definitiva, es menos grave pero más nítido: político que presuntamente se aprovecha de su cargo para enriquecerse.

"Es más fácil para la población conectar con este tipo de historias. Otro escándalo político reciente es la intromisión del Congreso en la independencia judicial, pero es mucho más complicado de entender, incluso para los que se informan diariamente. Pero un Rolex... ¡Todo el mundo sabe lo que es un Rolex, lo que vale, lo que significa que alguien que no puede pagarlo tenga uno! Es muy sencillo indignarse por esto. Las encuestas dicen que el 80% de los peruanos no cree a la presidenta", zanja Cabral.

Pero el tirón del relato no explica por sí solo el impacto del 'rolexgate'. Ha habido cambios decisivos en la correlación de fuerzas judiciales del país. Aliada del Gobierno, la anterior fiscal general "enterró" el caso de los muertos en manifestaciones, según Sifuentes, pero acabó dimitiendo acusada de corrupción. A la nueva fiscalía, por contra, no le ha temblado el pulso para allanar la casa de Boluarte.

"Que le rompan la puerta de casa a una presidenta es una imagen muy impactante", asegura Sifuentes. Parece cuestión de tiempo que la siguiente patada sea para desalojar a una rentabilizada Boluarte de la presidencia del país, aunque nunca se sabe... “En Perú no se pueden hacer predicciones porque hace tiempo que se rompieron las reglas del juego", zanja.